Investigadores de la Universidad del País Vasco predicen por primera vez los cambios que se producirán en las macroalgas debido al cambio climático

El estudio revela que la costa cantábrica se parecerá más a la costa mediterránea con especies con una afinidad más meridional, es decir, de aguas cálidas, mientras que la costa gallega mantendrá su comunidad

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De izquierda a derecha: Endika Quintano, Nahiara Muguerza, María Bustamante y Javier Tajadura. | Foto: Mikel Mtz de Trespuentes. UPV/EHU

La distribución de las algas marinas está sufriendo una transformación. El aumento de la temperatura del mar entre otros factores está afectando al crecimiento de estos organismos y provocando desequilibrios en los ecosistemas marinos en las últimas décadas.  

El efecto del cambio climático sobre la distribución de las especies ha sido objeto de muchas investigaciones recientes, pero el enfoque a nivel de comunidad sigue estando poco estudiado. Por ello, “nuestra investigación aplica por primera vez un modelo para predecir los cambios en las comunidades de macroalgas submareales en el norte de la Península Ibérica, desde Galicia hasta el País Vasco, bajo ciertos escenarios climáticos para dentro de cincuenta o cien años”, señala Nahiara Muguerza Latorre del Grupo de Investigación Bentos Marino UPV/EHU. 

“Hemos observado que la temperatura del agua es el principal factor que determina la distribución de los conjuntos de macroalgas en nuestra área de estudio, mientras que la disponibilidad de nutrientes juega un papel secundario”, comenta la investigadora de la UPV/EHU. “La temperatura del agua tiene una gran influencia en la supervivencia, el crecimiento, la reproducción y el reclutamiento de las macroalgas”, añade Muguerza. 

“Los resultados de este trabajo —continúa— apoyan parcialmente nuestra hipótesis de que podría producirse una meridionalización de las poblaciones del norte de la Península Ibérica en el futuro. En el escenario más pesimista, el modelo proyecta que las comunidades del noroeste (Galicia) seguirán siendo distintas del resto, sirviendo de refugio a las especies de aguas más frías, mientras que los conjuntos del centro y el este de la costa norte de la Península Ibérica llegarán a parecerse más a los de la región mediterránea que a los de la costa noroeste. Especies con una afinidad más meridional, es decir, más de aguas cálidas”, explica la principal autora del trabajo. 

El Grupo Investigación Bentos Marino UPV/EHU tiene claro que las algas son muy sensibles a cualquier variación ambiental producida por los efectos del cambio climático. Y, por lo tanto, que podrían ser buenos indicadores del cambio climático y de sus efectos en el resto de ecosistemas marinos. “Esta investigación puede ayudar a predecir cómo responderá la biodiversidad del ecosistema costero a las nuevas condiciones ambientales. Se trata de una información fundamental para desarrollar políticas de gestión y conservación adecuadas”, comenta Muguerza. “Para otros estudios sería interesante ampliar el área de estudio a la costa occidental de la Península Ibérica y aumentar los lugares de muestreo en el Mediterráneo”, agrega. 

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