La ciudad de los milagros

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Ayuso Almeida
Ayuso se abraza con el alcalde de Madrid, Martínez Almeida

Por el título pensaríase que voy a hablar de Calcuta o de Bogotá, donde los milagros se producen a menudo, pero desde mi balcón veo solo los edificios torcidos y las calles estrechas del barrio de Lavapiés de Madrid. Donde desde que don Quijote ya no corre por los campos de la Mancha no se produce ningún milagro. Y remedando a nuestro genial don Ramón del Valle-Inclán con su “Corte de los Milagros” voy a repasar aquellos que deberían producirse en las calles y plazas de la “Capital de la Gloria”, como se atrevió a llamarla Eduardo Zúñiga.  Como que las calles estén limpias, las aceras sin agujeros, los autobuses lleguen a su hora y no haya cacas de perro cada diez metros. Pero estos son pequeños milagros que debería realizar algún dios menor que en estos tiempos está distraído y cansado y no cumple sus obligaciones.

Quienes esperan milagros mayores para los que hace falta la intervención del Altísimo es para que el Ayuntamiento no construya unos horrendos contenedores de basura al lado de las viviendas, que cuando llegue el verano no infecten de tifus a toda la población; para que los jóvenes y los no tan jóvenes encuentren un espacio donde recogerse y anidar, para que la natalidad crezca y que puedan costear con los miserables emolumentos que consiguen; para que los ancianos no se mueran solos en sus viviendas o en las residencias de mayores o moritorios, donde tanto los hijos como los servicios municipales y comunitarios, que en realidad son empresas privadas, los almacenan para que no estorben.

Los que deben de estar rezando noche y día a la Virgen, que alguna influencia puede tener en un alcalde tan piadoso como José Luís Martínez Almeida y en una no menos devota Presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, son los inquilinos o propietarios de las casas y locales de negocio de San Fernando de Henares, derribados o cuarteados por las obras de un metro que desde hace  varios años, gracias al empuje de las tuneladoras, han destrozado el terreno, inundado de agua y sal los basamentos de los edificios, e imposibilitado incluso las reparaciones con cemento. Claro que aquí la señora Díaz Ayuso, nuestra Presidenta, también tiene algo que intervenir, ya que la línea 7B del metro que ha entrado en San Fernando de Henares como un bülldozer en una cacharrería, recorre parte de la Comunidad, y arranca de Madrid, donde Almeida gobierna, y los dos mandatarios que tan bien se llevan dada su afinidad ideológica y religiosa, deben requerir, ahora que se ha terminado la Semana Santa, la intervención del Corpus Christie, ya cercano, para que les salve de la nueva catástrofe que se les avecina, y que en realidad es la única que les importa, perder las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

Si echamos un rápido vistazo a la situación de Madrid, la más grande y prestigiosa ciudad de España, capital del imperio español, sede de la Oficina de Defensa del español, residencia de la Casa Real, la Moncloa, sede del gobierno, el Congreso de los Diputados, el Senado, el Consejo General del Poder Judicial, el Fiscal General del Estado, el Defensor del Pueblo, las Embajadas de más de cien países, y la élite de la literatura, el teatro, la ópera, los conciertos, el cine, el Ateneo, el Círculo de Bellas Artes, y un sin fin de instituciones públicas y privadas que la hacen faro y guía de la política, la economía y la cultura hispana, no puede dejar de movernos el impulso de celebrar novenas y rosarios públicos, con el concurso de procesiones de flagelantes, para que Dios nos libre de un nuevo mandato de esos dos personajes que han hundido la ciudad y la provincia en la suciedad, los destrozos, la falta de servicios, la precariedad de la sanidad, la privatización de la educación obligatoria, la zafiedad y anacronismo de sus manifestaciones culturales, y los mendigos y sin techo que anidan en los huecos de las porterías y los cajeros automáticos.

Me cuentan que el río Jarama, seco, exhibe en su lecho los colchones, bicicletas, mantas, electrodomésticos, de los que durante medio siglo los madrileños se han deshecho, que hasta hace poco quedaban invisibles en el caudal de agua que ha desaparecido. Y no se acerquen a los puntos limpios de recogida de trastos porque de eso no tienen nada.

Ya sabemos que el negocio de recoger y transportar los residuos: orgánicos e inorgánicos, es uno de los preferidos de las mafias, que campan por sus respetos desde Nápoles a Marbella, pasando por Madrid, y que las policías municipales están más dedicadas a poner multas a conductores y peatones que a investigar los negocios ilícitos y delincuentes de diversos personajes de la empresa y la política, de los que sabremos sus hazañas dentro de unos años cuando alguna garganta profunda se decida a denunciarlos.

Como el Partido Feminista de España se presenta a las elecciones municipales y autonómicas de Madrid, las incansables feministas que lo componemos estamos investigando las competencias de esas dos instituciones, observando las deficiencias de las ciudades y preguntándoles a los vecinos qué necesitan de su Ayuntamiento y de su gobierno. Unas mujeres mayores me dicen que no pueden ya coger el metro porque ninguna de las estaciones de su barrio tiene ni escalera automática ni ascensor, e investigando la línea 1 nos hemos encontrado con que la mayoría de las estaciones padece las mismas carencias.

Hay líneas de autobuses que llegan a sus paradas regularmente y otras que tardan veinte minutos y otras que, misteriosamente, salen de su lugar de inicio del recorrido y no regresan nunca. El servicio de trenes de cercanías sufre toda clase de averías, retrasos y paradas inopinadas, sin que en años se hayan podido subsanar.

Uno de los sectores de trabajo más perjudicados han sido los taxistas, que se han visto acorralados por la competencia de las grandes corporaciones internacionales del transporte urbano, que dado el afán “liberador” de esta derecha represora, han permitido instalarse en Madrid, y que no cumplen siquiera con las condiciones que se impusieron al legalizarlos. Sospecho que algunos de los responsables habrán sacado beneficio de ello.

Las obras municipales se eternizan. Durante un año estuvo levantada la calle Atocha, impidiendo el tráfico en una dirección y aterrando a los vecinos que temían verse hundidos en una zanja. Después fue la calle Magdalena y otro año de la misma tortura, amén de los ruidos, del corte del tráfico, etc. Y los locales de negocio hundidos en la bancarrota porque los clientes no pueden acceder a sus establecimientos. Lo que no impide que el Ayuntamiento y la Comunidad siguieran cobrándoles los mismos impuestos.

De eso solamente hace pocos años, y ayer en un taxi, subiendo por la calle Atocha, parecía que íbamos en una diligencia tirada por jamelgos cojos por los agujeros y desmontes que ya padece. Necesitamos mucho el concurso de los poderes celestiales si queremos curar a la ciudad y a la comunidad de sus heridas, atender las necesidades de sus ciudadanos y ciudadanas de cualquier edad y condición, revertir la privatización de la sanidad, la educación y los servicios sociales, e impulsar el comercio y la industria para no seguir presos del turismo como única fuente de ingresos.

 ¿Comprenden ahora por qué he titulado este artículo “La ciudad de los milagros”?

6 COMENTARIOS

  1. Una descripción de la realidad que vivimos en Madrid todos los ciudadan@s, desde los más pequeños teniendo que recorrer km para poder ir a una escuela pública hasta nuestros mayores sufriendo la falta de atención en sanidad y residencias, pasando por encima de los servicios públicos.
    PERO NO SE PREOCUPEN, TENEMOS LA CIUDAD LLENAS DE BANDERAS DE ESPAÑA DE 5.000€ a 50.000€ , CADA UNA.
    Seguiremos votando en CONTRA de nuestros intereses, por no votar en CONTRA DE NUESTRA CONCIENCIA?????

    • Vaya cagada de artículo.
      Para muchos Madrid es una maravillosa ciudad y los dos personajes que citan Almeida y Ayuso dos de los políticos trabajadores más queridos de nuestro país.

  2. Estoy esperando los comentarios diciendo que lo mismo pasa en todas las grandes ciudades. Aparte de que no pasa lo de Madrid en todas las grandes ciudades (he vivido en el extranjero treinta años y lo sé), no he visto a sus gobernantes presumir de que su ciudad sea la mejor del mundo, ni les he visto mentir con tanta facilidad. No entiendo cómo se puede votar a una gente tan altanera, a no ser que en Madrid no haya pobres o la mayoría sea analfabeta.

  3. El mayor problema que existe en la sociedad es que 80% es zombi y no ven más allá.
    No os aveis dado cuenta que estamos gobernados con delicuentes y sin una idea para mejorar a los ciudadanos, sólo saben criticar se y mentir a los ciudadanos zombis.
    Yo soy el único que tiene la solución de España, energía infinita y todos los Gw que el mundo necesite, sin petróleo,gas, nuclear, hidráulica, carbón, solar, eólica, hidrógeno, imanes etc. Coste de producción cero y mantenimiento muy poco.
    Pero no lo quieren, se crearía una industria NAVAL, TERRESTRE, AÉREA, ESPACIAL, y Militar.

  4. Vaya cagada de artículo.
    Para muchos Madrid es una maravillosa ciudad y los dos personajes que citan Almeida y Ayuso dos de los políticos trabajadores más queridos de nuestro país.

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