No comparto ese punto de vista subjetivo que utilizan algunas personas para confundir el término odio con crítica. En nuestro lenguaje diario criticamos cuando reprobamos las acciones de una persona o cosa y en ningún momento estamos manifestando repulsa hasta producirle un daño o sentimiento de aversión.

El discurso del odio rompió este país en dos y desde entonces, irracionalmente, sentimos repugnancia, violenta o no, hacia personas o cosas que nos provocan rechazo, la manida frase “o conmigo o estas contra mí”.

Creímos superada una etapa de la historia de esta nación y nos engañamos unos a otros cerrando en falso heridas que difícilmente cicatrizaran si un día sí y otro también metemos el dedo en la llaga para causar daño y dolor. Francisco de Goya retrato lo que es este país en una de sus pinturas negras, Duelo a garrotazos. Los ojos del pintor recogieron lo ruines, mediocres y villanos que somos. Enterrado cuasi hasta las rodillas en barro, dos personas se retan a un duelo a garrotazos, sin normas, reglas, protocolos, jueces… los caballeros de la época tenían otro estilo. Un garrote, la envidia. El otro, el odio. Hasta la muerte a porrazos.

En fin. Es tal el nivel de sentimiento negativo que nos rodea, que a la mínima crítica alguien cree que le estas deseando el mal. La crítica, puede ser negativa, positiva o constructiva y nuestra reacción ante ella, dependerá de su intencionalidad y la aceptación de ese cambio que se produce al recibirla. ¿Como respondemos hacia quien nos critica de manera constructiva o negativa? Me tiene odio. De verdad, que odio la palabra odio y más, cuando viene de alguien que, junto a uno, rema en la misma galera.

Con motivo de unas jornadas sobre la Memoria Histórica para conmemorar la proclamación de la II Republica Española que se van a celebrar en Cádiz, el Ayuntamiento izó la Bandera Republicana en la Plaza de la Constitución, frente a Las Puertas de Tierra. No tardaron en salir como hienas, babeando odio y rabia, los que todavía no han reconocido públicamente que la Republica nos fue arrebatada por un golpe de estado.

A las pocas horas de ondear la bandera tricolor, algún hijo del odio la destrozo. El ayuntamiento la repuso y al siguiente día, nuevamente fue arrancada. Mientras tanto, el Partido Popular en su labor de poner zancadillas a las víctimas del franquismo, encabezo la protesta por el gesto del gobierno local. A ello, se le sumo la denuncia de la Subdelegación de Gobierno y por orden judicial, mástil y bandera desaparecieron.

Demasiado se le está aguantando al Partido Popular, entre otras, el que algún miembro del gobierno del dictador Franco ocupara sillón en el parlamento e incluso presidencia de una comunidad autónoma.

Que estos herederos del régimen, que militan en el primer partido imputado de esta democracia orquestada, digan a boca llena que la transición sirvió para cerrar heridas y sigan actuando de esta manera, es la demostración del odio, ese odio que acabo con las vidas de miles de mujeres y hombres enterrados en las cunetas de las carreteras de este país, ese odio que impide a miles de familias ejercer su derecho de buscar a sus familiares asesinados…. ese odio que impide que una bandera constitucional, arrebatada por una dictadura, sea izada por unos días.

El 14 de abril, lo quieran o no, volverá a ondear la Bandera Republicana en miles de balcones y será paseada por las calles de este país, porque señores del Partido Popular las heridas jamás se cerraran con su discurso de odio y olvido.

 ¡¡¡ VIVA LA REPUBLICA!!!

“El odio es la venganza de un cobarde intimidado.”

George Bernand Shaw

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