PRESENTACION EL ENEBRAL LIBERTAD8¿Desde cuándo llevas escribiendo?

Es una vocación tardía. Empecé a escribir cuando Javier Puebla abrió su taller de literatura allá por 2004.

Otros libros tuyos giraban en torno a un solo protagonista. ¿Cómo nació este?, ¿a partir de uno de los personajes?, ¿de la idea?

Los libros anteriores obedecieron a la petición de Javier Puebla de que éstos estuvieran centrados en un solo personaje. En el primero, los cuentos de Claudio, se trataba de escribir sobre un personaje, Claudio, con ciertas similitudes a mí. Esto facilitaba la escritura a gente como yo que no habían escrito nunca. El personaje sería del mismo sexo que el escritor y se utilizaría la tercera persona. El comienzo sería a partir de un Claudio niño que iría creciendo en cada capítulo. En el segundo libro, la voz de Ofelia, el cambio respecto al anterior consistía en escribir sobre un personaje femenino y en primera persona. Los capítulos también se iban produciendo con una cadencia cronológica. En cuanto a El Enebral la idea era escribir sobre personajes que podían ser totalmente dispares pero que tenían algo en común en la cotidianidad de sus vidas. En este caso pensé en una “urba” del norte de Madrid. Esto daba muchas posibilidades de escribir sobre distintos personajes.

Hablando de personajes, en el Enebral hay unos cuantos… Pregunta tópica e indispensable en una entrevista a un escritor, ¿qué hay de ti en tus personajes?

[Risas] Ahora yo debería decir eso de… Me alegro de que me hagas esa pregunta…

Como te decía anteriormente, el personaje del primer libro, Claudio, tenía muchas cosas mías, incluso algunas anécdotas que vertebraban los primeros capítulos eran prácticamente la transcripción de lo que me decía mi memoria, memoria que, por cierto, puede engañarnos frecuentemente. Luego Claudio iba creciendo y vivía episodios ajenos a mi vida. Pero el alma del personaje sí podría decirse que de alguna manera se alineaba con la mía. El personaje del segundo libro, Ofelia, Era radicalmente opuesto a mí en cuanto a forma de ser, aunque puede que me permitiera insuflarle de mi cosecha un carácter ajeno a ciertos tópicos femeninos. Con esto espero que Ofelia no me quedase demasiado masculina [Risas] …

En cuanto a El Enebral, como bien has dicho, hay unos cuantos personajes. Creo que ninguno tiene muchas cosas de mí, pero sí algo de mí. Humildemente, me considero un buen observador de los comportamientos de los demás y creo esas observaciones mías son las que reflejo en los personajes, aunque no tengan nada que ver conmigo.

¿Tienes desde el principio la idea de cómo se van a desarrollar las cosas?

No en los tres libros publicados hasta ahora. Empezaba sin saber qué me depararía el resto de la escritura. En El Enebral podría decirse que “iba improvisando”. Lo que empecé a escribir después de El Enebral es diferente…

Bueno, de eso hablaremos después. Déjame antes preguntarte por algo más sobre los personajes de El Enebral. ¿De dónde surgen Malena y Vadim, los personajes que, en mi opinión, engarzan las vidas de los demás?

Muy acertada consideración la tuya. En el caso de Malena, Una señora mayor bastante extraña, o dicho de forma menos suave, una vieja loca, no hay una persona que pueda servir como referente: podría decirse que me la inventé de arriba abajo. Me encantó porque podía dar rienda suelta a ese realismo mágico de extrarradio madrileño. Vadim es el jardinero moldavo que quiere ayudar a todos a través de una mezcla de afecto propio y de las videncias de su madre y su abuela, pitonisas ambas en la lejanía de Tiráspol. En este caso sí me inspiré en un personaje real. No era moldavo ni se llamaba Vadim y no todo era calcado de la realidad, pero cuando me contaban algunas anécdotas suyas no pude resistir la tentación de meterlo en todo el jaleo de El Enebral. De hecho, el personaje lo añadí cuando ya estaba acabado el libro reescribiendo parte de algunos capítulos.

¿Cómo hablan tus personajes? ¿A quién escuchas para darles voz y estilo?

Suelo escribir bastantes diálogos porque creo que en algunos casos dicen mucho más que algunos párrafos de descripciones. Siempre me preocupa que suene igual que a la forma en que habla la gente. Siempre me pregunto si en una conversación real la gente dice, por ejemplo… “Tengo dos muy educados hijos y estoy orgulloso de los mismos”… No, lo que la gente dice es… “Tengo dos hijos muy educados y estoy orgulloso de ellos”. [Risas] Huyo de que los personajes hablen de forma literaria.

Pasando a algo más personal ¿Por qué conoces tan bien el mundo de la emigración y los retratas con cierto afecto?

Bueno, lo conozco desde mis relaciones con ese mundo, no desde dentro, cosa que es desgraciadamente y con seguridad mucho más dura. En cuanto a retratar con cierto afecto será quizá porque se lo tengo, y mucho. Mis experiencias con eso que tú denominas “el mundo de la emigración” siempre han sido muy satisfactorias, en algunos casos maravillosas.

¿Por qué la música está tan presente en cada capítulo?

Al igual que no pude resistirme a introducir al personaje de Vadim no pude, ni puedo resistirme a que la música aparezca con frecuencia en mis libros. Soy un melómano impenitente y la música me inspira constantemente. Muchas de las cosas que voy inventando una vez empezado un libro me vienen a la mente durante ese momento de comunión con la música cuando la escucho en un concierto, en casa, en el coche, etc. A veces me preocupa que resulte reiterativo el tema musical para los lectores. Pero como te he dicho no me puedo resistir a no hacerlo.

Bueno, pues antes de pasar a la última pregunta déjame te pregunte una curiosidad que tengo. ¿Existen de verdad las enfermedades de Leo, Isabel, Artemio…? El síndrome de cautiverio…

[Risas] Algunas enfermedades existen realmente y me documenté sobre ellas. Incluso me hablaron de gente que las padecía, como el caso del síndrome de cautiverio. Otras existen y fui yo el que las buscó para que se acomodaran a la trama. Por ejemplo, el síndrome de Capgras o la amnesia lacunar. En el caso de síndrome de Pilatos tengo que reconocer que le eché bastante imaginación. Por no decir que le eché bastante cara. [Risas de nuevo]

Y ahora la pregunta final. Pero déjame que te pregunte por tus nuevos proyectos de forma diferente. Hasta ahora tus obras se desarrollan en un entorno parecido al tuyo. ¿Te planteas explorar otros ambientes, otros países, otros perfiles más ajenos? (un jugador de béisbol de Arkansas, una florista del Londres victoriano… pero que se quede en su puesto de Covent Garden).  En otras palabras, ¿te tienta buscar la esencia del ser humano en personajes muy distintos de ti?

Me tienta, y mucho. El nuevo proyecto, que ya he empezado, está a medio camino entre esos personajes tan atractivos que propones y otros no menos atractivos, pero de los que se han escrito ya ríos de tinta. Empecé hace tiempo a escribir escenas intercalando capítulos de la vida de dos personajes antes y después de conocerse. La música es si cabe más presente aún que en los libros anteriores. Como melómano, cinéfilo y amante de la Historia las figuras de Richard Wagner y Luis II de Baviera me han atraído desde siempre. La labor de documentación está siendo de lo más gozosa para mí y tengo el proyecto de intercalar las vidas de otros personajes que de alguna manera estén relacionados con ellos. En este caso ya no es tanto ir improvisando sobre lo que pasa en el libro (que de alguna manera ya se conoce) sino de qué y cómo se va relatando. Como ves estos perfiles son muy ajenos a mí en cuanto a tiempo, carácter, etc. No tan ajenos en cuanto al amor a la música, eso sí. Espero que cuando esta historia esté lista vuelvas a entrevistarme. [Risas]

Por supuesto, quedamos los dos emplazados. Te deseo mucha suerte en tu carrera literaria.

 

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