El presidente de Social Economy Europe (SEE) y de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), Juan Antonio Pedreño, recibió con gran acogida el anuncio presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, para impulsar el Plan de Acción Europeo para la Economía Social, que estará a cargo del comisario de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit.

Este Plan de Acción persigue impulsar la economía social europea, que actualmente cuenta con 2,8 millones de empresas, 13,6 millones de empleos y el 8% del PIB comunitario, contará con el apoyo de las dos entidades. Así lo declaró su presidente, quien afirmó que estaban listos “para cooperar con el comisario Schmit y con toda la Comisión Europea para poder materializar y potenciar un modelo de éxito en esta nueva legislatura”.

SEE, junto a otras organizaciones del ámbito de la Economía Social, como CEPES, llevan reclamando desde 2014 un plan de estas características. Ya en 2018, co-presentaron junto al Intergrupo de Economía Social el proyecto El futuro de las políticas de la UE para la Economía Social: hacia un Plan de Acción Europeo al ex vicepresidente de la Comisión, Jyrki Katainen.

La importancia de la economía social

La Economía Social se define por ley como “el conjunto de las actividades económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los principios recogidos en el art 4 de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, persiguen el interés general económico o social, o ambos”. Para Germán Ferrero, profesor de Economía y coadministrador de la Red Cooperactivas, este tipo de economía “está recuperando su presencia como herramienta de trabajo colectivo y como alternativa de consumo frente a las grandes empresas”.

En este sentido, Ferrero explica que “se consideran empresas de economía social las creadas y gestionadas por los trabajadores, con el principio de autogestión, así como las empresas recuperadas por las plantillas de trabajadores, tras procesos de quiebra con el fin de mantener sus puestos de trabajo”.

En concreto, los principios que orientan a la Economía Social en España son, fundamentalmente, la primacía de las personas y del fin social sobre el capital, que se concreta en gestión autónoma y transparente, democrática y participativa; la aplicación de los resultados obtenidos de la actividad económica principalmente en función del trabajo aportado y servicio o actividad realizada por las socias o miembros; la promoción de la solidaridad interna y con la sociedad que favorezca el compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social, la generación de empleo estable y de calidad, la conciliación, la inserción de personas en riesgo de exclusión social y la sostenibilidad, así como la independencia respecto a los poderes públicos.

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