jueves, 28marzo, 2024
17.3 C
Seville

Grandes corporaciones disparan sus beneficios en medio de la pandemia y diseñan el nuevo orden mundial

Amazon, BlackRock y Blackstone, entre otras, amasan beneficios mientras compañías tradicionales de todos los sectores se hunden irremediablemente

- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

El viejo mundo se ha derrumbado en apenas un mes. Y de la pandemia nacerá un nuevo orden mundial (no solo político, sino también económico) que traerá consecuencias inquietantes. Grandes empresas y multinacionales que hasta hoy dominaban el planeta y formaban parte de las vidas de los habitantes de los cinco continentes quedarán borradas del mapa de un plumazo. Desaparecerán “como lágrimas en la lluvia”, tal como dijo aquel personaje de Blade Runner, la distopía cinematográfica de Ridley Scott basada en un cuento de Philip K. Dick que curiosamente trata, entre otras cuestiones, el premonitorio asunto del inmenso poder que en el futuro acumularán las grandes corporaciones privadas.  

Probablemente habrá que esperar a que el planeta se recupere de la pandemia para ver en todo su esplendor a los nuevos dueños y señores de las economías mundiales. Pero ya vamos atisbando a algunos candidatos. Las acciones de monstruos como Amazon y Walmart, los dos gigantes estadounidenses del comercio minorista online, han alcanzado en medio de la plaga máximos históricos en Wall Street. En el caso de la compañía fundada por Jeff Bezos, el precio de las acciones ha llegado a alcanzar los 2.264 dólares por título, más de un 4 por ciento por encima del cierre del día anterior y 35 puntos más que el mínimo anual de 1.676 dólares registrado el pasado 12 de marzo. Le va tan bien la vida a esta gran multinacional del comercio digital que ya ha anunciado su intención de contratar a 100.000 nuevos trabajadores en Estados Unidos y Europa (1.500 solo en España). Hasta tal punto ve buenas expectativas de negocio en medio del apocalipsis, que Amazon ha hecho un llamamiento a “todos los trabajadores de hostelería, de restaurantes y agencias de viajes que temporalmente han perdido sus empleos por la paralización de la actividad para que entren a formar parte de su compañía”. Venid hijos míos, papá Amazon os acogerá en su seno.

Entre los agraciados por la pedrea epidémica están también algunas compañías farmacéuticas. Una de ellas es PharmaMar, que en los últimos días se ha disparado en Bolsa después de anunciar que uno de sus antitumorales puede funcionar como antídoto contra el coronavirus. Pero hay más empresas tocadas por la varita mágica de los dioses del dinero, a pesar de la tragedia mundial que estamos padeciendo. Operadores como Glovo, Deliveroo o Uber Eats están viendo estos días cómo los pedidos se disparan, aunque no facilitan cifras exactas. Otras firmas florecientes con un horizonte prometedor tienen que ver con industrias médicas, farmacéuticas, empresas informáticas y de comunicación como Inovio; Moderna; Novavax; Regeneron Pharmaceuticals; Top Glove; K12; Zoom Video; Teladoc; Netflix; y YouTube. Quizá el futuro sea también de ellas.

Entre los elegidos están, sin duda, el banco de gestión Blackstone Group (que acaba de cerrar la mayor compra de activos de Europa) y BlackRock, el gigante estadounidense considerado como la mayor empresa de inversión de activos del mundo, con un patrimonio de más de 7 billones de dólares, según datos de la propia compañía.​ Larry Fink, presidente y consejero delegado de este Leviatán que amenaza con engullir el universo entero de las finanzas mundiales, está exultante. “El mundo superará esta crisis. La economía se recuperará. Y para aquellos inversores que no tienen los ojos puestos en el suelo tembloroso de nuestros pies, sino en el horizonte que tenemos delante, hay tremendas oportunidades en el mercado actual”. Una profecía económica que pone los pelos de punta, no solo porque Fink es capaz de ver beneficios y dólares donde el resto de los mortales solo ve dolor y muerte, sino porque prestigiosos economistas como el español Santiago Niño Becerra llevan años alertando sobre el auge de monstruos como BlackRock. Este experto (casi un futurólogo de la economía) augura que en un futuro no muy lejano asistiremos al inmenso poder que acumularán las grandes corporaciones, una hegemonía que terminará por liquidar la soberanía de los Estados nacionales. Quizá ya no estemos tan lejos de que se haga realidad la profecía, ya que cada vez con mayor frecuencia asistimos a noticias sobre grandes multinacionales que sustituyen el papel de las naciones.

“Esto abre la puerta a una dimensión absolutamente desconocida. Por un lado empresas que no son bancos prestando servicios bancarios y al mismo tiempo empresas gigantescas que cada vez se concentran más. La gran acumulación de capital dará lugar a monstruos empresariales cada vez más grandes y presentes en 150 países y ello, como contrapartida, dará lugar a una caída del poder legislativo y ejecutivo de los Estados”, explica Niño Becerra. “A ver qué Gobierno se atreve a toserle a estas corporaciones. De hecho, la última reforma fiscal de Estados Unidos fue pensada para que las grandes empresas repatriaran una inmensa cantidad de liquidez que ese país necesitaba. Se ha llegado hasta ese punto”, alega.

¿Gobiernos legislando a la carta según los deseos de monstruos financieros? Las implicaciones del nuevo orden económico mundial que saldrá de la pandemia no están del todo claras pero apuntan hacia un escenario más bien sórdido nada propicio para el Estado de Bienestar. Inmensas corporaciones marcando las políticas de los países (incluso sustituyendo la iniciativa pública por la inversión privada), concentración monopolística, acumulación de riquezas en manos de unos pocos, precarización del trabajo (enormes cantidades de obreros explotados por imposición de las compañías) y aumento brutal de la brecha social y por consiguiente de la desigualdad entre las personas y las clases sociales.

En definitiva, podría hacerse realidad aquella otra fabulosa distopía que planteaba Metrópolis, la mítica película de Fritz Lang que plantea cómo sería la vida en una ciudad del siglo XXI donde los trabajadores infelices y famélicos viven como hormigas esclavizadas en un gueto subterráneo donde no llega la luz del sol y bajo la prohibición de salir al mundo exterior. Mientras tanto, los ricos y poderosos disfrutan de los placeres y deleites de la vida en la superficie. Y llegados a ese punto solo cabe preguntarse si esas clases obreras súper explotadas del oscuro futuro que está por llegar serán capaces de rebelarse algún día contra sus amos para imponer la justicia social y sentimientos como la fraternidad, la justicia social y el amor.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

1 COMENTARIO

  1. ¿y ahora te das cuenta? claro, es la agenda 2030, alma de cántaro. Se trata de Soros, de Rockfeller, de Bill Gates y señora, se trata de la agenda globalista, de esos millonarios que financian a políticos como el doctor sanchez, Clinton, Borrell, etc, cuyto objetivo es crear protectorados regidos por sociopatas y psicopatas como los gobernantes españoles, dejándoles sus parcelitas de poder para seguir tricando a costa de lo que roban los sicarios de la agencia tributaria, a costa del esfuerzo de los trabajadores, para que tu también te lleves tus migajas, no quieren que pases hambre, necesitan quien les haga la propaganda.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído