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Identidad & progreso

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El pasado mes de marzo, la diputada de Podemos por la provincia de León Ana Marcello, registraba en el Congreso una Proposición no de Ley (PNL) solicitando para el Pueblo Leonés el reconocimiento como entidad histórica con personalidad propia y diferenciada. Éste paso, por pequeño que parezca, supone un avance importante respecto al statu quo establecido en 1983, con la unión de la Región Leonesa y Castilla la Vieja, producto del trabajo de oscuros personajes empeñados en construir una meseta fuerte frente a los nacionalismos periféricos, como el exministro franquista y recientemente citado a declarar en la investigación sobre crímenes durante la dictadura, Rodolfo Martín Villa. Treinta y seis años más tarde, la identidad leonesa continúa presente y sobrevive, con mayor o menor fortuna, en cada una de sus tres provincias históricas.

La identidad leonesa posee pasado y presente, pero de la ciudadanía depende que tenga un futuro. Cuenta con una historia común que no me voy a detener a pormenorizar en este texto y de sobra conocida, aunque desde instituciones como la Fundación Villalar se trate de crear una historia paralela. Una identidad construida sobre una lengua que se resiste a desaparecer, que goza de más o menos buena salud en Asturias y Portugal y a la que sin embargo desde el gobierno central y autonómico se está dejando languidecer, incumpliendo tanto el Estatuto de Autonomía como la propia Constitución. En el artículo 3.3 de la Constitución se afirma : “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.”. Respecto al Estatuto, en el artículo 5.2 se afirma que “ El leonés será objeto de protección específica por parte de las instituciones por su particular valor dentro del patrimonio lingüístico de la Comunidad. Su protección, uso y promoción serán objeto de regulación.” Aún estamos esperando que se haga algo al respecto, porque la Junta de Castilla y León ni está ni se le espera. De hecho, el propio Procurador del Común calificó en 2016 las medidas tomadas por ésta al respecto de “residuales”. Incluso el pasado mes de noviembre el Consejo de Europa dejó patente la inacción de la Junta en su informe sobre la aplicación en España de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias.

Centrándonos en lo territorial, un objetivo al que no sólo no se debe renunciar, sino que además debería ser prioritario, es el de solicitar para León, Zamora y Salamanca la consideración de NUTS-2. Despoblación, desempleo juvenil y envejecimiento exigen actuaciones a corto plazo, no hay más que ver los últimos datos de población dados por el INE. Para las comarcas englobadas en la Región Leonesa o País Leonés, es necesaria una vertebración territorial a través del ferrocarril que conecte las tres provincias leonesas con Asturias, Extremadura y el oeste de Andalucía en un eje paralelo a Portugal con conexiones comerciales no exclusivamente dependientes de Valladolid o Madrid, así como revertir la situación de abandono de la Media Distancia en favor del AVE y solucionar el progresivo deterioro de la antigua FEVE.

En el fomento del empleo a la vez que evitar la despoblación es prioritario pensar en la dotación de servicios de calidad a las zonas rurales. La preservación del modo de vida rural tiene un carácter por un lado económico relacionado con la ganadería y agricultura, pero también conservativo teniendo en cuenta la importante labor para la preservación del patrimonio, tanto natural como cultural que ejercen. Todo ello sin olvidar que, como afirma el catedrático de Historia Moderna Laureano Rubio Pérez “La gestión del común, no sólo ha de enfocarse al conjunto de prácticas dirigidas por lo que se ha dado en llamar régimen comunal, sino más bien debe considerarse como un derecho patrimonial que implicaba a todos los ámbitos de las comunidades vecinales que, alejadas del poder oligárquico de señores y poderosos, pudieron resistir y hacer frente con un único objetivo, la conservación del pleno dominio de su tierra o término y de la gestión de sus recursos.”

Defendamos lo rural, origen de la democracia participativa y solidaridad comunal que constituyen los concejos y facenderas. Defendamos al pueblo leonés triprovincial y de izquierdas, porque sí, es importante definirse políticamente más allá de lo meramente territorial. Factores como: “una mayor predisposición para políticas económicas redistributivas y de nivelación proporcional, basadas más en el trabajo que en el capital; un mayor aprecio en la organización social hacia lo público y común que solo hacia lo privado e individual(…)” entre otros, de los que hablaba Elías Díaz hace casi veintiocho años, son igualmente válidos en la actualidad. El leonesismo, fuera de UPL, ha contado últimamente con el apoyo de Carles Mulet, senador por Compromís, y existe un sentimiento de leonesismo social progresista que no se ha llegado a cristalizar en una propuesta política concreta .El resultado: los y las leonesistas de izquierdas, estamos repartidos por las diferentes opciones nacionales: PSOE, IU, Podemos, si bien es cierto que el leonesismo abarca todo el espectro político, uniéndonos a izquierda y derecha un sentimiento de pertenencia a un territorio, pero también de orfandad ante lo arrebatado en el 83.

Así que luchemos por el País Leonés, pero siempre desde una perspectiva de progreso. Y, sobre todo, recibamos la herencia de quienes nos precedieron en esta tierra para no defraudarles dejándola morir, sino cuidándola, conservándola y convirtiéndola en un lugar mejor para quienes nos sucedan.

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