Gipsy Kings, la rumba que contagia

Tras décadas de éxitos, los rumberos franco-españoles conquistan Sevilla en un memorable concierto del Icónica Sevilla Fest (ISF) en la fílmica Plaza de España

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Fotos: JUAN DELGADO-ANDALUCÍA VIVA.

Gipsy Kings, con más de tres décadas de éxitos, es un mito de la rumba catalana del mestizaje fusionada con pop, flamenco y ritmos afro-caribeños. Aunque tienen marca propia y estilo inconfundible, esta formación nace del son de aquellos sonsonetes de Peret, delicias del Gato Pérez o aportes del Pescaílla.

Gipsy King en su versión más original nace en Arles y Montpellier (Francia). Lo integran dos familias españolas emigradas: Los Reyes (Nicolás, Canut, Paul, Patchaï y André) y los Baliardos (Tonino, Paco y Diego). La crítica en su primera etapa ya los anotó como ‘padres del mestizaje musical’. Fueron, repetimos, pioneros maridando guitarra flamenca, rumba catalana con el más vanguardista pop, rock y el son afro-caribeño.

El patriarca que inspiró al grupo fue José Reyes, popularizador del flamenco fuera de España en la década de los cincuenta y sesenta. El estrellato a los Kings les llega con la mano de la rumba gitana en 1987 con el álbum ‘Gips Kings’. Su versión del tema colombo-venezolano Caballo Viejo ‘Bamboleo’ eclosionó su popularidad. En el álbum ‘Mosaique’ (1989) versionaron al mejor Domenico Modugno sobre su tema ‘Volare’. La fama les repartió por toda Europa, Oriente Medio y América.

Los Kings juegan hábilmente con ese sincretismo que se enriquece del español,  francés, italiano y dialectos gitanos. En 1993 logran un Grammy Latino por el tema ‘Love and Liberté’ como Mejor Álbum Pop del Año. El compilatorio ‘The Best of Gipsy Kings’ (1995) fue Disco de Platino. Otros trabajos (‘Allegria’ (1990), ‘Este Mundo’ (1991), ‘Tierra Gitana’ (1996), ‘Cantos de Amor’ (1998) y ‘Volare!’) lograron ser Discos de Oro.

A los 25 años de arrancar lanzan en 2013 ‘Savor Flamenco’ tras vender más de 20 millones de discos, hacer giras por todo el mundo, y componer las bandas sonoras de dos películas (Toy Story 3 o El gran Lebowsky).

Fotos: JUAN DELGADO-ANDALUCÍA VIVA.

Sevilla se rinde

La puesta en escena de los Gipsy conecta con el público a la primera. Esa mise-en-place incluye seis guitarristas que conocen el instrumento, un bonguero que no para de saltar, una batería firme y talentosa y unos teclados que vehiculan los temas junto a un bajo que acredita más talento. La formación de los Gipsy que actuó en ISF la lidera André Reyes con muchos familiares (Thomas, Kakou, Mario, Tambo y Patchal) que suceden a miembros originales del grupo. Otros músicos (Joseph Cortés, Francois Santiago, Danny Avelino y Guillherme Alves) completan el grupo actual.

El repertorio de los Gipsy Kings en Sevilla alternaba temas vocales con poco texto y mucho estribillo ‘lolailo’, ‘orí, orá’, etc… más impecables temas instrumentales donde destacaba una guitarra solista. Teclados, Bajo y percusión estuvieron a la altura. Su felicidad por la empatía con el público era palpable. Los músicos estaban tan contentos y motivados que así se lo retornaban a la concurrencia.

Los Kings juegan hábilmente con ese sincretismo que se enriquece del español,  francés, italiano y dialectos gitanos

André Reyes oficia de portavoz y líder del grupo. Habla un español telegráfico, pero usa ‘modo gratitud’ por actuar en una Sevilla que les aplaudió desde el principio. El retorno fue cantar ‘Sevilla tiene un color especial de Los del Río junto a dos vocalistas locales y ahí comenzó el éxtasis del público, de mayoría femenina, joven y entregado a bailar rumba y contonearse desde el asiento. La seguridad del ISF tuvo que emplearse para que la cosa no fuera a mayores.

Volare o el estribillo del Bamboleo representaron el ‘quién da más’ para un público que veía en los Gipsy Kings ocasión perfecta ideal para la fiesta. Estábamos ante la segunda primavera que se vive en Sevilla durante septiembre y en un marco incomparable, la Plaza de España.

Debe aplaudirse por el cronista especialmente la magia de la luz que imprimía al espectáculo la iluminación colorista de la Plaza de España. Si los rumberos hacían las delicias del respetable, la obra magna de Aníbal González añadió sinergias al evento. Los silencios de la Maestranza, ese respeto que se tiene al arte en la capital de la Giralda, se obvió con el aplauso, la sonrisa y esa rumba marchosa que alegra el alma. Nadie se resistió a levantarse del asiento para mover las manos, aplaudir y acompañar ese guitarreo maravilloso del superviviente clan Reyes que tanto gustó a quienes lograron entrada a un espectáculo total. Puro divertimento, sin estridencias, sin frikis y sin tendencias que debemos acatar. Los Gipsy Kings convencieron a los que quisieron disfrutar lo mejor de su discografía, de su éxito imparable. El que ha renovado las ganas de divertirse tras tanto tiempo confinados, limitados, etc…. Y todo ocurrió en una Sevilla que le encanta la fusión de lo mejor para divertirse. 

Fotos: JUAN DELGADO-ANDALUCÍA VIVA.

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