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La banalización del sufrimiento

Alberto Vila
Alberto Vila
Analista político, experto en comunicación institucional y economista
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análisis

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El hecho de que el presidente de Médicos Sin Fronteras en España, David Noguera, urge al Gobierno y a la UE a encontrar una «solución humana» e integral para afrontar el problema de la inmigración porque «no puede haber un debate cada vez que haya un nuevo episodio». Esto sucede ahora con el Aquarius, el barco humanitario que opera la ONG junto a SOS Méditerranée. Todo este nuevo episodio, deja en evidencia la crisis humanitaria de la que esta Europa es directamente responsable. Noguera afirmó que «El Mediterráneo no puede ser el corredor migratorio más mortífero del mundo»(…) «llevamos cuatro años con miles de muertos sin encontrar una solución en el mar donde nos bañamos todos». Deja un dato para comprender la magnitud del desastre: «Llevamos unos mil muertos en el Mediterráneo desde que el Aquarius llegó a Valencia».

Desde Moncloa se argumenta que el Gobierno reaccionó de modo diferente en el mes de junio pasado, ante una emergencia humanitaria similar, “cuando era evidente que estaban cerrados todos los puertos y nadie se hacía cargo». Entonces, cuando la embarcación gestionada por las ONG SOS Mediterranée y Médicos sin Fronteras se hizo cargo de las 629 personas que se sacaron del mar en circunstancias parecidas. Ahora, aceptando 60 de los 141 inmigrantes, se disculpan desde el Ejecutivo y anuncian que estas decisiones han sido su éxito en la UE.

Deberíamos dejar claro que, el gobierno de Pedro Sánchez, fue apoyado para llevar a cabo las transformaciones necesarias para volver a colocar a España en la senda del progreso social. El recurrir la condena a España por las devoluciones en caliente basándose en la Ley Mordaza, es desde todo punto de vista inaceptable.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó, el martes 3 de octubre de 2017, a España por la ‘devolución en caliente’ a Marruecos de dos inmigrantes en la valla de Melilla sin ser identificados, lo que «supone una expulsión de carácter colectivo», contraria al Convenio Europeo de Derechos Humanos. El fallo unánime concluye que España también vulneró el derecho a un recurso efectivo. El 13 de agosto de 2014 los inmigrantes fueron esposados y entregados a las autoridades marroquíes «contra su voluntad» y «sin ninguna medida administrativa o judicial previa». Recordemos que, en marzo de 2015, luego de la tragedia del Tarajal con quince muertos sin responsables ni culpables, en el Boletín Oficial del Estado se publicó la Ley de Seguridad Ciudadana o, coloquialmente conocida como “Ley Mordaza”. En su Disposición Final Primera, enmienda la Ley de Extranjería para amparar la devolución sumaria a Marruecos de los migrantes interceptados en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, bajo la nueva figura jurídica del “rechazo en frontera”, o lo que se conoce como devoluciones en caliente. Esta nueva figura, que entró en vigor en esas fechas, permite que los inmigrantes interceptados en la frontera puedan ser expulsados sin pasar por los procedimientos legales a los que hasta ahora tenían derecho, es decir, abrir un expediente, proporcionarles asesoría jurídica, averiguar su procedencia y la posibilidad de que se acojan a asilo. Esa es la legalidad que la condena que llega desde la UE deslegitima. Es inaudito que se persista en mantener ese marco jurídico con el recurso, máxime si este gobierno tiene pretensiones de recuperar la calidad democrática.

En ningún caso se lo ha apoyado para resolver las expectativas partidistas del candidato extra parlamentario, sólo respaldado por poco más de 80 diputados y una potente maquinaria de marketing político. El respaldo que Pedro Sánchez solicita para la aprobación de presupuestos, tiene que ser coherente con el mandato que transmiten las bases de las fuerzas políticas que lo han investido. Ello, en base a una serie de compromisos de gobierno asumidos. La realidad con sus complejidades y urgencias se nos puede caer encima si no se gobierna seriamente. Eso supone avanzar en las medidas transformadoras, no en regresar a la legalidad, que la derecha neofranquista le ha impuesto a los españoles durante el gobierno Rajoy. No hay espacio para la ambigüedad.

Como prueba de estas decisiones erráticas, desde Human Rights Watch (HRW), la investigadora de la ONG Judith Sunderland,  condena el aumento de víctimas en los últimos meses: «Los esfuerzos de la UE para bloquear los rescates y los titubeos sobre dónde pueden aterrizar las personas rescatadas, impulsados por el enfoque duro y despiadado de Italia, están provocando más muertes en el mar y más sufrimiento en Libia«. «En vez de desalentar los rescates de organizaciones no gubernamentales, buques comerciales e incluso buques militares, los Estados miembros y las instituciones de la UE deberían garantizar que las personas rescatadas puedan ser llevadas a puertos seguros donde puedan satisfacerse sus necesidades de protección».

Los titubeos, dobles mensajes y pretensiones de capitalizar una supuesta solución de esta catástrofe humanitaria, como han competido tanto Sánchez como Macrón, dejan al descubierto su ignorancia de la magnitud de la misma.

Mientras, las condiciones de vida de los ciudadanos sigue siendo agredida sin el menor recato. Eso debe tener una respuesta. No permitas que sigan banalizando el sufrimiento.

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