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Fran Guillén o la didáctica de emprender

Consejero de incontables starups, este sevillano dirige Impúlsame, un acelerador empresarial que en un lustro ‘mentorizó’ a más de un centenar de emprendedores

Juan-Carlos Arias
Juan-Carlos Arias
Agencia Andalucía Viva. Escritor
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análisis

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El universo del emprendimiento es como la viña del Señor o la botica: hay de todo. Encontramos profetas, gurús, teóricos, labias de mercadillo, autoridad, compromiso y más de un cantamañanas. Los que generan maravillosos proyectos inviables o que naufragan al poco de zarpar pues carecen de lo sustantivo. El coraje, compromiso, el riesgo y la aventura están intrínsecamente unidos a cualquier empresa por nacer que se precie.

Fran Guillén es un ingeniero informático. Monitores, hard & software, aplicaciones, programas y ese know-how versátil que tiene la cibernética sustentaron su coraje por impulsar empresas. Es un tipo entregado, de los que trasmite energías positivas que causan empatía. Su palabra atrapa, convence a quien le ve en el escenario, en la pantalla o lee sus pautas emprendedoras. Es sevillano de Mairena del Alcor (1981). Su comarca tiene Historia, arte, mucho flamenco excelso y polígonos industriales. El dinamismo mairenero emprendedor de Fran se le contagió.

Guillén no es un teórico. Su pragmatismo lo vuelca en su currículum. Es consejero de muchas starups. Dirige Impúlsame, acelerador empresarial. Tras un lustro mentorizó a más de cien emprendedores. Estos finalmente optaron por la economía digital y la tradicional, mitad y mitad.

Su ubicuidad empresarial le repartió en diversos sectores. Su lema es intentarlo, triunfe o no el proyecto: Vestidia (startup de moda que fracasó tras fulgurantes comienzos), IncrementaMarketing.com (plataforma off & online), BrioAgro.es (agricultura de precisión) Opositores.net (academia online) y PlusVitech.com (tratamiento del cáncer).

Además, Guillén es profesor del Máster de Ingeniería Informática por la Universidad de Sevilla, centradoen emprendimiento, innovación e inversión. Ponente de eventos, asesora TerritorioEmprendimiento.org, es parte de Business Angels y el reputado Rotary Club Sevilla International que preside el jurista Antonio Barba.

El podcast Acelerando Empresas (https://acelerandoempresas.com/), se considera de los más vistos y escuchados entre hispanoparlantes, a un lado y otro del Atlántico. Con ese bagaje, Guillén redondea su trayectoria con un libro de lectura absolutamente recomendable. Juntando palabras inicia nuevo frente en su lucha por ayudar el emprendimiento, tan necesario los difíciles días de pandemia donde la macro y microeconomía flaquean.

Emprender escribiendo

Guillén nos presenta credenciales sin tapujos en unas declaraciones reveladoras: ‘En nuestro país la barrera ha sido, y aún es, la aversión al riesgo. Lo que nos dicen nuestros padres que consigamos seguridad. Sin embargo, esto que podría tener algo de razón en su generación, ha cambiado desde entonces. La mayoría no van a tener un trabajo fijo’.

El podcast Acelerando Empresas se considera de los más vistos y escuchados entre hispanoparlantes, a un lado y otro del Atlántico

Sobre el crack económico que trae la pandemia Fran Guillén da ideas: ‘En las crisis surgen muchas oportunidades de negocio, surgen nuevos problemas que hay que solucionar, y a menudo son problemas importantes. Es clave para que la gente pague por ellos, y por tanto, haya beneficios. Es cierto que se destruirán muchos negocios y empleos, pero estos darán paso a otros que sean más necesarios en esta nueva etapa (Ejemplos: video llamadas de Zoom, e-commerce de Shopify, la reinvención de AirBnB, etc). A río revuelto, ganancia de pescadores’.

Paso de Gigante (Editorial Pirámide, Grupo Anaya, 2020) es su ópera prima. Su portada atrae interés y hasta la codicia. Hace una pregunta de comprometida respuesta: ¿Qué harías si te ofrecieran 1 millón de euros para emprender tu negocio?. La respuesta no está al final, como en las películas. Está en la historia que conduce una fábula de deliciosa lectura.

La obra de Fran Guillén la saludan los más respetados expertos del emprendimiento como oficioso prólogo. Al autor lo avalan nada menos que por Alex Rovira, Joan Boluda, Gonzalo Ruiz, Miguel Ángel Muñoz, Joana Sánchez, Sebastián Barrios, Jesús Pérez, Emilio Márquez, Tom Horsey, Mª Luisa García, Natalia Gómez de Pozuelo, David Tomás, Néstor Guerra, Bruno Moioli y Miguel Macías.

El libro que se reseña es entretenido. Engancha con la historia de un hombre (Leo) que se siente frustrado con su empleo. Sufre ataques de ansiedad y sopesa iniciar una nueva actividad laboral. Pero no se atreve a llevarla a cabo. Esa angustia que generó la adversidad vital le condujo a un médico.

En la consulta, el doctor le recomienda un curso de buceo, para así calmar su ansiedad y para que conozca nuevas experiencias desde la perspectiva de su rutina laboral que le condiciona. En el curso conoce a un emprendedor de éxito (David). Le anima a crear su propia empresa y está abierto a financiarle el proyecto. Le pone una premisa: Leo le presentará, en un breve espacio de tiempo, una propuesta que David considere viable.

Siguiendo los consejos de éste, Leo prepara un plan de negocio para su nueva empresa. La obra se estructura en 34 apartados. En ellos va narrando, como si fuera una novela, el proceso de concepción, planteamiento y desarrollo del nuevo proyecto empresarial. El emprendimiento comparte pautas de la novela-enigma (planteamiento, nudo y desenlace).

La fábula que narra Guillén no es azarosa, ni fruto de un delirio o un recuerdo onírico. Hinca raíces en la realidad. Existe ese Club de Buceo. Se ubica en La Herradura (Granada). El paradisiaco destino de la Costa Tropical tiene incomparables fondos marinos donde soñar un proyecto empresarial al salir a flote. Y espera un mecenas que viabilice el proyecto. 

Guillén confiesa, en privado, que su mentalidad es algo ‘anglo’ sobre el emprendimiento. En España, por ejemplo, incluir en un currículum detalles de un fracaso empresarial, sufrir el despido injusto por algún jefe mediocre, o dejar huecos temporales de difícil explicación es impensable.

Sin embargo, la mentalidad ’anglo’, quizá tributaria del luteranismo, anglicanismo y el aprecio del talento y meritocracia por encima de familias, ideas, dineros o decisiones arbitrarias, el fracaso enseña oportunidades para no repetir fallos. Intentarlo es lo que vale.

Los chinos también piensan que emprender es parte de la crisis. Ellos, ante una pandemia que arruinará, ven la lógica alerta pero también la oportunidad de hacer negocio, crear trabajo y repartir riqueza. Muy diferente de lo que pensaba el Barón de Rotschild, banquero y forjador de un emporio empresarial multinacional. El aristócrata repetía que los buenos negocios se hacen cuando ‘corre la sangre por las calles’. La rapiña de la guerra fue su discutible nicho empresarial. 

Guillén ha buceado entre sus herramientas para ayudar y fortalecer el emprendimiento. Sus 34 reglas salen al papel, a lo tangible, conducidas por una historia que es creíble y real. El informático mairenero apuesta por luchar su tesis con resultados, con números, con ejemplos ya reales.

Además, es un referente a considerar porque su pragmatismo participa en empresas que concibe, enseña, comparte y ayuda. El libro que acaba de publicar vehicula muchas ‘cositas buenas’, como tituló el inolvidable Paco de Lucía un LP inolvidable. La guitarra, que también toca Guillén, tiene esa música. 

El autor de ‘Paso de Gigante’ dirige su mensaje para los que no esperan subvenciones, ‘colocarse’ enchufado en algo oficial o financiarse con interés y dinero bancario. Guillén da ese empujón inicial para ese salto a ser empresario que quieren dar muchos y muchas. La aventura, el riesgo y compromiso de emprender, de consumar ilusionarse no es difícil, es aplicar un know-how.

Debemos apostar por quienes compartimos que el ‘papá estado’ nos solventará las cosas, nos pagará el proyecto. O que la ruina que se avecina la subsanarán bancos, ERTEs, créditos blandos y palabrería de gobernantes improvisadores. Paso de Gigante muestra la didáctica de emprender. Es toda una experiencia. Inténtenla.                       

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