La brecha de género en el mundo laboral es uno de los aspectos económicos más crueles de nuestro mundo. Las mujeres en España soportan un mayor porcentaje de precariedad que los hombres y, si entramos en los salarios, éstos cobran un 30% que ellas. Aunque la sociedad es cada vez más igualitaria y que los hombres se estén implicando más en lograr la igualdad real —por más que los haya que aún no han salido de las cuevas de Atapuerca— las empresas continúan depreciando el trabajo femenino y poniendo trabas para la equiparación de género. Esto se demuestra en que la brecha de género, en vez de disminuir, se incrementa, tal y como se refleja en el estudio «Brecha salarial y techo de cristal» publicado por los Técnicos de Hacienda en base a datos oficiales de la Agencia Tributaria.

Las mujeres españolas tienen muchas dificultades para ocupar cargos de responsabilidad o dirección en las empresas. Sólo un 20% del total de trabajadores que cobra más de 140.000 euros al año es mujer. Además, suelen ocupar los empleos con contratos más precarios porque la maternidad sigue siendo una barrera y las empresas españolas siguen contratando a las mujeres que renuncian a ella o a la conciliación.

Ante esta situación, el Partido Socialista ha decidido dar un paso adelante y debatir en el Congreso de los Diputados un proyecto de ley para lograr la igualdad real en el mercado laboral. Entre las medidas propuestas se encuentra la posibilidad de multar a las empresas que impidan la conciliación. Fue la propia vicepresidenta, Carmen Calvo, la que informó de la importancia de esta medida que fue presentada en el Parlamente el pasado mes de marzo.

El proyecto de ley tiene una intención clara: pasar de las buenas palabras que hasta ahora no se han transformado en hechos y que la buena voluntad de las tribunas se convierta en derechos para las mujeres. Por ello, se derogan varios elementos de la denigrante Reforma Laboral de Mariano Rajoy en la que no existía ningún elemento que incentivara a las empresas para la contratación de las mujeres tras ser madres, tipificando como infracción muy grave el hecho de impedir el derecho a la conciliación, la extinción de un contrato durante el periodo de prueba si la mujer está embarazada o es madre y, esto es un punto importante, el despido de una mujer víctima de la violencia machista por el ejercicio de su tutela judicial efectiva. Estas infracciones muy graves podrían ser castigadas con multas de hasta 50.000 euros.

Como infracción grave se determina la ocultación por parte de la empresa de los datos relacionados con la implementación del plan de igualdad, la obstaculización a la Inspección de Trabajo o el incumplimiento de la negociación de estrategias positivas que tuvieran como fin una presencia equilibrada de mujeres y hombres en los órganos directivos de la empresa. Las infracciones graves podrían ser castigadas con multas de hasta 6.125 euros.

La ley pretende evitar que los empresarios distribuyan de manera irregular la jornada, la modificación unilateral de las condiciones de trabajo y, sobre todo, que las empresas deben tener en cuenta las necesidades de sus trabajadores que ejercitan su derecho a la conciliación.

1 COMENTARIO

  1. Si el gobierno quiere igualdad y que se conciencien igualdad y en derechos humanos, deberían devolver la presunción de inocencia robada por ley a todos los hombres, pues jamás a todos los hombres se les debe hacer responsables en las leyes de género de los delitos de algunos.El gobierno no lo va a hacer porque se sustenta en el interés del voto para cometer mayor atentado contra la humanidad y contra los derechos humanos que deberían ser inherentes sobre todas las personas sobre la faz de la tierra.
    El gobierno no busca el interés de los ciudadanos y ciudadanas busca su propio interés, su propio lucro electoralista.
    Se ha publicado en los medios que cada vez más empresas contratan a menos mujeres por el miedo a ser denunciados ya que en España todos los hombres han quedado en una especie de libertad condicional que cualquier mujer sin escrúpulos puede convertir en prisión a su antojo obteniendo multiples ventajas de forma automática y que dejan sin recursos a las personas, mujeres hombres niños ancianos sin recursos entre miles de vividoras y vividores del género que nos informan de los peligros del amor romántico, la poesía de Neruda etcétera pero siempre del criminal varón heterosexual contra la mujer siempre inocente y víctima del varón heterosexual.
    El sexismo de género jamás deberían imponer cuotas sino que el tejido empresarial privado se sustenta en mérito y capacidad.
    Si se quiere esa igualdad real de la que tanto hablan se debe pedir paridad e igualdad en todos los trabajos, incluso sean trabajos, duros,penosos, tóxicos o peligrosos. Por ejemplo deberían pedir paridad en enfermería y en grandes supermercados que la mayoría son trabajadoras, pero no se va a la realidad de las cosas ni el bien de los ciudadanos y las ciudadanas si no se va netamente a un interés electoralista que genera eso tan peligroso que llaman lo políticamente correcto que acaba violando derechos humanos fundamentales en leyes perversas y contra natura.
    Cada empresario español debería ser absolutamente libre de contratar a quién mejor le parezca en su propia empresa pues lo único que busca un empresario es el mejor funcionamiento de su empresa, generar empleo y riqueza, indistintamente si sus trabajadores son hombres mujeres blancos negros amarillos de Madrid o de Cuenca.
    Antes de las leyes sexistas y el odio de género se ha venido respondiendo siempre así, al mérito y capacidad responsabilidad e implicación de las personas en los trabajos y en las empresas

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