¿Eres incapaz de disfrutar? Podrías tener anhedonia

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Una pregunta…

¿Eres de esas personas que trabajan como un burro toda la semana, incluido el sábado, y al llegar el domingo, en lugar de descansar, se pasan toda la mañana arreglando la casa y cocinando? ¿Te sueles preguntar con frecuencia si no serás masoquista, porque sientes que primero tienes que sufrir para luego poder disfrutar de la vida? Pues bien, si eres de esas personas, es muy posible que tengas… anhedonia.

Según los expertos, la anhedonia es ese rasgo psicológico que incapacita para experimentar y gozar del placer cuando éste se presenta, y aseguran que es un tipo de inhibición tan negativa como la sexual pero mucho más peligrosa, ya que puede afectar a todas las áreas de nuestra vida. Las causas que la producen son una mezcla de preocupaciones, estrés, sentimiento de culpa, temor a ser feliz, ansiedad sexual y el desconocimiento de que el placer juega un papel fundamental en la vida diaria y la salud física y mental del ser humano.

Si crees tener anhedonia escucha estos consejos:

–Nada de psicoterapias. Quienes padecen anhedonia no tienen por qué acudir al psicólogo o tomar medicinas especiales para curarse, ya que no se trata de una depresión encubierta, como antes se pensaba. Solo necesitan que alguien les haga entender que el placer no es un lujo o un pecado, sino una necesidad biológica del cuerpo y la mente.

–Disfruta sin complejos. Pese a que vivimos en un mundo donde prevalece la filosofía del antiplacer (“No hay mejor lotería que el trabajo y la economía”, “quien huye del trabajo, huye del descanso”, “no hay mejor herencia que trabajo y diligencia”, “el deber antes que el placer”), no debemos considerar la felicidad como el privilegio de unos pocos o algo pasajero. Todos tenemos derecho a ser felices y no por eso tocar madera o cruzar los dedos. 

–Vive el momento. Ya lo dice el refrán: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, sobre todo si hablamos de disfrutar de la vida. Las personas con anhedonia tienen la mala costumbre de dejar el placer para un mañana que nunca llega. Es el eterno circulo vicioso: “Cuando sea interina, seré feliz. Y seré más feliz cuando saque plaza fija, y aún más cuando me destinen a mi ciudad. Claro que la verdadera felicidad llegará cuando me compre el piso y me case y tenga hijos y…” ¿De verdad hay que esperar a ser viejos para disfrutar?

Sé realista. Las personas con anhedonia suelen marcarse unas expectativas muy altas e irreales, lo cual es un gran error. La vida real se parece poco a una película de Ben Affleck, donde todo es divertido, excitante y maravilloso y cuyo final es siempre feliz. Si quieres empezar a disfrutar de la vida, libérate de estereotipos preconcebidos e implícate en lo que tienes a tu alrededor.

Si te gusta, hazlo. A veces la anhedonia viene porque estamos demasiado pendientes de los otros y esperamos a que los demás vengan a divertirnos, cuando podríamos pasarlo muy bien nosotros solos. Disfrutar de la vida es hacer aquello que nos gusta a nosotros y no lo que quieren que hagamos los demás.

Ocio y trabajo. No escojas entre placer o deber. Compatibiliza. Existe un término medio entre la felicidad completa y la permanente renuncia. El placer solo consiste en sentirse bien a lo largo del día: ir al cine, tomarse un café con una amiga, comprarse algo de ropa…

Libérate del reloj. Cuando decidas hacer algo agradable, olvida el reloj. Es imposible disfrutar de algo placentero (como hacer el amor con tu pareja) si tienes solo media hora libre entre el almuerzo y el trabajo de la tarde.

–Disfruta sin sentirte culpable. Mucha gente tiene la idea equivocada de que si hacen lo que les apetece, son egoístas. Y no es así. Deberían convencerse de que no perjudican a nadie por disfrutar.

Por último, acepta los momentos malos de la vida como algo inevitable. Eso te ayudará a valorar más los buenos momentos y a querer disfrutarlos cuando éstos lleguen. Que llegarán.

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