El informe Científicas en Cifras revela que el porcentaje de mujeres en nuestro país que se dedican a la investigación científica no ha variado desde 2009. Un 39% de la población femenina en España se dedica a la investigación, que supera la media de mujeres investigadoras en la Unión Europea, del 33%. Hasta 14 países europeos tienen un porcentaje inferior de mujeres, incluidos algunos con mayor inversión en ciencia como Alemania, Suecia y Francia, según los últimos datos de Eurostat.
El estudio recoge datos desde 2009 hasta 2015, y da la idea de que aunque estemos mejor en términos de igualdad con Europa, en España estamos totalmente estancados. Prueba de ello es que de los siete organismos públicos de investigación que dependen del Ministerio, solo uno está dirigido por una mujer: Rosa María Menéndez López. Dirige el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el mayor organismo público de investigación español. Y esto es únicamente desde noviembre de 2017. Antes de Rosa María ha habido 18 directores.
Parte de la falta de mujeres en puestos importantes o en carreras científicas es la carencia de roles motivadores. El 97% de los premios Nobel de ciencias han sido entregados a hombres. Algo que dificulta la tarea de animar a las pequeñas, darles alguien en quien fijarse. En España se obligó por ley desde el 2005 a que en los tribunales y comisiones de decisión del CSIC hubiera un 40% de mujeres. Esto ha ayudado a cambiar progresivamente las cosas: los Organismos Públicos de Investigación (OPIS) han de tener un plan de igualdad, los solicitantes de proyectos al estado tienen que explicar el impacto de género de los mismos y a los evaluadores se les da una nota informativa con consejos para evitar sesgos inconscientes. Pasos en la dirección correcta, pero insuficientes.
