«Consejos vendo que para mí no tengo». En este refrán se traduce la conducta del Santander en la venta de la Ciudad Financiera y sus exigencias al Juzgado de lo Mercantil nº 9 de Madrid y al administrador concursal Rafael Gimeno-Bayón Cobos.

El Santander, ofuscado porque ha perdido la subasta de la Ciudad Financiera ante la oferta de 3.000 millones de euros de la sociedad Sorlinda Investments SL, propiedad de los británicos hermanos Reuben, ha planteado una guerra para tratar de demorar y entorpecer la adjudicación a los empresarios británicos exigiendo al Juzgado y al administrador encargados del concurso actuaciones que el propio banco no llevó a cabo cuando vendió la Ciudad Financiera a la sociedad Marme Inversiones 2007, de los financieros Glenn Maud y Derek Quintan, por 1.900 millones de euros.

El Santander denuncia que la oferta de los hermanos Reuben ha sido realizada a través de sociedades offshore de paraísos fiscales y que no se habrían realizado comprobaciones sobre normas de ética y conducta. No obstante, oculta que el inversor inglés Glenn Maud, al que el Santander vendió la Ciudad Financiera en 2008, articuló toda la compraventa a través de un entramado de las famosas sociedades instrumentales holandesas «Besloten Vennootschap» (BV), conocidas como el sándwich holandés, utilizadas para la elusión del pago de impuestos y transferencia de rendimientos a sociedades offshore de paraísos fiscales como las Antillas Holandesas.

La compra de la Ciudad Financiera del Santander se realizó por Glenn Maud a través de las sociedades holandesas Ramblas Investments BV y Delma Projectontwikkeling BV propietarias de Marme Inversiones 2007 SL.

Además, a raíz de los conflictos judiciales de Glenn Maud han sido descubiertas las sociedades de su propiedad como Propinvest Group Limited, Propinvest Holding Limited, Eagle Holding Limited y Navarro Ventures SARL del paraíso fiscal de Luxemburgo en la que aparece como administrador fiduciario Alain Heinz, del despacho de agentes fiduciarios Hoche Partners, entramado de sociedades a las que se suma el “trust” familiar de Glenn Maud.

Por otro lado, la solvencia económica de los hermanos Reuben, una de las primeras fortunas del Reino Unido, supera con creces la de Glenn Maud, que se encuentra en bancarrota con infinidad de acreedores solicitando el concurso en tribunales británicos y neerlandeses.

La compra de la Ciudad Financiera por Glenn Maud al Santander se articuló mediante financiación bancaria del 98,6% del precio, ya que 1.875 de los 1.900 millones de euros por los que se vendió fueron desembolsados mediante tres préstamos de 1.600, 200 y 75 millones de euros concedidos por un grupo de bancos, capitaneados por el Royal Bank of Scotland, con el que el Santander mantuvo durante 15 años desde 1988 una fuerte alianza con participaciones cruzadas e intercambio de consejeros. Solamente los restantes 25 millones de euros fueron desembolsados por Glenn Maud y su socio irlandés Derek Quintan.

La sociedad de Glenn Maud no pudo hacer frente a los préstamos suscritos para la compra de la Ciudad Financiera y diversas entidades acreedoras han venido solicitando su declaración de quiebra en tribunales ingleses y holandeses y en 2014 presentó el concurso de acreedores en España ante el Juzgado de lo Mercantil nº 9 de Madrid.

Por otro lado, Glenn Maud podría haber canalizado fondos de la Autoridad Libia de Inversiones del dictador Muamar el Gadafi, que hizo un préstamo a la sociedad Propinvest Group Limited por valor de 12,5 millones de euros que pudieron ser invertidos en la compra de la Ciudad Financiera del Santander, según informaron distintos medios británicos. La Libyan Investment Authority (LIA) se encuentra entre los acreedores de Glenn Maud que solicita su quiebra y le reclama la devolución de más de 17 millones de libras que incluyen los 12,5 millones de euros prestados más los intereses.

En conclusión, el Santander critica el uso de sociedades de paraísos fiscales por parte de los nuevos adjudicatarios y hace mención a normas de ética, pero oculta que la compraventa de la Ciudad Financiera que llevó a cabo el Santander en 2008 se articuló a través de sociedades fiscalmente cuestionables al inversor Glenn Maud con una estructura totalmente apalancada, cuya solvencia ha desembocado en la bancarrota y con relaciones con Gadafi, lo que evidencia que el Santander no llevó a cabo entonces la investigación que ahora reclama.

5 COMENTARIOS

  1. Hay que tener la cara de acero, para acusar a los demàs de sus prpoias actividades. el santander no hace una sola operaciòn de envergadura , sin que haya por mediso sociedades fantasmas y varios paraisos fiscales. lO QUE HAN HECHO LOS COMPRADORES DE LA CIUDAD FINANCIERA DEL DELITO, ES LO MISMO QUE HACE A DIARIO EL SANTANDER, PERO ESTOS HERMANOS, LO HACEN A MENOR NIVEL. ESPERO QUE NO S ESALGA CON LA SUYA DE ANULAR LA OPERACION, PORQUE SERIA UNA ESCANDALO

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