Heroinas

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Es el día contra la Violencia de Género. Un año más tenemos que conmemorarlo cargando a nuestras espaldas con muchas mujeres asesinadas y con la perspectiva de que pueden ser muchas más. Pero hoy no quiero refocilarme en la tragedia, por más que sí hacerles mi más sentido homenaje. El que merecen ellas y cada una de las mujeres que están sufriendo esta ignominia en silencio.
La pasada semana tuve el lujo de conocer a una mujer que logró salir de un infierno de once años de tormento. Ella se negaba a considerarse una víctima, decía que ella y tantas como ella son unas supervivientes. Al cabo de cinco minutos, decidí que ése no era el nombre adecuado para ella ni tantas como ella. No solo son supervivientes. Son heroínas. Con todas las letras.
Heroínas, porque han sabido soportar una tortura física y psíquica durante mucho tiempo sin ningún apoyo. Heroínas, porque protegen a sus hijos aunque no tengan fuerzas para protegerse ellas mismas, porque van a su puesto de trabajo y fingen no pasar nada cuando están destrozadas por dentro y por fuera. Porque viven cada día con la presión de que puede ser el último y aún así siguen adelante.
Pero, sobre todo, son heroínas las que han conseguido salir de eso. Las que un día sacaron fuerzas de donde no las había y salieron de su casa, o fueron a denunciar, o confiaron lo que pasaba a alguien que pudiera ayudarles son auténticas heroínas. Porque esto no es fácil. Hay que superar el miedo, y muchas veces la incomprensión y la vergüenza. Todo el mundo parece condenar la violencia de género, pero muchos cierran los ojos ante quien pide ayuda en silencio. Y aunque a su sufrimiento han de sumar el oprobio del silencio, salen adelante. No basta con nuestra compasión, estamos obligados a actuar. No se trata de solidaridad, es un deber de todos. Y tenemos que estar ahí.
Me quito el sombrero ante todas estas heroínas anónimas. Me gustaría ver las redes sociales llenas de sus fotos trabajando, riendo, disfrutando de la vida en vez de verlas llenas de sus moratones y sus ojos tristes.
La heroína con la que yo estuve me dio una lección de vida. Y recibo lecciones de ese tipo un día tras otro. Y quiero recibir muchas más. Quiero celebrar con ellas la vida, y no la muerte ni el padecimiento. 
Quiero mirar hacia delante, y no atrás. Y quiero que llegue el día en que dejen de ser víctimas y pensar qe yo no les fallé.
¿Quién más se apunta?

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