Se ha visto, en esta etapa de crisis, en toda Europa, como a nivel político, ha habido una crisis electoral profunda de los partidos socialdemócratas, y por el contrario un crecimiento electoral, muy peligroso, de opciones de extrema derecha, con ideologías racistas, xenófobas, homófobas , … de incitación al odio de forma general y conectado a todo esto, mientras se debilitan a pasos agigantados las opciones socialdemócratas, se a experimentado un surgir, de opciones nuevas que se sitúan a la izquierda de las opciones tradicionales socialdemócratas europeas (partidos socialistas, social demócratas y laboristas) ¿Cómo es posible esto, que conexión tiene todo entre si?
Empecemos por analizar, la caída de la social democracia y el crecimiento en zonas obreras de la extrema derecha, en este punto, tiene mucho que ver, la intoxicación ideológica de cómo los partidos socialistas, se han liberalizado, cambiando la practica socialdemócrata por la practica progresista, permitiendo así a la derecha liberal conservadora, ganar definitivamente la lucha de clases, con la negación de la misma, y cambiando absolutamente por completo, el foco de la lucha, sustituyéndola por otra, cosa la cual, permite abrir un hueco a ideologías de extrema derecha, ofreciendo sus soluciones, al nuevo concepto de lucha.
Para analizar esto, tenemos que tener claro, que cuando hablamos de la gestión de un país, estamos hablando de dos cosas fundamentales, la recaudación (impuestos), y el gasto (lo que se hace). Empezando por la recaudación , el problema fundamental que se da, es la descompensación de esfuerzos entre pudientes y clases populares, si tomamos como por ejemplo España (por poner un ejemplo), tenemos que las presiones fiscales de las clases muy poderosas , están en torno al 2%, mientras que las presiones fiscales de las clases populares están entre un 30-35%, evidente es pues, de que esta poquísima gente con tan poco esfuerzo fiscal, que en términos absolutos ya supera en cuantía al ingreso recaudado por las clases populares, fijados sobre el 30%, y siendo muchos más, si se equiparan los esfuerzos, supondría multiplicar por mucho mas de dos, el presupuesto anual nacional, con lo que el debate de recortes porcentuales en partidas presupuestarias, no se daría puesto que si que se recaudaría el dinero que si que hay, y el cual se dice no disponer.
Como he dicho antes, los partidos socialdemócratas se han dejado intoxicar pasando de ser socialdemócratas a ser progresistas en relación a la economía, y aquí, sería conveniente pararnos para entender con un ejemplo muy gráfico, que es ser socialdemócrata, que es ser progresista y que es ser conservador para la temática de la recaudación impositiva:
Imaginemos un pacto entre dos niños para comprar dos bolsas de caramelos a la semana cada una cuesta dos euros, la primera representa los servicios básicos (policía, escuela primaria, instituciones,…) , la segunda los servicios sociales, los cuales generan un debate sobre su gasto y prioridades.
El primer niño es pobre y con gran esfuerzo aporta una paga semanal de un euro a la semana, el segundo es rico y el esfuerzo equivalente seria 3,1 euros. ¿Cuánto tiene que pagar el rico?
Caben tres tipos de respuestas según las ideologías económicas:
- Respuesta conservadora:
- Si el pobre paga un euro, el rico paga un euro. De tal forma se garantiza la primera bolsa de forma pública, pero quien quiera los servicios de la segunda se los tendrá que contratar de forma privada.
- Respuesta socialdemócrata:
- Si la equivalencia de esfuerzo es 3,1; el rico pagara 3,1; de tal forma obtenemos que no hay privilegios, puesto que ambos aportan el mismo esfuerzo y de forma comunada ambos tendrán las dos bolsas.
- Respuesta progresista:
- Esta navegaría en un intervalo superior a uno e inferior a 3,1.
- Con esto se obtiene que el pudiente sigue siendo un privilegiado puesto que al ser inferior siempre la cantidad a su equivalencia de presión fiscal, su esfuerzo siempre será más pequeño que el de las clases populares, aunque en términos absolutos ponga más cantidad.
- Evidentemente mientras más se aproxime al uno, la ideología del ejecutor será menos progresista y más cercana al conservadurismo, y mientras más se aproxime al 3,1 será más progresista y más cercana a la socialdemocracia.
- Un ejemplo de gestión progresista: imaginemos que en ese intervalo se decide que el rico pague 2.
- 1era semana: 1+2=3; se compraría una bolsa mancomunada
- 2da semana: 1+1+2=4; se compraría ambas bolsas
- La tercera semana forzaría a un recorte de una bolsa
- Etc
- Con todo esto lo que se obtiene es que con una voluntad de dar gestión de servicios públicos, pero a la vez de maneter en situación de privilegio al privilegiado, (puesto que su esfuerzo fiscal sigue siendo menor), justo en tiempo de crisis, será cuando más se desproteja al que mas hay que proteger.
- Como apunte, hay que no dejar pasar por alto, que algunos autores defienden que el progresismo a nivel económico es similar a la socialdemocracia, pero esto es debido, a que el cruce de los esfuerzos fiscales, con un progresismo muy alto, en muchos casos llega económicamente a sufragar lo necesario, como en el ejemplo, si en el intervalo de 1,01 hasta 3,09, se hubiera elegido entre 3 y 3,09, que sin llegar a 3,1, y continuando la situación de privilegio al tener menor esfuerzo fiscal, pero llega para los gastos (si no se cuenta posibles situaciones extraordinarias)
Con toda esta explicación lo que tenemos es que tras el pacto entre democristianos y socialdemócratas, que hace avanzar del estado liberal democrático hacia el estado social democrático de derecho, todos los principales partidos, se vuelven progresistas por dicho pacto (desde un punto de vista económico, no estamos hablando de derechos sociales y morales, libertades , sexualidad,…) y la batalla sobre los impuestos, pasa a estar , si nos atenemos al ejemplo de los caramelos entre el 1,01 y el 3,09; siendo los socialdemócratas más cercanos cuando gobiernan al 3,1 pero sin llegar al 3,1 que supondría ser socialdemócrata (igualdad de esfuerzo fiscal) y los conservadores, más cercanos al 1 pero sin llegar al 1 que supondría ser conservadores.
Todo esto hace que asumamos por largo tiempo, ese margen de equilibrio entre 1,01 y 3,09, como “lo que hay” como si eso fuera real, siendo en realidad lo que se gestiona bajo un sistema injusto.
Justo esta batalla, (la batalla del impuesto 1 o 3,1) por la justicia fiscal, es el principal fuente de conflicto de “la lucha de clases”, y al asumir como cierto la descompensación fiscal , hace que el presupuesto social ( segunda bolsa en el ejemplo) no se pueda comprar entero, y aquí aparece su desgranación y priorización del gasto: (5% deporte, 15% educación, 15% educación, 10% i+d+i,…), justo en este debate, de que hace mas falta y que menos, aparecen las ideologías de odio, disfrazadas de razones económicas, y cuando por ejemplo, nos hablan “civilizadamente” del gasto razonable que supone la inmigración, han conseguido cambiarnos el concepto de lucha de clases (impuesto de 1 o 3,1), donde el ellos son los poderosos y el nosotros son las clases populares, por uno de prioridad de gasto, donde el ellos son los inmigrantes y el nosotros somos los nacionales. Lo mismo pasa con derechos sociales, como ley de dependencia, o la discutida renta básica ciudadana,… donde la derecha, con ideología conservadora, defiende de forma “civilizada” lo utópico e irreal de esa utopía , llevando razón solo si asumimos el sistema liberal (tanto en su gestión progresista como en su gestión conservadora) como la única forma posible de actuar.
Es justo aquí, cuando nos han conseguido cambiar el concepto de lucha, cuando disfrazados de justificaciones económicas, aparecen los fascismos, y toman fuerza justo en tiempos de crisis, así se explica que en barrios obreros en zonas europeas estén cogiendo altos niveles de votos partidos fascistas y este decayendo la socialdemocracia.
En el otro extremo aparece el surgimiento de partidos a la izquierda de los tradicionales partidos socialdemócratas, que aunque son tachados por los gestores del sistema liberal de extremistas, no son más que partidos que exigen el retorno a la socialdemocracia perdida tras el pacto por el Estado Social Democrático de Derecho, pacto, que aunque consiguió importantes avances sociales, firmo la derrota de las clases trabajadoras en la lucha de clases, y su alza, comiendo terreno a los partidos soicalistas, socialdemócratas y laboristas, se debe a que si que hay gente que se ha dado cuenta de la situación y no cae en la trampa.
Por todo ello, se explica que al Socialdemocracia sea las fuerzas que sean capaz de perder votos en todas las direcciones, personas que creen en el sistema y son volátiles entre progresistas y conservadores, personas que sin darse cuenta asumen las deficiencias económicas del sistema como realidad sin remedio y se van a opciones de extrema derecha para defender “lo suyo” cambiando lucha de clases por otros conceptos de lucha, y personas que se van a opciones nuevas que exigen el retorno a la socialdemocracia porque se han percatado del fallo real.
Así pues , todo sumado ,obtenemos la descomposición acetal de la socialdemocracia y el preocupante avance de los extremismos, nos queda una importante tarea pedagógica, social y guerra económica por delante, si queremos evitar lo peor.
Todo a base d ela traicion de los socialistos y de azuzar racismo parq que finalmente en una estrategia bien calculada y usando los partidos ultras, ganen los tecnocratas neoliberal-fascistas que aun son pero que los ultras
Bueno, como en todo pacto, hay ventajas y contrapartidas, por desgracia en el pacto de 1948 entre democristianos y socialdemócratas después de la segunda guerra mundial para construir el estado social democrático de derecho, aunque cono ventajas se consiguió determinadas coberturas sociales para las clases populares la contrapartida fue demasiado grande limitando las políticas sobre presiones fiscales a los poderosos dejando así la aceptación de recursos limitados, cosa no cierta, y teniendo que elegir prioridad en el presupuesto en lugar de justicia social en el ingreso. De aquellos polvos éstos lodos.