Se celebra Halloween para celebrar el miedo, y para muchos, las matemáticas es su mayor temor. Estudiantes que temen suspender matemáticas, o personas que se agobian por no saber realizar operaciones sencillas, la ansiedad matemática está más presente que nunca, y ahora más que se sabe que es contagiosa. Profesores que odiaron las matemáticas transmiten en los alumnos una visión angustiosa de las matemáticas, y cuando éstos se ven obligados a hacer un examen, sus bajas destrezas provocan una situación de estrés, pasividad, que se ve reflejada en bajas calificaciones, y eventualmente en subestimar las matemáticas, una ciencia que lidera los suspensos en la educación.
El miedo a las matemáticas se transmite, y provoca que muchos padres y madres no quieran saber nunca más de matemáticas, y eventualmente, los hijos tampoco.
Concluyendo, el miedo a las matemáticas no necesita disfraz, existe, se transmite, y hay que acabar con él para que en Halloween disfrazarse de número par no sea una pesadilla.