El abogado de Donald Trump ha asegurado que su cliente se presentará el martes ante las autoridades judiciales de Nueva York por presuntamente haber intentado comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels. Todo está preparado en el Tribunal Penal de Manhattan, donde se ha desplegado un dispositivo de seguridad sin precedentes. Aunque Trump, el primer presidente de la historia de Estados Unidos imputado ante un juez, ha dicho que se presentará al requerimiento, ni el FBI ni la Policía neoyorquina se fían y trabajan con todos los escenarios posibles, incluido un grave altercado de orden público, con caos en las calles, similar al que los adeptos al exdirigente organizaron durante el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Podría ocurrir que el magnate dé plantón a los jueces a última hora, quedándose en su lujosa mansión de Florida. Y también podría suceder que el millonario acuda asumiendo su papel de mártir y víctima, ese que le da tan buenos resultados ante su parroquia, como cuando lanzó el bulo de que le habían robado las elecciones que dio el triunfo a Joe Biden. De hecho, Trump ha lanzado una terrible amenaza si es arrestado y sometido a la fotografía para la ficha policial con toma de huellas dactilares y lectura de derechos, como un delincuente más: “Habrá muerte y destrucción”. Incluso está propagando vídeos en sus redes sociales particulares para movilizar a sus bases. Allí habla de que el país ha caído en manos de los comunistas y de que está siendo objeto de una “caza de brujas”. “Mucha gente sin hogar y mucha delincuencia, pero se fijan en Trump”, dice su hijo Eric.
Estas declaraciones han sido interpretadas por la Policía como un posible intento del clan Trump por llevar el caos a las calles de Manhattan y de otras ciudades norteamericanas. ¿Podría ser el detonante de un conflicto social a gran escala? USA ha entrado en una fase de su historia donde todo es posible. La imagen del amado líder esposado o la sola idea de que esté ingresado en una celda enerva a los grupos más reaccionarios que le siguen con fe ciega. Los Proud Boys, un grupo de paramilitares supremacistas blancos, y la secta conspiranoica Qanon, que ha propagado la idea de que Estados Unidos ha caído en manos de unos comunistas que beben sangre de niños, están preparados para cumplir fielmente la orden de ataque que llegue desde la Torre Trump o la mansión de Florida del magnate.
Todo apunta, según varios medios norteamericanos, a que el expresidente “se declarará no culpable” de todos los cargos que se le imputan. El juez podrá ordenar su ingreso en prisión ante el riesgo de fuga o dejarlo en libertad a cambio de una millonaria fianza. En todo momento contará con la protección del Servicio Secreto de Estados Unidos, tal como ocurre con los mandatarios retirados. El FBI contempla todas las posibilidades, no solo revueltas populares, también un posible atentado en plena calle como el que ya sufrió Ronald Reagan el 30 de marzo de 1981.
La seguridad se ha extremado en los juzgados de Nueva York, donde se reúne el gran jurado. Ya se han registrado amenazas telefónicas y concentraciones de detractores y afines al personaje ante el hotel y la Torre Trump. La decisión del gran jurado se produjo por sorpresa y en vísperas del Spring Break, días en los que muchas instituciones cierran o trabajan a medio gas. La movilización violenta no es descartable, ya que Trump reaccionó a la imputación arengando a sus seguidores contra los “demócratas corruptos”. Cabe recordar que Trump utiliza su propia red social para promocionar todo tipo de teorías de la conspiración y para hacer populismo demagógico. Nueva York contiene la respiración ante un día histórico.
