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Kosovo, un eufemismo constante para España

España es aún uno de los cinco países de la UE que no reconocen la soberanía del país balcánico para evitar comparaciones con el conflicto catalán

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análisis

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La selección española de fútbol juega este miércoles un partido decisivo para la clasificación del Mundial de Catar 2022 con la “Federación de Fútbol de Kosovo”, según la eufemística denominación de RTVE y el Gobierno de España. El 17 de febrero de 2008 la Asamblea de Kosovo decidió por unanimidad declarar la independencia unilateral de Serbia. En España gobernaba el socialista José Luis Rodríguez Zapatero y la Cataluña de entonces aún no había comenzado la era del procés aunque el runrún soberanista siempre estaba ahí.Se evitaba a toda costa un posible paralelismo entre ambos casos por lo que pudiera pasar.Ni Zapatero entonces, ni después Mariano Rajoy ni ahora tampoco Pedro Sánchez reconocen la soberanía de este pequeño país balcánico, aunque más de 113 países del planeta la han aceptado plenamente y sólo cinco de la Unión Europea, incluido España, se niegan a hacerlo aún.

El actual jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, ya dijo en 2018 cuando era titular español de Exteriores que España no reconocería la independencia de Kosovo hasta que no lo hiciera Serbia. Precisamente este reconocimiento por parte de Serbia sería un aval decisivo para facilitar su entrada en la Europa de los 27, aunque por el momento no se han producido avances en este sentido entre ambas diplomacias.

Más de 113 países, entre ellos 23 de los 27 socios de la UE, admiten la independencia de Kosovo, incluso otras naciones con fuertes tensiones nacionalistas como Canadá o Reino Unido

Aunque la UE no mantiene una posición hegemónica sobre Kosovo, 23 de sus 27 miembros ya han reconocido su soberanía, entre ellos Alemania, Francia e Italia. España sigue enrocada desde un primer momento con este asunto, y más desde que estallara el procés. Desde un primer momento, las simpatías de los últimos gobiernos catalanes hacia Kosovo no se han ocultado, aunque el que fuera presidente kosovar en 2019 Hashim Thaçi negó que fueran casos parecidos bajo ningún concepto: “Invito a España que nos reconozca, ya que sería la decisión correcta. El caso de Kosovo es especial. En Kosovo ha ocurrido limpieza étnica y genocidio por parte del Estado de Slobodan Milosevic. Hemos librado una batalla por la existencia. La intervención de la OTAN ha sido una intervención humanitaria para proteger a la población civil. España no es Serbia, no está gobernada por un Slobodan Milosevic, y tampoco Catalunya es Kosovo”, aseguró en una entrevista a Efe.

La guerra entre Kosovo y Serbia se prolongó desde febrero de 1998 hasta junio de 1999, que dejó formalmente este territorio como una provincia autónoma de Serbia administrada por la ONU con carácter interino, aunque el Gobierno de Belgrado no intervenía en la región. Cuando la asamblea kosovar proclamó la independencia de forma unilateral en febrero de 2008 la Asamblea General de la ONU consultó a la Corte Internacional de Justicia de La Haya. En 2010 dictaminó que la proclamación unilateral no había violado el derecho internacional, aunque su decisión no tenía carácter vinculante. “La asamblea de Kosovo tenía poder para tomar decisiones que afectaran a su orden legal”, agregó el juez presidente, Hisashi Owada, quien añadió que la declaración tampoco violó la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

En la actualidad, la posición de España en contra de la declaración de la soberanía de Kosovo se suma a otras naciones con fuertes tensiones nacionalistas como países con problemas con fuertes movimientos separatistas, como Canadá, China, Reino Unido o Rusia.

Retransmisión esperpéntica

En el partido de ida clasificatorio para el Mundial de Catar 2022 que España celebró en marzo pasado contra Kosovo en el estado sevillano de La Cartuja, la retransmisión televisiva del partido por parte de la cadena pública española rozó el esperpento y superó el ridículo a partes iguales.  El duelo futbolístico fue presentado a instancias del Gobierno como el choque entre un país y una federación de fútbol. Los comentaristas en ningún momento se refirieron al equipo balcánico como Kosovo a secas y utilizaron el eufemismo de “equipo de la federación de fútbol de Kosovo”. Y para colmo, se rotuló con mayúsculas a España y se utilizaron sólo las minúsculas para el equipo rival. Además, en los videomarcadores se decidió utilizar los escudos de las dos federaciones de fútbol para evitar males mayores. Este miércoles, España juega en campo contrario, en un país no reconocido por su diplomacia pero que existe con todas las de la ley para más de un centenar de países del planeta, 23 de la UE y la propia Federación Española de Fútbol.

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