Beatriz Talegón, directora de Opinión de Diario16.

Los profesionales de la Cope (Redacción Digital) acusando a Beatriz Talegón, directora de Opinión de un diario libre e independiente, de cambiar de opinión sobre los escraches. Esto es el colmo de la desfachatez, de la manipulación, la soberbia, la arrogancia y de la “miseria humana”.

Si Jesús de Nazaret estuviese escuchando, como humano, les diría que quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Por ese medio difícilmente veríamos se verían “volar” algún guijarro. Desde Diario16, yo, personalmente, como humano no tiraría una piedra. Con una diferencia: yo me esfuerzo todos los días en correr detrás de una piedra para ser merecedor de lanzarla aún más lejos. Intento y seguiré intentando pedir perdón por no haber tenido, posiblemente, desde mi conciencia, motivo para no tirarla. Pero lo acepto como humano. En consecuencia, pido perdón y me esfuerzo para poder para tirarla.

Pero tú, vosotros y vosotras “divinos” fariseos, mediocres del mal camino, ¿Os atrevéis a enjuiciar la verdad, la ética y las humanidades? Miraos al espejo y veréis vuestras tristes vidas. Jamás, desde vuestra disimulada creencia, visitarías el Reino de los cielos, porque por mucho que digáis en la tierra que creéis en ese lugar, bien deberíais de saber desde vuestra pobre inteligencia que no está destinado para vuestros actos en el mundo.

Ni tampoco para quien os paga con monedas de “plata”, incluso en ocasiones con doblones o recipientes de oro que os traen los descendientes damasquinados, precisamente del lugar donde se dirigía Pablo de Tarso a perseguir cristianos hasta que “una llama blanca con un fuego rojo” le tiró del caballo.

No valoráis el amor porque carecéis de él, no valoráis el arrepentimiento porque vuestra ambición y vuestra soberbia os ciega tanto en la tierra como en otros lugares de vuestra alma y de vuestra conciencia. No perdonáis porque sois incapaces de aceptar y entender la oración del Padrenuestro. Envidiáis porque no disponéis de luz para la verdad; odiáis porque no aceptáis ser simplemente humanos, porque teméis la redención del sufrimiento de la “cruz y la vida”. Esa cobardía nubla vuestra pobre existencia.

Nunca llegaréis a ser divinos o divinas porque nunca habéis aceptado ser humanos o humanas.

Lo más triste para la sociedad normal es que el poder terrenal os aplaude, que las dictaduras privadas, el capital deshumanizado y los corruptos políticos de ideología se olvidan y os sientan en mesas de privilegios, os premian con el “sudor impositivo del pueblo humano“, os aplauden, en foros y convenciones, os temen por su propio temor, aceptan y abrazan los desenfrenos de sus comportamientos, por aceptar la demagogia y la mentira lacerante del poder económico sustentado en la hoguera de las vanidades.

Porque abrazan sin pudor a quienes intenta justificar su perversidad manifiesta con la utilización de la solidaridad, la caridad y el feminismo.

También ese poder democrático debería mirarse al espejo. Tal vez contemplaría un rostro de culpa que se niega aceptar a quienes le hicieron llegar a ser despreciado por esos “divinos inhumanos” que necesitan de la libertad de prensa, coherencia, ética y verdad profesional a pesar de ser víctimas de que gran parte de ellos y ellas aplauden solo cuando el aire les sopla desde esos “cielos”.

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