P20210121AS-0360: President Joe Biden signs the commission for Avril Haines to be the Director of National Intelligence Thursday, Jan. 21, 2021, in the Red Room of the White House. (Official White House Photo by Adam Schultz)

El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) hizo público en 2020 un trabajo, los FinCEN Files, en el que se mostró al mundo cómo los grandes bancos globales mueven billones de dólares procedentes del narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de armas y personas o de las oligarquías dictatoriales de distintos países.

La investigación señalaba, principalmente, a 5 grandes bancos mundiales como responsables de este tipo de transacciones: JP Morgan Chase, Deutsche Bank, HSBC, Standard Chartered Bank y, sobre todo, el Bank of New York Mellon, uno de los máximos accionistas del Banco Santander. Varias de las transacciones realizadas por el New York Mellon se hicieron a través del Santander.

Nada impidió que estos bancos siguieran actuando con activos procedentes de actividades ilícitas, ni siquiera la dura legislación norteamericana contra el blanqueo de capitales. Estas grandes entidades siguieron moviendo fondos ilícitos incluso después de que funcionarios estadounidenses les advirtieran que enfrentarían procesos penales si no dejaban de hacer negocios con mafiosos, estafadores o regímenes corruptos.

Según la investigación de ICIJ, se movieron más de 2 billones de dólares en transacciones en el periodo 1999-2017 que fueron identificadas como posibles apuntes de blanqueo de capitales procedente de actividades ilícitas.

Este trabajo provocó un importante movimiento legislativo en Estados Unidos, con nuevas medidas anti blanqueo (todavía insuficientes), que colocan a Joe Biden en una situación privilegiada para convertirse en el primer mandatario de una de las principales potencias económicas del mundo en terminar definitivamente con el blanqueo de capitales, la evasión de impuestos de las multinacionales/grandes fortunas y los paraísos fiscales.

La actitud adoptada durante los primeros meses de la Administración Biden ha esperanzado a los defensores de la lucha contra la corrupción porque, a priori, el mandato del nuevo presidente en la Casa Blanca puede marcar un punto de inflexión en la lucha contra el blanqueo de capitales y el abuso de los paraísos fiscales, dos problemas superpuestos empeorados por el secreto bancario que protege a grandes sumas de dinero de los recaudadores de impuestos y las autoridades policiales.

Según la Guía Estratégica Provisional de Seguridad Nacional de la nueva Administración norteamericana, que fue publicada pasado mes de marzo, se señala a la lucha contra la corrupción global como un tema principal. «Tomaremos medidas enérgicas contra los paraísos fiscales y el financiamiento ilícito que contribuyen a la desigualdad de ingresos, financian el terrorismo y generan una influencia extranjera perniciosa». 

Precisamente, las promesas de Biden llegan en un momento en que Estados Unidos, como otras muchas de las principales economías del mundo, están experimentando un impulso político en torno a propuestas que garanticen que las grandes fortunas y las multinacionales con altos beneficios paguen su parte justa de impuestos para ayudar a aliviar la pandemia y la recuperación económica.

Joe Biden afirmó en su primera rueda de prensa como presidente que había llegado la hora de cambiar el paradigma para «recompensar el trabajo, no solo la riqueza», una línea que reforzaron sus promesas de aumentar las tasas impositivas a los más ricos y las grandes corporaciones. Esta semana, tal y como publicó Diario16, Biden hizo pública una propuesta de aumento de impuestos sobre las empresas y los beneficios en el extranjero para pagar su plan de infraestructuras.

Son muchas las investigaciones periodísticas y policiales que demuestran cómo grandes fortunas, políticos corruptos, traficantes de drogas, violadores de derechos humanos y evasores de impuestos, como, por ejemplo, las multinacionales, utilizan el sistema offshore para ocultar su riqueza o para evadir impuestos. A esto hay que añadir cómo los grandes bancos permiten que billones de dólares en dinero sospechoso fluyan a través de sus cuentas para terminar perfectamente blanqueado.

Hasta ahora, la Administración de Joe Biden no ha proporcionado detalles concretos sobre cómo va a afrontar la lucha prometida contra los paraísos fiscales y el blanqueo de capitales. Sin embargo, hay varias medidas a adoptar, según señalan distintos expertos en evasión de impuestos y blanqueo de capitales, que analizaremos en los próximos días.

1 COMENTARIO

  1. Hombre, Uds generalizan demasiado. Que halla capitalistas que sean mafiosos o algo parecido, no significa que todos los capitalistas sean iguales. Es como ese artículo que publicaron hace poco en que decían que «la Unión Europea está en manos de neoliberales enemigos de la clase obrera»
    Yo no digo que China sea enemiga de la humanidad ni de la clase obrera, pero por lo menos enemiga de Occidente, lo cuál nos incluye a los españoles, sí que lo es. Está llamando a una «Guerra de Civilizaciones» contra nosotros. Ahí sí que Biden, la Unión Europea, y en general los países occidentales de mayoría blanca sí que deberíamos ponernos de acuerdo para no ser derrotados.
    Y digo mayoría blanca, porque China está llamando a luchar contra la «supremacía blanca». ¿Les suena? ¿La violencia de los Black Lives Matter y cosas parecidas? Pues es la propia China la que está llamando ahora a hacer una coalición anti-blanca.

    https://es.gatestoneinstitute.org/17244/china-guerra-civilizaciones

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