Foto: Twitter Juan Guaidó (@jguaido)

Juan Guaidó llegó a España y su presencia en este país está siendo utilizada por las derechas españolas para atacar a Pedro Sánchez y su Gobierno. Tanto el Partido Popular como Ciudadanos están reprochando al presidente que no reciba al líder opositor al régimen de Nicolás Maduro o se han inventado una reunión de José Luis Ábalos con Delcy Rodríguez que no tuvo otro fin que recordarle a la vicepresidenta de Venezuela que no podía pisar suelo de la Unión Europea. Es decir, la oposición española está utilizando a Juan Guaidó como conejillo de Indias para atacar a Sánchez y su Gobierno, toda una irresponsabilidad.

Lo que no dicen ni el Partido Popular ni Ciudadanos son sus conexiones con el chavismo y, sobre todo, con los que se aprovecharon del socialismo bolivariano para enriquecerse con la corrupción que sacó de Venezuela cientos de miles de millones de dólares, un dinero que es una de las principales causas de la situación de emergencia social que vive en pueblo venezolano.

Antonio Ecarri, embajador de Juan Guaidó en España afirmó a Diario16 que «unos ingenieros venezolanos hicieron el cálculo de la extensión que ocuparía ese dinero y les dio como resultado que 1 billón de dólares ocuparía la extensión de un edificio de 14 pisos de alto. Es decir, 14 hectáreas de dinero en 14 alturas. Un ministro de planificación de Chávez, que rechazó a Maduro, denunció que se habían robado del organismo que hacía las transferencias con cambio de divisas 25.000 millones de dólares, y eso era la punta del iceberg. Esto significa que posiblemente toda esta gente se habría robado de Venezuela 300.000 millones de dólares».

Uno de los principales responsables de esa fuga de capitales producto de la corrupción fue Rafael Ramírez, ex ministro y ex presidente de PDVSA quien, junto a sus socios, expoliaron al pueblo venezolano una cifra cercana a los 100.000 millones de dólares. Muchos de esos asociados viven en España.

Sin embargo, lo más hipócrita es cómo el PP ha cogido la bandera de Venezuela para atacar al Gobierno y oculta al pueblo, a sus votantes y a sus simpatizantes cómo protegió a Rafael Ramírez en el Hotel Palacio de Los Velada y cómo diputados, senadores populares y representantes empresariales cercanos tanto al PP como a sus dirigentes nacionales agasajaron y se reunieron con Ramírez, entonces embajador en la ONU de Venezuela, es decir, un representante del gobierno de Nicolás Maduro que, por cierto, ya tenía causas abiertas en los tribunales de Estados Unidos.

Ciudadanos tampoco se libra de esa hipocresía que supone ocultar sus relaciones con el chavismo y con los socios de Ramírez o de Baldo Sansó. Altos representantes del partido naranja no han dudado en recibir los agasajos, los servicios deportivos o los premios concedidos por quienes se aprovecharon del socialismo bolivariano o por los abogados que los defienden.

Recordemos lo que decía el embajador de Juan Guaidó en España sobre Rafael Ramírez —el mismo al que agasajó y protegió el PP en la jurisdicción electoral por la que se presentaba Pablo Casado a las elecciones— en la entrevista que le realizó nuestro compañero José Antonio Gómez: «Ese señor es un delincuente, uno de los primeros de Venezuela. Por supuesto que tiene ir preso. Ramírez no puede escapar de la justicia, no ha gozado ni podrá gozar de impunidad teniendo en cuenta el dinero que robó de Venezuela […] ¡Ramírez no puede volver a Venezuela! Robó a sus propios socios y te podrás imaginar qué se puede esperar de la Alternativa Democrática venezolana. Lo que le espera es la cárcel y la Corte Penal Internacional por ser el responsable del mayor latrocinio en Venezuela».

Guaidó y las cuentas de los bolichicos en España

En las declaraciones públicas Juan Guaidó en España no hizo ninguna referencia a su promesa de congelar las cuentas de los bolichicos, es decir, de los que se enriquecieron gracias al dinero expoliado al pueblo venezolano. En este sentido, Guaidó debe tener mucho cuidado con quien es su interlocutor porque se puede encontrar con la sorpresa de estar del lado de quienes por un lado defienden los intereses de opositores como Leopoldo López y, por otro, también están del lado de quienes fueron socios de Rafael Ramírez o del cuñado de éste, Baldo Sansó, ambos, por cierto, en paradero desconocido y reclamados por la Justicia de varios países, entre ellos, Estados Unidos.

Que este señor venga a España, provoque una crisis política porque la derecha y la ultraderecha estén pidiendo dimisiones porque no ha sido recibido por el presidente Sánchez, la misma oposición española que resta legitimidad democrática al actual gobierno, haciendo lo mismo que los opositores venezolanos, pero se la dan a Juan Guaidó, cuya legitimidad democrática queda limitada a ser presidente de la Asamblea Nacional pero no de la República Bolivariana de Venezuela, no es en absoluta aceptable. El hecho de que no hablara en ningún momento del dinero que los bolichicos, que los que se aprovecharon de la corrupción de personajes como Rafael Ramírez, deja muchas dudas y, sobre todo, porque muchos de los que se le acercan, le agasajan y le suben al altar de la presidencia sin haber sido elegido por el pueblo venezolano, se dedican a recaudar dinero para su causa, dinero que, en muchos casos, podría provenir de los millones expoliados y que llegan a España desde Hong Kong, pasando, eso sí, por Luxemburgo.

Hace unos meses, el diario económico Expansión publicó una portada en la que se podía leer lo siguiente:

A pesar del desmentido emitido por el Procurador General, José Ignacio Hernández, en Twitter, en el que afirmaba claramente que «La recuperación de activos provenientes de la corrupción es una tarea fundamental en el Estatuto para la Transición. Pero es importante aclarar que como Procurador especial no me corresponde el ejercicio de acciones penales en esa materia», Cremades no realizó ningún tipo de comunicado oficial desmintiendo la noticia. Por otro lado, el propio Antonio Ecarri ha ratificó taxativamente a Diario16 el desmentido en la entrevista referida.

Por otro lado, fuentes de la oposición venezolana en Caracas consultadas por Diario16 confirmaron en el mes de mayo que con Cremades se había realizado una reunión, al igual que con una veintena de bufetes españoles y que no se había adjudicado al despacho del letrado malagueño.

¿Qué tiene que ver con este asunto el abogado Javier Cremades? Por una razón muy sencilla: mientras defiende los intereses de Leopoldo López, también es el abogado del asesor jurídico de la PDVSA de Ramírez quien, según pruebas documentales obtenidas por Diario16, recibió varias decenas de millones de dólares en Hong Kong, dinero que, canalizado a través de Luxemburgo, ha entrado, en parte, en España a través de la red de empresas creada por este ex socio de Rafael Ramírez y de Baldo Sansó.

Fuentes de la oposición venezolana en Estados Unidos han confirmado a Diario16 que en los días en que se estaba agravando la enfermedad de Hugo Chávez, varios de los dirigentes (y sus asociados, por supuesto) que huyeron de Venezuela con sus millones tras la caída de Ramírez, se reunieron en una de las ciudades de la Faja del Orinoco, la región petrolera venezolana, para estudiar un plan preparado, presuntamente, por un empresario y lobista español que incluía las rutas más seguras para hacer circular el dinero expoliado al pueblo. Casualmente, fue a partir del año 2014 en el que esos ciudadanos venezolanos, los bolichicos, comenzaron a llegar a España, logrando beneficios de visado por sus millonarias inversiones o, incluso, la propia nacionalidad por medio de matrimonios que se rompieron nada más recibir el pasaporte español.

Juan Guaidó prometió, como es lógico, la congelación de las cuentas y los bienes de todos los bolichicos que viven en España y en otros países del mundo y que se enriquecieron gracias a la corrupción. El propio Antonio Ecarri afirmó a Diario16 que «El tema del bloqueo de cuentas no es un tema fácil. Lo estamos haciendo a través de las fiscalías porque recuerda que para congelar dinero de particulares hay que demostrar que hubo delito y ni siquiera nuestro procurador puede hacerlo porque en Venezuela está en manos de los usurpadores. Por eso se está haciendo con datos que tiene el Departamento del Tesoro de los USA, quienes han pedido a la fiscalía española que se tomen acciones». No es tan complicado porque en tres meses la Justicia ha logrado, a través de informes policiales internacionales, desentrañar cómo salió ese dinero de Venezuela y la ruta seguida para traerlo a España.

Sin embargo, Guaidó no dijo nada en sus declaraciones públicas del día de ayer. ¿Está todo paralizado? ¿Planteó ese tema a la ministra de Exteriores? ¿Qué le dirían Casado y Arrimadas de un asunto que afectaría directamente a quienes subieron al líder del PP a un tren rumbo a la Moncloa? Un tren que, por cierto, ha descarrillado y no tiene visos de volver a arrancar.

¿Por qué Pablo Casado e Inés Arrimadas exigen la dimisión del ministro y no se ponen tan exigentes a la hora de demandar que el Gobierno congele las cuentas de todos los bolichicos que se pasean libremente por Madrid, Barcelona, Toledo o Valencia? ¿Será por las relaciones que mantienen con alguno de ellos?

Lo que sí debe tener en cuenta Juan Guaidó es que el Gobierno de España va a apoyar cualquier movimiento que haga para lograr que en Venezuela se recupere la democracia a través de unas elecciones libres y, sobre todo, que el pueblo venezolano recupere los cientos de miles de millones de dólares que unos cuantos desalmados expoliaron para poder vivir una vida de millonarios que les fue permitida por una inacción de gobiernos anteriores.

Guaidó y la legitimidad democrática

Juan Guaidó no puede venir a España como ha venido, poniendo en duda la legitimidad de un gobierno democrático legítimo. Juan Guaidó tiene altura política para poner en duda a un ministro como José Luis Ábalos ni, por supuesto, a los ministros y ministras de este gobierno. Juan Guaidó no puede pisar España y querer dar lecciones de democracia al Ejecutivo de Sánchez cuando existen dudas, incluso dentro de la propia oposición, de los canales de financiación de su movimiento opositor.

Si los apoyos que busca en España son los de la derecha y los de la extrema derecha, la oposición venezolana deberá saber que el camino que pretende seguir es el de la introducción del neoliberalismo en Venezuela, con los resultados que ya se han visto en otros países de Latinoamérica como Argentina o Chile.

Guaidó no puede venir a España y poner en duda a un gobierno progresista en el que hay figuras que han demostrado de sobra su talante democrático, algo que el líder opositor venezolano aún no ha mostrado. Sólo ha pretendido hacerse con el poder sin pasar por las urnas. Personas como Pablo Iglesias o Alberto Garzón no necesitan que nadie venga a dar lecciones de democracia. ¿Va a venir el señor Guaidó a dar lecciones a un gobierno progresista que tiene la legitimidad democrática de haber salido de las urnas con el voto libre de los ciudadanos y ciudadanas de este país y, por tanto, elegido democráticamente por el pueblo? Hasta ahí podríamos llegar.

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