Destierro

 

En el hogar, la lumbre acaricia la pequeña caldera que cuelga de una enhollinada cadena. A la derecha, sobre una estrecha trébede, un puchero humea y desprende un ominoso olor a berza cocida. Junto a las ascuas más intensas, en una orza de mediano tamaño, la manteca recuece y se va convirtiendo en chicharrones. La gran campana negruzca que ocupa todo el techo de la cocina, un pequeño banco de adobe junto al hogar, coronado por dos machones y una mujer de escasa estatura y orondas carnes que trajina con los cacharros, ocupan toda la estancia.

Ella es Mercedes. Una gorgoja señora de armas tomar y vida difícil a la que los niños del pueblo hostigan como forma de entretenimiento cuando baja a la fuente a por agua, los mayores ignoran y el alcalde y el secretario aborrecen porque es la única que les echa en cara su desvergüenza. Es una persona acomplejada y solitaria, aunque no lerda como la mayoría de los vecinos creen, ni loca como le llaman los chiquillos, cuando la agobian con los calderos de agua. Su pobre marido murió coceado por una mula cuando pastoreaba. Pero no fue un accidente, o más bien lo fue, pero provocado y a conciencia. Lo que los letrados llamarían un homicidio doloso. La mula no soportaba al perro del alcalde y el can no aguantaba a la mula. Así que cuando se encontraban, el perro enseñaba rabioso sus colmillos y ladraba como si se fuera a acabar el mundo y la mula respondía soltando coces a diestro y siniestro. Una tarde de primavera, cuando Antonino, el pastor y esposo de Mercedes, cuidaba de las mulas y las cabras en la orilla del río, junto al terraplén de la vía que corta el valle en dos, el alcalde se acercó sigiloso con su perro al lado, atado y con un capuchón para que no viera y no ladrara, por uno de los ojos del túnel que atravesaban el terraplén y fueron construidos para que discurriera el agua del río. Esperó paciente a que Antonino estuviera colocado detrás de la mula y cuando eso ocurrió, azuzó al perro quién se fue directo hacia la acémila. Ésta, soltó varias coces al aire y fue en la cuarta cuando dio de lleno en la cabeza del pobre pastor que cayó fulminado. Y todo porque el hombre, había oído por casualidad una conversación en la que el alcalde y secretario confesaban el desvío de fondos de las obras de la concentración parcelaria y el tejemaneje con el que habían conseguido que las tierras del alcalde se adensaran principalmente en la vega del río y en la zona más productiva del secano.

Desaparecido el pastor, la misión era ahora hacer que Mercedes se esfumase. Aunque otro accidente, sería muy sospechoso.

Y sabían cómo lograrlo. Porque la pobre perdía la paciencia con los chavales que la puteaban vilmente cuando bajaba a la fuente a por agua, y subía hacia su casa, sudando y cargada con dos cubos repletos que ocupaban más que ella y al doblar la última esquina, se encontraba de lleno con una horda de vándalos rabiosos, una prole de chiguitos gritones con los puños llenos de tierra sucia, que iban depositando en los cubos mientras seguían corriendo calle abajo. Había tardes, en que tenía que tirar el agua y fregar los cubos hasta cuatro veces. Incluso algún que otro día, tuvo que esperar a que fuera noche cerrada para volver a la fuente. En más de una ocasión salió a buscarlos con un cuchillo de gran tamaño en mano, más que con la intención de hacer daño a nadie, con la de asustarlos y que en unos días la dejaran en paz.

Cuando bajaba al ayuntamiento a quejarse, el alcalde se reía y le decía que eran cosas de críos. Entonces ella explotaba, perdía la compostura, y a gritos y con la comisura de la boca llena de una espuma blanca, le echaba en cara el desvío de fondos y las trampas en la concentración de las tierras.

Una tarde de esas en la que los chicos del pueblo la escogían como entretenimiento, el alcalde tenía el carro y los bueyes uncidos así que, a la segunda vez que Mercedes subía con el agua, al traspasar la plaza, el alcalde colocó el carro atravesado, taponando la calle. Los chavales, una vez depositada la tierra en los cubos de agua limpia y fresca, se encontraron con que no podían continuar la huida. Mercedes se percató de que estaban atrapados entre ella y el carro, los acorraló y logró coger del brazo al pobre Tinín, lo llevó hasta uno de los cubos y metió su cabeza debajo del agua un buen rato, con tan mala fortuna que el pobre, cuando lo sacó, tenía los labios azules y no respiraba. Tras varios golpes en la espalda, puesto boca abajo, Tinín volvió a la vida. Pero el alcalde la acusó de intentar matar al chiquillo y Mercedes acabó con una condena de destierro, sin casa y sin futuro.

 


 

Golpe en diferido

 

Una iniciativa de la Asociación de Vecinos AFAO de Madrid, para CONCIENCIAR a los niños que la mejor estrategia de limpieza es aquella que consigue que no se ensucien las calles, ha sido utilizada por el partido de la financiación ilegal, los sobrecostes y la deuda de Madrid, como acusación a Carmena y su consistorio de utilizar a los vecinos de la Alameda de Osuna, para hacer, lo que debería hacer el Ayuntamiento. (Ellos que dejaron los contratos de limpieza bajo mínimos y los blindaron para que no fuera posible la remunicipalización y que, tenían los distritos de Madrid que no fueran el centro, abandonados, llenos de maleza, suciedad y como una auténtica cuadra).

Claro que, como vengo denunciando, todas estas campañas de desinformación y hostigamiento, no serían posibles sin la estimable colaboración de Trolls que se autodenominan periodistas o sin panfletos partidistas que, a pesar de vivir de las subvenciones del Gobierno, se autoploclaman prensa libre.

Decía el otro día la Condesa Consorte que aparca en la Gran Vía y huye de la policía, que es una vergüenza que el Ayuntamiento se esté forrando a base de una política confiscatoria por el impuesto de Plusvalías (les duele la intensa y rápida reducción de la escandalosa deuda que dejaron en el Ayuntamiento de Madrid) Y claro, los medios de desinformación y adoctrinamiento al servicio de esta trama de indeseables, repetían una y otra vez lo dicho por la condesa huidiza, sin contrastar si lo que dice tiene o no fundamento. El impuesto de Plusvalía es un impuesto que regula la Comunidad de Madrid (desgobernada por el PP), por tanto, poco tiene que decir el Ayuntamiento de Madrid al respecto. El “catastrazo” al que aludía la que descubrió la Gürtel, (pero tuvo que ser Ana Garrido Ramos la que pagó con la pérdida de su trabajo y su forma de vida), tuvo lugar en 2011 y por tanto es obra y gracia del abyecto Gallardón, por si no lo recuerda la señora, alcalde del Partido Popular. Y en Madrid, como consecuencia de ese “catastrazo” impuesto por el PPartido imputado por corrupción, hemos pasado de tener unos inmuebles catastralmente muy por debajo de su valor de mercado, a pagar IBI por encima de lo que realmente valen.

Pero esta guerra mediática de desinformación, esta rastrera forma de hacer política basada en la calumnia, la mentira y el desprestigio, es a nivel nacional. En Galicia, la Valedora do Pobo denuncia que ha recibido unas 11.000 quejas, sobre 13.000, de los vecinos sobre indigentes en el Concello de Santiago. Bien, resulta que no eran 11.000 sino 1+1+0+0+0 (http://play.cadenaser.com/audio/ser_galicia_hoyporhoysantiago_20170328_122500_140000/ Play minuto 5:40) Es decir DOS. Dos sobre 13.000. Y monta un espectáculo de rueda de prensa sobre ello. Y la prensa servil que vive de la publicidad del partido imputado por financiación ilegal, lo publica y no desmiente.

Están empezando a ponerse nerviosos. Como cuando la gente les increpaba por la calle en los conocidos escraches y acabaron convirtiéndolos en delito. No les gusta que llamemos a las cosas por su nombre. No les gusta que en el Congreso de los Diputados que debe ser la voz del pueblo puesto que dicen que nos representan, se deje de lado la hipocresía y algunos diputados llamen a la corrupción, corrupción, a los indecentes, indecentes y al latrocinio, robo. No les gusta que cuenten las traiciones, las mentiras y las cortinas de humo o se pongan camisetas denunciando que el agua es un bien público. Ya amenazan con cercenar también la libertad de expresión dentro del Hemiciclo.

Como lo están haciendo en la calle a base de sentencias ignominiosas como la de Casandra en la que, por ejemplo se dice que el terrorismo de ETA aún existe. O que se la condena por reírse de una víctima del terrorismo, cuando Carrero Blanco no tiene esa condición legal y los asesinos fueron indultados en la ley de punto final del 77. Están haciendo creer que es cosa de la ley y que los jueces no tienen nada que ver. Y es una falsa verdad. Los artículos 573 y en especial el 578 del Código Penal, están redactados de forma tan genérica que dependen de la interpretación del fiscal y del juez. Y al parecer y observando las penas impuestas en las sentencias de Casandra, César Strawberry o Valtonyc, sus señorías son más proclives a la intención de amedrentar del Rancio que redactó esos artículos, que al de la libertad de expresión establecido en la tan manida Constitución.

Las sentencias han ido incrementado el despropósito. Por eso creo que son un aviso a navegantes. El nerviosismo de los que manejan esta pseudodemocracia del humo y del engaño va en aumento. No controlan las redes y se les escapa de las manos la información veraz. Empiezan a no controlar a los disidentes. Los gobiernos de las confluencias reducen déficit y deuda, invierten más en lo social , quieren revertir la privatización de los servicios públicos como el Hospital de Alzira y empiezan a demostrar que lo que han llamado crisis, en realidad ha sido una gran estafa. Que los escandalosos incrementos de gasto y la deuda no tienen nada que ver con los servicios públicos (como lo demuestra que la EMT de Madrid haya pasado de perdidas constantes a 11 millones de beneficio en 2016) sino con comisiones, sobrecostes y desvíos de los servicios hacia lo que denominan gestión privada. Como decía el sábado Alberto Vila (@reseneka) aquí en @Diario16, la farsa ha quedado al descubierto y aquello de que no hay alternativas posibles se demuestra falso.

La última vez que esto sucedió (que se demostró que la justicia social es posible), pistoleros asesinaban impunemente a la gente por las calles y, maleantes sin escrúpulos empezaron a quemar iglesias. Se creó un clima de caos que acabó con un golpe de estado, una guerra de tres años y ochenta años de privación de libertades y engaño.

Sólo espero que este tipo de actuaciones y sentencias no tengan la misma finalidad que entonces. Esperando el fin del impasse en el que el pueblo acaba exaltado y actuando de forma que los de la Trama, crean tener, de nuevo, la excusa perfecta para volver al 17 de julio del 36.

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