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Hoy, más que nunca, desconfío de la justicia

Manel Mas
Manel Mas
Estudié contabilidad y economía, fui perito y profesor mercantil, ejercí de profesor en Alesco (Altos Estudios Comerciales) en Barcelona dando clases de contabilidad, cálculo y derecho mercantil.
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análisis

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Me refiero, obviamente, a la justicia española. El juicio al mayor Trapero y la cúpula de los mossos de escuadra y, especialmente su sentencia, ha abierto un montón de interrogantes difíciles de entender, si nos tomamos la molestia de leerla, observaremos que este juicio y el del proceso se asemejan igual que un huevo a una castaña. La fiscalía pedía penas de 10 años de prisión y el tribunal ha optado por la absolución y creo que lo ha explicado con suficiente detalle.

Todos estamos seguros que el Supremo y la Audiencia se rigen por las mismas leyes, por lo cual nos extraña, y mucho, la diferente valoración que han hecho de los mismos hechos. Por varias razones, pero aquellos hechos y comportamientos que Manuel Marchena y compañía desairaban, ridiculizaban y aprovechaban de los Mossos el 20 de septiembre y el primero de octubre de 2017 para condenar Joaquim Forn a diez años y medio de prisión por sedición –y el resto de presos políticos– ahora son la base para justificar el comportamiento de los mossos y para absolver al mayor Trapero. Es inaudito comprobar lo que decía aquella sentencia y lo que dice ahora esta.

La Jueza Concepción Espejel, que presidía la sala, ha firmado un voto particular de cuatrocientas sesenta y una páginas y escrito con mayúsculas, lleno de transcripciones literales de documentos y correos electrónicos, parece toda una declaración de intenciones, prácticamente una declaración de guerra a sus compañeros magistrados, diciendo que Trapero y Pere Soler tenían que haber sido condenados por sedición. Parece tener más ganas de condenarlos que no la fiscalía.

A la acusación les fallaron Daniel Baena, alias Tácito, y el coronel Diego Pérez de  los Cobos, que toparon con la abogada Olga Tubau. Esto el tribunal lo vio, y se refleja en la sentencia, que ambos guardias civiles salen desautorizados. A Baena prácticamente lo califican de mentiroso, por haber dicho que Trapero fue nombrado mayor para que el proyecte independentista tuviera un apoyo de  ámbito policíaco y por haber dicho que se reunió en secreto con el presidente Puigdemont.

De Pérez de los Cobos dicen los magistrados Vieira y Sáez Valcárcel que su percepción no añade ningún valor a la prueba de cargo, porque el contenido de su declaración como testigo es solo una percepción personal. El coronel fue incapaz de demostrar nada de aquello que afirmaba sobre  Trapero, con una voluntad obsesiva para que fuera condenado. Además, hubo un testigo aportado por la defensa que lo contradijo de forma rotunda, era Juan Antonio Puigserver, el alto cargo que el gobierno español impuso al frente del Departamento de Interior durante el 155.

Pero aquello que más ha impresionado de la sentencia es la defensa que hace del modelo de la policía de los mossos, priorizando la mediación y velando por la proporcionalidad, la oportunidad y la congruencia, es decir, para limitar el uso de la fuerza. Y esto, está claro, y por más que la sentencia no lo diga textualmente, en oposición a la manera de proceder de la Guardia Civil y de la policía española. Es un enfoque absolutamente opuesto al del tribunal presidido por Marchena, que en la sentencia del 2019 utilizaba la actuación de los Mossos para incriminar Joaquim Forn y reforzar la condena por sedición.

En pocos días de diferencia la justicia se ha encontrado dos casos en que ha salido malparada. Mucho me temo que no aceptará estas derrotas. La fiscal del caso Tamara Carrasco ya ha instado un recurso para intentar que se revoque la sentencia y que ingrese en prisión como ella pedía.

¿Qué puede pasar con el caso Trapero y la cúpula de los mossos? ¿El voto particular de la jueza  Concepción Espejel se convertirá en un recurso ante el Supremo? ¿Si este no lo acepta o lo desestima… no sería lógico proceder al anulación de la condena de Joaquim Forn? El Supremo, como instancia superior, se dejará influir por una de inferior o… ¿revocará la sentencia de la Audiencia Nacional?

Para aquellos que no lo sepan, decirles que Concepción Espejel fue la jueza que condenó, por terrorismo, unos chicos por una pelea de bar, con unos guardias civiles de paisano, en la localidad navarra de Alsasu. El motivo de la condena es incomprensible pero, todavía lo es más, teniendo en cuenta que es mujer de un coronel de la benemérita. ¿No había otro magistrado para el caso?

Entienden queridos lectores, la desconfianza que, una vez más tengo de la justicia española?

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2 COMENTARIOS

  1. «Para aquellos que no lo sepan, decirles que Concepción Espejel fue la jueza que condenó, por terrorismo, unos chicos por una pelea de bar, con unos guardias civiles de paisano, en la localidad navarra de Alsasu» (Manel Mas)

    Hay que ver señor Manel, condenar a unos «chicos» ¿por una pelea en un bar?. ¿Qué barbaridad?.

    Aunque yo creo señor Manel que no los condenaron por «una pelea en un bar», sino porque esos «chicos» actuaron por odio contra los «otros» chicos que había en el bar, porque estos otros chicos, eran españoles y además guardias civiles (que despropósito señor Manel ser «españoles» y además Guardia civiles; hay gente para todo). Españoles y guardias civiles «txakurrak» les llaman (perros), como los que hasta hace bien poco eran asesinados por los amigos de eso chicos condenados «por una pelea en un bar».

  2. Ademas todos sabemos que la tierra es plana. No se esfuerce.
    La justicia tricolor y los del tricornio actúan como trileros.
    Que no nos chupamos el dedo Sr. Ortiz (Discúlpeme por lo de Sr.)

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