Cuando apenas faltan 15 días para que empiece el histórico juicio de Irune Costumero contra la Diputación de Bizkaia por arrebatarle por la fuerza a su hija, ayer ante la Comisión de Derechos Humanos, Igualdad y Justicia del Parlamento Vasco, volvió a recordar la forma tan inhumana y cruel en la que se llevaron a su hija.
Esta madre coraje ha representado hoy a la asociación ‘La Volaera‘ para exponer su caso y exponer a los parlamentarios vascos la situación del robo de niños y niñas por parte de las instituciones con la excusa del Falso Síndrome de Alienación Parental.
Gritos de auxilio de la niña
Los parlamentarios vascos pudieron oír la grabación del momento en que arrancaban la niña a su madre hace ya cuatro largos años, sin que ni la propia Irune conociera lo que iba a ocurrir. Cabe recordar que la custodia era compartida y que ella ignoraba que la citaban para arrebatarle a su hija con la única excusa del falso y prohibido SAP.
Irune Costumero califica de «forma inhumana y cruel» cómo se la llevaron, «ignorando sus gritos de auxilio, ignorando su miedo ante más de 10 miembros de la Diputación Foral de Bizkaia, Ertzainas uniformados presentes, pistolas, esposas y porras a la vista de una niña de tan sólo 5 años de edad que suplicaba que la soltasen, que no la llevasen con su padre, que su padre le pegaba».
Irune Costumero: dar voz a su hija
Recuerda esta mujer, cuyo caso llevó a que la ONU diera un buen tirón de orejas a España, que «estoy aquí para poner voz a mi hija y a tantos niños y niñas condenados al abismo de la tortura institucional, robados literalmente de sus madres».
Recuerda que a esas «madres nos han acusado de un síndrome que no está avalado científicamente. Un síndrome que el propio CGPJ hace años recomendaba su no utilización, al igual que la OMS.
Insiste Irune en que «estoy aquí para contaros la tortura a la que las instituciones sometieron a mi hija aquel día, 4 de agosto de 2017, hace ya casi 4 años». Y recuerda también que «estoy aquí para contaros la tortura judicial a la que nos sometió el juzgado con una custodia compartida impuesta tras una denuncia de malos tratos hacia el padre en la cual la fiscalía le pedía 2 años de cárcel y una orden de alejamiento de mí de 500m también de 2 años».
Absolvió al maltratador
Según explica, «la primera jueza que entró en la vida de mi hija y en la mía le absolvió, aún habiendo parte de lesiones, aun entrando la forense a declarar diciendo que mi relato coincidía con los hematomas«. Según manifiesta en esta comisión del Parlamento Vasco, «le absolvieron, porque no hay testigos, porque la mayoría de los casos ocurren en la intimidad del hogar».
