Guerra total en el partido republicano de Estados Unidos

Un grupo de rebeldes conservadores impide que McCarthy, hombre de confianza de Trump, sea nombrado presidente de la Cámara de Representantes

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Kevin McCarthy en un mitin. Foto: Gage Skidmore.

El republicano Kevin McCarthy no logró ser elegido presidente de la Cámara Baja de Representantes de Estados Unidos en la primera votación celebrada este martes durante la apertura del Congreso por la oposición de varios miembros de su propio partido. McCarthy necesitaba 218 votos para ser elegido el “speaker” de la Cámara Baja y solo consiguió 203. No fue designado a la primera –algo que no ocurría desde hace un siglo–, por lo que tendrán que celebrarse sucesivas votaciones hasta que el candidato cuente con la mayoría necesaria. Podría parecer que McCarthy no consiguió su propósito por la oposición demócrata, pero nada más lejos, ya que quienes le cortaron el paso fueron sus propios compañeros republicanos que no lo ven como el hombre idóneo para defender los intereses del partido.

Contrario al aborto y al matrimonio homosexual y defensor de la libertad religiosa, McCarthy fue una pieza decisiva para bloquear los procedimientos de impeachment contra el expresidente Trump. Sin embargo, un sector republicano que antes estaba incondicionalmente con el exinquilino de la Casa Blanca y su equipo, ahora se desmarca para formar un bloque crítico. De modo que la guerra interna en el partido conservador, lejos de apaciguarse, se recrudece en las últimas horas.

Es evidente que Trump está con McCarthy, ya que en las últimas semanas ha expresado su apoyo a su delfín para la candidatura a presidente de la Cámara de Representantes. Además, el expresidente de Estados Unidos ha llegado a lanzar amenazas a los cinco republicanos que se le han rebelado como opositores, a los que ha advertido de que están “jugando a un juego muy peligroso”. Entre el repóker de congresistas republicanos rebeldes o disidentes (autodenominados Freedom Caucus) están Andy Biggs (Arizona), Matt Gaetz (Florida), Bob Good (Florida), Ralph Norman (Carolina del Sur) y Matthew Rosendale (Montana). Todos ellos mostraron su voluntad de votar en grupo para oponerse a McCarthy en la trascendental votación de ayer. De todos ellos, el favorito del grupo era Andy Biggs, que ha mantenido un fuerte enfrentamiento con McCarthy en los últimos meses. De cualquier manera, los cinco díscolos eran suficientes para impedir que el candidato, que encarna la corriente oficialista de Trump, alcanzara la mayoría que necesitaba para presidir la Cámara. La votación fue tensa, los republicanos actualmente cuentan con 222 representantes, pero con 218 escaños les resultaba suficiente para colocar a McCarthy. Finalmente, Andy Biggs arañó 10 votos y 9 congresistas republicanos no votaron por ninguno de los dos aspirantes.

Ya antes de entrar en el pleno, McCarthy había admitido que no contaba con los votos suficientes para convertirse en el nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aunque aseguró que seguirá dando la batalla para conseguirlos.

Por otra parte, el candidato demócrata, Hakeem Jeffries, de Nueva York, obtuvo 212 votos. Biggs ha servido en el Congreso desde 2017 y estuvo directamente involucrado en el intento del expresidente Donald Trump de derrocar las elecciones de 2020.

A partir de ahora, los republicanos, que controlan la mayoría con 222 de los 435 escaños, se verán abocados a presentar un nuevo candidato.

Cien años del último caso similar

La última vez que se necesitó más de una votación para elegir al “speaker” fue hace un siglo. En 1923, el presidente de la Cámara fue elegido en una novena votación, mientras que en 1869 se logró tras 60 votaciones, un proceso que se alargó durante dos meses.

La Cámara no puede dirimir ningún asunto hasta que sea nombrado el “speaker”, que es la tercera autoridad de Estados Unidos, después del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien también preside el Senado.

La conclusión que queda de esta batalla es que la revuelta contra McCarthy ha sido liderada por un pequeño grupo de legisladores ultraconservadores agrupados en el llamado Freedom Caucus. Algunos de ellos comparecieron ante los medios para decirle al pueblo norteamericano que no se iban a someter sin condiciones a McCarthy.

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