El ejército de Israel encarceló a un adolescente palestino durante casi un año sin cargos, según los datos proporcionados por la organización Defensa Internacional para los niños palestinos (DCIP).
El 20 de septiembre de 2017, soldados israelíes asaltaron por la noche la casa de Laith K. en la aldea de Kafr Ein, cerca de Ramallah. Con sólo 17 años de edad, Laith fue «atado, con los ojos vendados, y agredido físicamente por las fuerzas israelíes. No se le informó de la razón de su arresto ni se le presentó una orden judicial”, informó el DCIP.
Laith fue interrogado por lanzar piedras, un «delito de seguridad» bajo la ley militar israelí. Aunque el menor negó las acusaciones, el interrogador le obligó a firmar una declaración impresa en árabe y en hebreo.
Seis días después de ser detenido por primera vez, durante el cual ni a Laith ni a su abogado se les informó sobre el motivo de su detención, un juez militar israelí aprobó una orden de detención administrativa de cuatro meses contra Laith, una orden que fue renovada en enero de 2018 por cuatro meses adicionales y por segunda vez en mayo de 2018, antes de que Laith fuese liberado sin explicación en agosto.
Laith pasó casi 46 semanas bajo detención militar y nunca fue acusado formalmente de ningún delito, una detención prolongada que «le obligó a perderse su último año de escuela secundaria».
Según el DCIP, «las experiencias como la de Laith han aumentado en frecuencia en los últimos años. Entre 2012-2014, las fuerzas israelíes suspendieron brevemente su práctica de detener a niños bajo órdenes de detención administrativa. Sin embargo, entre octubre de 2015 y junio de 2019, se han documentado a 30 niños bajo detención administrativa».
La detención administrativa es una forma de encarcelamiento sin cargos ni juicio. Los detenidos quedan bajo custodia del gobierno, incluidos los niños, no son acusados, y la llamada «evidencia secreta» no se revela al detenido ni al abogado.
Aplicaos la viñeta de Juncosa; viene que «ni pintada».
Recuerdo que hace muchos año—ya tengo los míos—desde el Ateneo de mi ciudad otro escritorzuelo escribía crónicas de la II Guerra Mundial fechándolas en el mismo frente, como si fuese un corresponsal de guerra.