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La Comunidad de Madrid sabía ya en 2008 que existía un alto riesgo de hundimiento de las viviendas afectadas por las obras del Metro

Un informe conjunto de la Universidad Complutense y de la Politécnica advertía ya que existía un alto riesgo de que los edificios por la obra de la línea 7b de Metro se hundieran. Ante esta situación, la Comunidad de Madrid decidió actuar con parches que no han solucionado el problema y que han costado muchos millones de euros a las arcas públicas

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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El abucheo que recibió Isabel Díaz Ayuso el pasado jueves en San Fernando de Henares puso nuevamente en primera línea la situación que los vecinos de esta localidad al sureste de Madrid llevan sufriendo desde que hace más de 15 años se iniciaron las obras de un ramal de la Línea 7 de Metro.

La actual presidenta de la Comunidad de Madrid no es la responsable directa de esta situación. Es algo que heredó, es cierto. Sin embargo, sí que tiene una responsabilidad directa en solucionar la situación de casi un millar de familias sin acudir a parches que están costando decenas de millones de euros más que si se hubiese actuado con diligencia desde que comenzaron a aparecer grietas en los edificios.

La Comunidad de Madrid no puede alegar en ningún caso que hubo un desconocimiento o que la problemática de la línea 7b de Metro no había sido prevista. Diario16 ha tenido acceso a un informe conjunto de la Universidad Complutense y de la Politécnica de Madrid fechado el 19 de junio de 2008.

En dicho documento, encargado por la Comunidad de Madrid, se señalaba claramente la existencia de un elevado riesgo de hundimiento de las viviendas. En concreto, señalaba que se podían provocar «colapsos en el túnel de Metro y en las edificaciones del entorno».

El informe no se equivocó, pero la Comunidad de Madrid sí que pudo haber realizado soluciones efectivas más allá de parches, de inyecciones de hormigón en el terreno, que está teniendo un coste para las arcas públicas de decenas de millones de euros más que si se hubiese dado una solución definitiva nada más aparecer el problema.

«Desde el punto de vista geotécnico, y habida cuenta de la irreversibilidad de los cambios inducidos por la circulación del agua subterránea, debería hacerse un estudio geotécnico de estabilidad y una auscultación continua y exhaustiva a largo plazo en los edificios del entorno, así como en el túnel del Metro: la naturaleza kárstica del sistema subterráneo impide que puedan descartarse subsidencias y colapsos. […] El estado latente del problema recomienda un seguimiento a largo plazo, enfocado siempre a detectar una posible reactivación del proceso», afirma el informe.

Los estudios mineralógicos presentados en el documento son tan concluyentes que resulta inexplicable que la Comunidad de Madrid no actuara de inmediato buscando una solución definitiva, no parches que, pasado el tiempo, se han demostrado tan inútiles que se han convertido en un sumidero de dinero público. Mientras tanto, ya han tenido que ser derribados, decenas de familias se encuentran realojadas en aparthoteles y cientos de personas viven con el miedo a que se les caiga su casa encima en cualquier momento.

El informe es demoledor cuando afirma que esos estudios mineralógicos y los análisis químicos de las aguas subterráneas confirman que «los procesos de disolución de la halita y thenardita, y la transformación probable de la glauberita a yeso han sido y son activos. Ello puede originar la formación de huecos por disolución del 28% de volumen en el reemplazamiento de la glauberita a yeso en cuestión de días/meses con el consiguiente riesgo de colapsos en el túnel de Metro y en las edificaciones del entorno».

Además, el documento avisa de que, en el año 2008, los procesos de disolución «han podido verse acelerados por el incremento de la interacción entre estos materiales sulfatados y las aguas renovadas subterráneas de la recarga procedente del río Jarama, o de la infiltración de las aguas meteóricas través de la terraza superior por el bombeo en el pozo y las entradas de agua al túnel del metro. Es importante tener en cuenta que con el tiempo estos materiales sulfatados van a seguir alterándose, por lo que es imprescindible el anteriormente citado estudio geotécnico, así como la vigilancia a largo plazo de la zona».

Ante unas conclusiones de este tipo realizadas hace más de 14 años, la ineficacia de la Comunidad de Madrid a la hora de encontrar una solución definitiva para las familias afectadas resulta, cuanto menos, paradigmática. Lo mismo se podría decir del absoluto silencio que existe respecto a la responsabilidad de Dragados, la empresa concesionaria de la obra del Metro. Tal vez, la respuesta se encuentre en que el propietario de esta constructora es el Grupo ACS y, en consecuencia, Florentino Pérez.  

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1 COMENTARIO

  1. Ayusita veía pasar los sargos por arriba y que uno a uno picaban el cebo; tendrían que conformarse en esperar a otra ocasión para pillarla. El buen pescador deja correr el sedal por el peso del plomo hacia la zona de especies depredadoras por la importancia que puede tener una única captura. Y mira tú por donde el ejemplar que sale a flote… A este le tiran del teto, en realidad, pero es agradable ver su responsabilidad, no sólo en este asunto. Y la mongolita queda con las bragas abajo, ya véis; cagadas hasta el más profundo ridículo.

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