Juan Guaidó fue reconocido como presidente encargado de Venezuela por España y por la Unión Europea unas semanas después de su autoproclamación. Desde un punto de vista político ese reconocimiento supuso un duro golpe para el régimen de Nicolás Maduro, sobre todo porque uno de los valedores del actual presidente de la República Bolivariana es José Luis Rodríguez Zapatero y quien reconoció a Guaidó fue Pedro Sánchez, ambos socialistas.

Sin embargo, las cosas no le están yendo bien al opositor porque va de fracaso en fracaso a nivel interno tras el éxito internacional que propició que países como Estados Unidos, Canadá, Brasil, España y gran parte de la Unión Europea le reconocieran. Por esta razón, el joven dirigente venezolano está intentando forzar la situación, llegando a dar por supuesto que la única salida para que él alcance el poder pasa por una intervención militar, un camino que Estados Unidos está deseando transitar, tal y como se pudo comprobar en el cuaderno del asesor de seguridad de Donald Trump, John Bolton, donde aparecía escrito el siguiente mensaje: «5000 soldados a Colombia».

Guaidó, no obstante, ha encontrado pocos apoyos a esta vía militar. El gobierno español se ha declarado abiertamente en contra de una intervención armada para desalojar a Maduro del poder y de eso es de lo que el autoproclamado presidente encargado se queja en una entrevista concedida a El Mundo: «siempre nos gustaría que la posición española fuera más dura».

Lo que Juan Guaidó no calibra de estas declaraciones es la consecuencia final de esa intervención armada puesto que, en el caso de que se produjera y de que él accediera al poder gracias a una fuerza militar exterior, perdería toda la legitimidad democrática que pudiera tener y, en segundo lugar, no podría plantear unas elecciones libres puesto que los defensores del antiguo régimen no tendrían la libertad de expresarse en las urnas por el miedo a las represalias.

En otro orden de cosas, el autoproclamado presidente encargado de la República Bolivariana pide más dureza al gobierno de Pedro Sánchez, pero él sigue sin dar el paso de solicitar la intervención de las cuentas de los boliburgueses que se hicieron millonarios gracias a la corrupción de Rafael Ramírez y que operan desde España con el dinero robado al pueblo venezolano. Desde el entorno de Guaidó se confirmó a Diario16 que era una de las medidas que iba a tomar en todos los países en los que tienen los millones de dólares. No obstante, aún no ha hecho nada que no vaya más allá que solicitar la congelación de activos del Estado, como ya ha ocurrido en Estados Unidos.

Esta pasividad acrecienta las sospechas de que estos bolichicos pudieran estar financiando a la oposición. Hay que recordar cómo en España muchos de ellos entran en contacto con líderes exiliados o protegidos en nuestro país a través del lobby que realizan ciertos despachos de abogados de los que ya hablamos en Diario16 y que tratan a algunos de estos ciudadanos venezolanos asociados a Rafael Ramírez como de «adversario intelectual del régimen de Maduro» cuando, precisamente, se hicieron millonarios cuando el actual presidente de Venezuela era el número 2 del chavismo.

Guaidó debe saber que esos compatriotas suyos, que podrían estar financiando su lucha, operan en España a través del blanqueo de capitales que hacen llegar a Madrid a través de paraísos fiscales y de redes de sociedades interpuestas que, en muchos casos, son utilizadas también para mantener relaciones empresariales con ministros y ministras de Maduro. Por tanto, mientras con una mano podrían estar dando dinero para la oposición, con la otra recogen los beneficios de la colaboración empresarial con el régimen contra el que Guaidó lucha. Muchos de estos bolichicos, además, están reclamados por la Justicia de diferentes países, Venezuela entre ellos. Si Guaidó necesita más información sobre estos bolichicos que podrían estar financiándole, no tiene más que ponerse en contacto con este periódico y se la daremos.

Por otro lado, solicitar al gobierno de Pedro Sánchez una posición más dura, es decir, el apoyo a una intervención militar, coloca a Juan Guaidó al mismo nivel que Nicolás Maduro al pretender decir lo que tiene que hacer España respecto a Venezuela.

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