La Asociación Española de Pediatría ha planteado una propuesta sobre las mascarillas de nuestros hijos en los colegios: retirarlas progresivamente comenzando a finales de este mes por los más pequeños y continuando en el mes de abril por los institutos de Enseñanza Secundaria.
Comenzaría, según su propuesta, el plan de eliminación de las mascarillas por el alumnado de primero y segundo de primaria, para ir avanzando a tercer y cuarto curso. En vista de los resultados, dar el paso a quinto y sexto.
Hasta ahora los alumnos y alumnas de infantil no tenían que llevar las mascarillas en clase, por lo que ha servido para evaluar el impacto de infecciones entre ellos en comparación con los que sí han tenido que llevar las mascarillas durante todo este tiempo.
La semana pasada, desde el jueves, ya se estableció la pauta para eliminar las mascarillas en los patios al aire libre. Una medida que todavía ha costado asumir en algunos centros done han querido utilizar la «excusa» de guardar las distancias de 1,5 metros de seguridad para justificar que los alumnos tengan que seguir llevándolas.
Confusión en la interpretación de la normativa en los patios
Desde Diario16 nos pusimos inmediatamente en contacto con la Consejería de Sanidad de Castiilla La Mancha ante los problemas de interpretación que estaba habiendo con la aplicación del nuevo decreto que eliminaba el uso de las mascarillas en el exterior. La confusión generada a la hora de interpretar la pauta que señalaba que las mascarillas podrían retirarse siempre y cuando se pudieran garantizar las medidas de 1,5 metros de distancia de seguridad, fue rápidamente aclarada por un escrito dirigido desde la Consejería de Sanidad a los directores y directoras de los centros educativos castellanomanchegos el miércoles a última hora de la tarde. En esta nota aclaratoria se dejaba claro que para los niños en los patios de la escuela no se debía aplicar esta regla del distanciamiento y que las mascarillas quedaban fuera de uso en el exterior.
Las mascarillas se han venido aplicando sin contar con el consenso de los expertos, y en el ámbito educativo son varias las voces que vienen advirtiendo de los problemas que puede generar su uso: tanto a nivel físico, puesto que puede suponer una falta de oxígeno necesario en una edad en la que el desarrollo es fundamental, así como para tener en cuenta la necesidad de herramientas de comunicación que se ven bloqueadas a la hora de tener la cara tapada. Dificultad para el aprendizaje es lo que apuntan los expertos en pedagogía asociado al uso de mascarillas.
En países como Noruega ya se estableció que el personal docente no estaba autorizado para tapar sus rostros, puesto que debían mostrarse para que los alumnos pudieran comprender perfectamente lo que se les está enseñando en las aulas. De esta manera, la normativa dejó claro que el profesorado debía dar sus clases sin mascarilla.
Cataluña ya ha anunciado que este mes desaparecerán las mascarillas de las aulas. Una medida que muy posiblemente veamos en los demás territorios.
Esta petición de la Asociación Española de Pediatría ya lleva un retraso de más de un año y medio. Desde aquí expreso mi más profunda indignación por la tortura a la que se está sometiendo a los educandos en los centros escolares y mi deseo de que todos los docentes que no se han opuesto de alguna manera a estas medidas penitenciarias sean juzgados algún día