Siempre es un riesgo ser el primero en comenzar la temporada. La presentación de ES EXTRAÑA LA AMISTAD había sido fijada desde el mes de julio para el jueves 2 de septiembre en la privilegiada Biblioteca Eugenio Trías ubicada en el interior del Parque del Retiro de Madrid. Los responsables de la biblioteca habían anulado otras presentaciones a petición de los autores debido a la poca fe de los mismos en que alguien acudiese en un momento en el que para muchos madrileños aún no ha terminado el verano. El propio Javier Puebla no las tenía todas consigo, y mucho menos cuando se anunciaron en el parte meteorológico tormentas para el día de la presentación. Ahí comprendió que iba a ser difícil, sino imposible por completo, salvar los muebles.
D16: ¿Pensó usted que iba a estar absolutamente solo en la sala?
Javier Puebla: No tanto como absolutamente solo, pero casi. Y a ello hay que añadir que mientras iba subiendo hacia el Retiro, con casi una hora de adelanto comenzaron a llegarme mensajes de Whatsapp, hasta un total de 34, con avisos de que no iba a venir prácticamente ninguna de las personas que ya me habían confirmado.
D16: ¿Eso le hizo sentirse muy desanimado?
J.P: No, al mal tiempo buena cara, y una presentación siempre es un momento especial, un bautismo. Además tenía como padrino a uno de mis escritores favoritos: José Ángel Mañas, y esperaba que al menos apareciesen al final tres o cuatro personas, quizá alguna más.
Y ya era casi la hora prevista para que comenzase el acto, faltaban diez minutos para las 18.30, cuando comenzó a llegar gente y más gente, y aún más gente. Debido al protocolo al que obliga el Covid el aforo permitido era de 51 personas, pero ni los responsables de la biblioteca ni el representante de la editorial tenían la menor esperanza de que se llegasen a cubrir siquiera la mitad de las plazas.
D16: ¿Qué sintió usted al ver que la sala no se llenaba sino que incluso había público en la puerta que no podía entrar, y había personas que salían para dejar espacio a los que debían quedarse fuera.
J.P.: Un contento increíble, a pesar de que aún después de ver la sala abarrotada dudé un segundo, pues Mañas aún no había llegado y pensé que tendría que apañarme yo solo.
Pero sí llegó –en el último minuto exacto– José Ángel Mañas, el padrino del bautismo en sociedad, o puesta de largo, de ES EXTRAÑA LA AMISTAD, y se apuró y alargó el acto –para disfrute de todos los asistentes– hasta el último instante del tiempo en el que la sala estaba disponible, amén de venderse todos los ejemplares que la librería Méndez había llevado al acto.
D16: ¿Había disfrutado usted alguna vez de un éxito semejante?
J.P.: Las presentaciones siempre son un momento de alegría, y algunas resultaron muy exitosas, como la del Premio Nadal cuando publiqué SONRÍE DELGADO, y también fueron multitudinarias las de TIGRE MANJATAN o EL HOMBRE QUE INVENTÓ MADRID. Pero tanto en la del Nadal como en las presentaciones varias que organizó la editorial para EL HOMBRE QUE INVENTÓ MADRID existía el apoyo del gran marco que es el Nadal, o el de la ciudad de Madrid en EL HOMBRE QUE INVENTÓ. Esta vez estaba yo solo. Aunque en realidad era todo lo contrario, no estaba nada solo. El trabajo de Mañas como embajador del libro fue deslumbrante, el apoyo del público, entre el que había desde voces consagradas del panorama literario hasta los principales protagonistas de lo que me gusta llamar Mi pequeño mundo, incondicional e impagable. Fue divino: ver a todos tan felices, disfrutando, con la mirada llena de brillo, venciendo a ese viento de pesimismo y dificultad que es el covid y que lleva casi dos años soplando contra nosotros. Una maravilla, una enorme maravilla. Agradezco muchísimo a todas las personas que vinieron, a la editorial, a la biblioteca Eugenio Trías, y a la vida, sobre todo agradezco a la vida: su generosidad para conmigo por permitirme vivir un momento así y compartirlo con personas que aprecio y quiero.
D.16: Felicidades por su éxito. Esperemos que las ventas también acompañen el buen momento, por lo que hemos visto cada vez son más numerosos los elogios de los lectores y la crítica.
J.P.: Sí, parece que está gustando; ojalá. Es un libro con dieciséis años de trabajo detrás, y lo he hecho lo mejor que he sabido. Si logra llegar a un gran número de lectores sería la guinda perfecta del pastel, el mejor de los regalos.
