Juan Carlos I ha presentado en la Agencia Tributaria una declaración para regularizar su situación fiscal. Según ha informado El País, el escrito está relacionado con la utilización por parte del rey emérito y de su familia de tarjetas de crédito con fondos opacos procedentes del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause que están siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo. Sin embargo, no se hace mención ni a fondos en el extranjero o al presunto cobro de comisiones.

Esta declaración está siendo analizado por la Agencia Tributaria quien determinará en los próximos días si acepta dicha regularización o solicita más información, además de determinar la cuantía a pagar en concepto de multa y del dinero ocultado a Hacienda.

Este hecho es importante, puesto que se trata de un reconocimiento implícito de la utilización de esas tarjetas de crédito con fondos opacos y, en realidad, esa regularización la intención que tiene es evitar responsabilidades penales para el rey emérito, siguiendo los pasos de otros grandes evasores que evitaron causas judiciales pagando la correspondiente multa y la devolución del dinero ocultado al fisco. Así ocurrió tras la publicación de la Lista Falciani en la que, por ejemplo, se descubrieron 2.000 millones ocultos por la familia Botín en el HSBC de Suiza y que, con el pago de la correspondiente multa, evitaron ser juzgados tras el archivo de la causa por el juez Fernando Andreu.

Esta no es la única investigación abierta por la Fiscalía sobre el origen del patrimonio de Juan Carlos I. Actualmente, se está indagando sobre el presunto cobro de comisiones procedentes del AVE de La Meca y al uso de otra tarjeta de crédito de la que también se podrían haber presuntamente beneficiado tanto el rey emérito como miembros de su familia sin ser los titulares de las cuentas asociadas.

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