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¿Habrá acuerdo para el fin del conflicto armado en Ucrania?

El establecimiento de Ucrania como zona neutral garantizaría el alto el fuego

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análisis

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Tras el portazo de la UE y la OTAN a Zelenskiy, y el anuncio del presidente ucraniano a sus conciudadanos de que había que asumirlo, ayer por la mañana dió una conferencia (por vídeo) ante el Congreso de los Estados Unidos.

Sus palabras quisieron remover los sentimientos e invocó los atentados del 11 de septiembre, el ataque de Pearl Harbor y los comparó con lo que está sufriendo en estos momentos su país.

Pidió más ayuda a Estados Unidos, insistiendo en la zona de exclusión aérea que ya le había rechazado la OTAN en varias ocasiones. La Casa Blanca ha expresado después que tiene muy claro que no quiere una Tercera Guerra Mundial y para no tentar a los demonios de la guerra, no es partidaria de que «se toque el cielo». Como la OTAN, que ha vuelto a decirle a Zelenskiy que el cielo no se cierra.

Las palabras del presidente ucraniano ante el Congreso de Estados Unidos han tenido respuesta por parte de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi. Y lejos de evitar mensajes incendiarios, ha optado por concluir su introducción gritando un «¡Gloria a Ucrania!», que es el grito de los nacionalistas (sobre todo ultra nazionalistas) ucranianos.

Zelenskiy ha pedido que, en caso de no poder crearse la zona de exclusión aérea sobre Ucrania, le administren armamento antiaéreo. Y ha explicado qué tipo de arma concreta necesitan: S-300o similares.

Para terminar, se ha dirigido a Biden, presidente de Estados Unidos, para decirle, entre otras cosas, que desea que sea el líder del mundo. «Y ser el líder del mundo significa ser el líder de la paz».

Biden ha respondido con la confirmación de un nuevo envío de armas por valor de 800 millones de dólares. Entre las armas se incluyen drones y sistemas antiaéreos.

De paso, también, ha aprovechado para atacar frontalmente a Putin llamándole «criminal de guerra», lo que ha obtenido respuesta inmediata de los rusos considerando las manifestaciones de «inaceptables».

Mientras esto pasaba en el espectáculo de la política, se producía la mesa de negociación entre la delegación rusa y la ucraniana. Zelenskiy se ha encargado de afirmar que, en esta ocasión, el encuentro -según le informaban- parecía dar frutos. The Financial Times se encargaba de «filtrar» el ánimo de las negociaciones, que parecían estar siendo positivas.

Se daba ya a conocer lo que era un hecho: que Ucrania no formaría a ser parte de la OTAN, aunque se presenta como un punto de la negociación, ya que es una exigencia de Rusia. Se aceptaría así que Ucrania se consolide como un país neutral, para lo que Zelenskiy pide un estatus especial y protección garantizada por EEUU, Turquía y Reino Unido. Ucrania tendría que modificar su Constitución, negarse a tener bases militares, ni armas extranjeras. Esta promesa de neutralidad traería consigo la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano.

También habría acuerdo en garantizar que los rusoparlantes tendrían derechos lingüísticos. Aunque Ucrania aquí ha hecho una puntualización difícilmente evaluable: el negociador ucraniano, Podolyak, dijo que Kiev solo aceptaría siempre y cuando se actuara en línea con «los intereses exclusivos de Ucrania». O sea, que este punto necesitaría ser definido y bien delimitado, ante la respuesta tan abierta como restrictiva que se ha dado desde Kiev.

No hay acuerdo por el momento en el tratamiento de la región del Donbás y sus territorios autodeterminados independientes (y reconocidos recientemente por Rusia) y Crimea.

Zelenskiy insiste en querer sentarse con Putin para cerrar un acuerdo. Pero el ministro de exteriores ruso, Lavrov, le ha parado una vez más los pies. Y ha considerado que este tipo de afirmaciones públicas por parte del presidente de Ucrania responden más a una campaña de propaganda que a la realidad. Y es que, según el ministro, Putin está dispuesto a sentarse con Zelenksiy, pero antes es preciso para los rusos llegar al detalle en las negociaciones.

La prensa occidental se ha lanzado a dar casi ya por hecho que el acuerdo está prácticamente listo.. En los medios rusos son más escépticos.

También ayer el Papa Francisco y el patriarca Kirill de Moscú unieron sus fuerzas para abordar la situación. Alabaron las negociaciones y «expresaron su esperanza en una rápida paz justa». El patriarca Kirill señaló que «toda persona debe tener derecho a practicar libremente su fe y hablar su lengua materna, sin ser objeto de persecución política».

A comienzos de esta semana, uno de los asesores de Zelenskiy se aventuró a plantear que el conflicto tenía fecha de caducidad para el próximo mes de abril. Una fecha que, casualmente coincidirá también con la rebaja de los costes de energía para los consumidores en España -anunciada ayer-.

Todo apunta a que en cuanto se firme el compromiso sobre no entrar en la OTAN, y a su vez, Zelenskiy obtenga garantías de protección, se marcharán las tropas. En cualquier caso, el coronel del ejército estadounidense Douglas Macgregor explicaba en una entrevista que la operación militar rusa tenía como objetivo desde el principio, destruir las fuerzas ucranianas. Y según Mcgregor, esto estaría ya prácticamente hecho.

Por el momento, puede plantearse ya que Zelenskiy se ha dado cuenta de que no era el momento de plantear su entrada en la UE y mucho menos en la OTAN. Algo que era evidente desde muchos puntos de vista, pero que ahora no da lugar a dudas.

Que le exijan respetar los derechos lingüísticos de los rusoparlantes evidencia también una realidad de Ucrania que aquí se ha querido ocultar.

Y por si no hubiera sido ya intenso el día de ayer, el Tribunal Internacional señala que se deberíap roceder a la inmediata suspensión de las operaciones militares en Ucrania. Sus dictámenes no son vinculantes. Pero sin duda, ayudan a empujar a la resolución del conflicto.

Biden ha anunciado que vendrá a Europa la semana que viene. Es evidente que cuando parece que la situación se va enderando él aparece sobrevolando y muy probablemente proyectando su sombra por donde pase.

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1 COMENTARIO

  1. Muchas gracias por tu trabajo, Bea. Luchas por la Verdad, que es solo una a pesar de los muchos grises con que se presenta. Una Verdad muy compleja, discutible, pero una, con todas sus paradojas. Es tiempo de valientes que peleen contra la ignorancia y el fanatismo. Todo pasa y todo llega.

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