La declaración patrimonial de Miguel Ángel Mancera es una confesión de enriquecimiento ilícito, lejos está del candidato ciudadano, abogado y funcionario medianamente eficiente ahora es un exitoso hombre de negocios que sin antecedente de vida empresarial cuenta con: una casa, cuatro locales comerciales y nueve departamentos.

Sus propiedades suman una fortuna superior a los 50 millones de pesos, cantidad que no corresponde con su ingreso, suponiendo que Miguel Ángel Mancera hubiese ahorrado íntegras sus quincenas, en los cinco años que lleva de Jefe de Gobierno y que tuviese una vida de hippie de cero consumos contaría a lo sumo con 4.5 millones de pesos.

Eso sin conocer la suma de sus siete cuentas bancarias de las cuales seis suponen cantidades superiores a los 500 mil pesos, es de llamar la atención que una de sus propiedades es resultado de una donación de esas que están expresamente prohibidas para los servidores públicos, se trata de un local que alcanza los 11.5 millones de pesos en Santa Fe.

Son cinco años de cohechos no de política, sólo se ha enriquecido, la opacidad del contrato de las fotomultas, del fondo UBER, del fideicomiso del metro, las privatizaciones y arrendamientos de los espacios públicos, la discrecional bolsa de 35 mil millones de pesos de excedentes gracias a la subestimación de ingresos, son tan sólo algunas coordenadas del origen de su riqueza.

A cuánto ascenderá la verdadera fortuna de Miguel Ángel Mancera si 50 millones se le hicieron módicos para declararlos en propiedades, es notorio que se encuentra ajeno a la realidad para que su declaración le parezca razonable, sin darse cuenta que su fortuna es superior a la de cualquier otro gobernador.

En la Ciudad de Mancera no aparecen los niños en las esquinas limpiando los parabrisas o vendiendo dulces, el trabajador sin empleo, el estudiante sin escuela, el barrendero sin salario, los adultos mayores sin pensión, la mujer que exige justicia por su hija, los hombres y mujeres que no caben en el vagón de un metro desbordante y desvencijado, esos no aparecen, porque sólo critican.

El ensayo de un ciudadano independiente es un fracaso de una izquierda que se dividía y lo encontró atractivo por imaginarlo libre de fricciones con los distintos grupos, hoy esa izquierda dejó de existir en gran medida por el error de postular a un hombre que si bien no tenía convicciones sí tuvo sobradas ambiciones.

Al llegar a la Jefatura de la Ciudad se distanció de López Obrador para gobernar de la mano del presidente Enrique Peña, terminando con la tradicional postura de gobierno de oposición que caracterizó a la Ciudad de México desde 1997, a la vez ordenó una persecución en contra de su antecesor e impulsor Marcelo Ebrard.

La principal traición de Mancera es a los ciudadanos porque estableció nuevos impuestos disfrazados de multas, incrementó las tarifas de transporte incluida la del metro que representó un duro golpe a la economía y ha depredado la Ciudad con obras corruptas y construcciones toleradas expulsando a los pobres que se ven obligados a vender y empobreciendo a los que compran vivienda a costo residencial.

Tejió una red de complicidades con políticos de la oposición de derecha, el PAN y el PRI partidos que acompañan su gestión gracias a los negocios, construcciones y basura, en una palabra, corrupción.

Miguel Ángel Mancera pudo ser y no fue, el régimen lo descartó por impopular, esa es la razón por la que se forzó la alianza entre el PAN y el PRD, porque no hay izquierda que dividir, el PRD de Mancera es una fórmula que no alcanza a hacerle sombra a morena, no compite con López Obrador.

 Mancera logra inscribirse en la historia por ser el Jefe de Gobierno más corrupto de la Ciudad de México y el político más rechazado del país tan sólo detrás Enrique Peña su líder y cabeza de esa generación de gobernadores ladrones a la que pertenece esa es la conclusión de los cinco años de cohechos y no de política.

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