Una imprudencia pudo ser la causante de que los doce niños tailandeses, y su monitor, quedaran atrapados en la cueva de Tham Luang. Según fuentes locales, uno de los muchachos del equipo Los Jabalíes celebraba su cumpleaños y a alguien se le ocurrió que podría ser una buena idea jugar entre las paredes de la gruta, que se extiende hacia las profundidades geológicas en un intrincado corredor que terminó llenándose de agua y convirtiéndose en una trampa mortal. Lo que se investiga ahora es si el monitor del equipo permitió la negligencia de los pequeños. Mientras se depuran responsabilidades prosiguen las tareas de rescate a la desesperada para salvar a los chavales, que llevan 16 días atrapados y en una situación dramática.
Hasta el momento ha trascendido que al menos cuatro niños han sido rescatados, aunque otros dos podrían estar a punto de emerger a la superficie con la ayuda de los buzos, según informaron fuentes del hospital de Chiang Rai.
Narongsak Ossottanakorn, portavoz oficial de los efectivos de rescate, no quiso precisar el estado de salud de los rescatados ni sus nombres o edad. «La misión ha sido más exitosa de lo que esperábamos», apuntó el portavoz.
El representante también anunció la interrupción de las labores de rescate hasta hoy lunes porque los equipos necesitan reponer las bombonas de aire comprimido colocadas a lo largo de la travesía y evaluar la nueva fase del operativo. «Comenzaremos entre dentro de 10 horas y en menos de 24», estimó Narongsak.
Fuentes policiales han recordado que la cueva tenía una señalización de prohibido el paso, por lo que la investigación se centra ahora en saber cómo actuó el cuidador. La zona es muy turística pero en la época de lluvias las cuevas se llenan de agua, convirtiéndose en lugares muy peligrosos.
