Gansterización del poder en República Dominicana

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En la República dominicana el sistema de partidos- -salvo ciertas excepciones marginales- se pudrió y no cesa de emitir suciedades estatales-gubernamentales, que tampoco son muy extrañas en ciertas latitudes latino-caribeñas.

Esa dinámica -íntimamente relacionada con la gansterización del capitalismo y de los poderes afines- incluye narco-política y narco-poder; destacándose, además del caso que nos ocupa, ciertos vínculos de la mafia calabresa de Italia con el Grupo Macri, conexiones del ex-presidente Porfirio Lobo y del actual Presidente Juan Orlando Hernández de Honduras con carteles mexicanos, la narco-corrupción que arropa a los gobiernos en Haití y la alta contaminación pre López Obrador en México.

En Dominicana hay hechos muy recientes que incluso evidencian la solución de continuidad entre el ESTADO DELINCUENTE y la NARCO-POLÍTICA. Veamos:

Hace algo más de una década, contradicciones al interior del negocio de la drogas, develaron la conexión de una organización criminal dominicana vinculada al Cartel del Valle de Colombia, cuyo jefe, el nombrado Quirino Ernesto Paulino, fue capturado y pedido en extradición por el gobierno estadounidense.

Entonces, su hermano denunció el respaldo financiero que esa organización le había brindado a los tres principales partidos del país, todos de derecha: Partido de la Liberación Dominicana PLD (en el Gobierno), Partido Reformista Socialcristiano-PRSC y Partido Revolucionario Dominicano-PRD (ambos en ese momento en la oposición). Y posteriormente se develó que a principio del nuevo milenio había sido incorporado al ejército con grado de capitán.

Más tarde -cumplida una corta pena en cárcel estadounidense (con delaciones premiadas incluidas)- el capo extraditado regresó a nuestro país protegido por el actual presidente de la república, Danilo Medina, para ser usado contra el ex-presidente Leonel Fernández, su principal competidor al interior del partido oficial a raíz de su primera re-postulación (2016).

Ahora, nueva vez, el capo Quirino Ernesto Paulino, ante un nuevo intento reeleccionista del presidente Medina y en el contexto de una situación parecida, ha vuelto a operar como instrumento de denuncia ciertas y chantaje eficaz contra el ex-presidente Fernández y la facción electoralista que lo respalda.

De paso este personero también refrescó vínculos y develó un reciente intercambio (desconocido hasta ese momento) con el ex-presidente Hipólito Mejía, precandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno-PRM; heredero mayor del degradado PRD, ahora plegado a la par del gobierno dominicano a Trump y a la ultraderecha continental frente a una Venezuela amenazada de invasión “made in USA”.

En verdad lo de Leonel, los aportes de dinero sucio a su Fundación Global-FUNGLODE (cuerpo del delito) y los 200 millones de pesos que le prestó Quirino, era un rollo bastante conocido.

Sin embargo, hay otros casos parecidos o peores que evidencian su absoluta falta de escrúpulos en el ejercicio de ciertas modalidades de narco-política.

Falta, por ejemplo, que se amplifiquen de igual manera sus conexiones con el capo español Arturo del Tiempo Márquez (actualmente preso en Barcelona), con Nelson Solano (el Zar de la heroína en el Caribe, extraditado y condenado en EEUU), con los protagonistas del contrabando de drogas y los crímenes de Paya-Baní (encabezado por un general bien protegido por todos los gobiernos del PLD, incluido el actual) y los vínculos directos de Félix Bautista, ex-ministro y ex secretario de organización del PLD, con el capo puertorriqueño Figueroa Agosto, sobre todo lo relativo a las jerarquías superiores involucradas en esa relación dolosa.

En cuanto a Hipólito-PRM, ciertamente no se sabía de la existencia de ese intercambio seguido de un proyectado respaldo a su precandidatura, aunque si del ingreso irregular de Quirino como oficial al ejército del referido capo durante su mandato presidencial.

Pero la verdad es que Don Quirino ahora lo metió para lo hondo al develar ese encuentro soterrado, mientras el propio Hipólito se enredó más al admitir haber ejercido su vocación “investigadora” en cuanto a la relación del referido capo con Leonel Fernández, vía una conversación con quien esencialmente le tenía que confirmar lo que públicamente había afirmado sobre su contrincante político.

En resumen: una estocada por la espalda al precandidato del PRM (pese a su línea bastante complaciente frente al régimen actual), junto a una torpeza a lo Trump del mismísimo ex presidente Mejía.

Unos detalles adicionales, sin embargo, ayudan a precisar intermediaciones usadas por Leonel Fernández en esa relación: Margarita Gómez (la decoradora involucrada en sobrevaluaciones de decoración del Palacio de las Injusticias y del Parque de la ciudad de Santiago, asociada comercialmente a la hija de Fernández), su amigote el general Florentino y Florentino, y el inefable Félix Bautista, reincidente en esas lides; todos todavía impunes de esas y otras prácticas delictivas, gracias al binomio en competencia mafiosa: Leonel y Danilo.

Es tonto pensar que antes y ahora, el capo Quirino, quien negoció muy bien con el poder imperial (que siempre manipula la narco-corrupción) su benigna condena, esté actuando por cuentas propias, y si no es así sus titiriteros son sus protectores a alto nivel, aquí y en el Norte brutal.

En este solo escándalo de narco-corrupción están involucrados los gobiernos y los presidentes que han regido la vida del país en los últimos 22 años, lo que sin ser único, ni el más voluminoso, lo convierte en referencia obligada de la podredumbre imperante.

Por eso puede hablarse de este capo y este caso, aun se excluyan los demás, como presencia relevante de este tipo de instrumento de financiamientos sucios, chantajes y denuncias con fines parciales en el pantano electoral, que por demás evidencia la degradación extrema del ejercicio de poder y del sufragio electoral en tierra dominicana.

Y esto, claro está, junto a la chorrera de fechorías políticas y empresariales, confirma que nada debe esperarse de la preeminente cloaca política y los dos polos que concurren a ese viciado escenario.

Y si nuestra mirada se extiende a otros lares de nuestra América, no es difícil de apreciar la gansterización y decadencia de un determinado modo de dominación política.

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