Los presupuestos acaban de ser rechazados, y esto es grave, porque estábamos hablando de unos presupuestos que tenían como objetivo rescatar a las personas que las criminales políticas neoliberales habían dejado en la cuneta, como cadáveres de la Historia. Esto es hoy lo más importante. Pero de cara al mañana debemos plantearnos la causa que ha generado esta situación y cómo resolverla para que no vuelva a suceder. Nos estamos refiriendo al problema catalán. Si esto no se resuelve, cualquier gobierno volverá a ser rehén de los votos independentistas, y digo cualquier gobierno.
Pero, ¿en qué consiste el problema catalán? Fundamentalmente en el poder y el tronío que ha adquirido un grupo de personas que no tiene razón, creyéndose que sí la tiene, y que hasta ahora nadie le ha esgrimido los argumentos oportunos, o ellos no han sabido entenderlos. Voy a intentarlo yo, aunque tengo pocas expectativas.
Los catalanes, ¿quiénes son? Porque sabemos quiénes son los españoles (aquellos que han nacido en España, o han adquirido la nacionalidad española en virtud de una serie de variables…), pero yo, hasta ahora, todavía no sé quiénes son los catalanes ¿Se es catalán si se habla catalán? ¿Se es catalán si se vive en Cataluña? ¿Se es catalán si se ha nacido en Cataluña? ¿O se es catalán si te llamas Jordi y te apellidas Pujol? Lo digo, porque un catalán es una persona que tiene, por ejemplo, derecho a voto en las elecciones catalanas, y, por lo tanto, capacidad de decisión en un hipotético referéndum de autodeterminación. Pues bien, el señor Puigdemont resolvió esta cuestión para alivio de todo el mundo: los catalanes son aquellos que llevan al menos cinco años empadronados en Cataluña. Es decir, según el señor Puigdemont, si has nacido en Cataluña, hablas catalán, tu familia es de allí de toda la vida, etc, pero no vives en Cataluña, no eres catalán. Sin embargo, un murciano como yo se va a vivir a Cataluña cinco años, y aunque no hable ni una palabra de catalán, ya puede decidir el futuro de esa región española. Como decimos por aquí, “tócate el capullo María Manuela”. Por este motivo me produce tanta extrañeza que todo el mundo, independentistas y no independentistas hablen de “los catalanes” como si todos tuviésemos claro a quiénes nos estamos refiriendo. Por favor, quien lo sepa, que me lo ponga en los comentarios de este artículo.
El derecho de autodeterminación. No existe. No lo contempla nuestro ordenamiento jurídico, y tampoco lo contempla ningún ordenamiento de ningún país del mundo civilizado. Es muy sencillo: el derecho de autodeterminación y la consiguiente independencia de una parte del territorio de una nación, supone la autodestrucción de esa nación ¿Conocen algún país que contemple en su Carta Magna el HaraKiri colectivo? Creo que hay uno, Abisinia.
El derecho a decidir sobre “algo” lo tienen los dueños de ese “algo”. Nuestra Constitución deja bien claro que la soberanía nacional reside en la totalidad del pueblo español. Para que me entiendan los independentistas: España es de los españoles (que sí sabemos quiénes son…), y Cataluña es una parte de España, como lo es Murcia, Andalucía, Galicia, etc. Dicho en román paladino, si algún día decidimos votar sobre qué hacemos con Cataluña, y, por extensión, con cualquier parte del territorio nacional, deberemos hacerlo todos los españoles y españolas.
El problema de haber puesto urnas y haber votado. Ese no es el problema. A nadie se le juzga por haber puesto urnas o haber votado, sino por haber subvertido el orden constitucional pretendiendo que Cataluña es una región alienable de España. Obviamente, España se defendió, como se habría defendido si hubiera sido invadido su territorio, por ejemplo, por los franceses a través de Cataluña, o por los marroquíes a través de Andalucía. El problema no es votar, sino si es legal lo que se vota, y en este caso no lo era.
La supuesta superioridad catalana. No existe. El señor Oriol Junqueras es como yo, salvo por el hecho de que él es mucho feo. Punto. A partir de ahí cualquier ciudadano o ciudadana que viva en Cataluña, que quiera separarse de España porque piense que Cataluña es “suya”, y que “ellos” los catalanes, no tienen que ver nada con nosotros, solo tienen que hacer dos cosas: estudiar, e ir al Psicólogo. Y si son muchos, pues terapia de grupo.
El Sr. Millán no ha entendido nada del «problema catalán». Una verdadera lástima después de los cientos o miles de artículo en los que se explica con detalle.
Me ha hecho usted reír en esta mañana en que el cotarro no está precisamente para risas. Definitivamente, con esta nueva acción de «los catalanes» se pone de manifiesto una vez más que a esta gente España le importa un pimiento, ya incluso aunque haya dinero de por medio. Ayer leí el malestar que ha provocado en el empresariado catalán esta decisión de no apoyar unos presupuestos que,ya era hora, nos intentaban liberar de las garras de este sistema que está ahogando a media España. Ha sido la guinda del pastel. ¿Acaso piensan que les irá mejor con lo que pueda venir? ¿Acaso les interesa un estado continuo de confrontación? Ahí me pierdo. ¿Qué quiénes son los catalanes?
Pues me temo que no voy a poder responderle con exactitud. Lo que sí parece cierto es que siempre ha habido ciudadanos catalanes que no se sienten españoles y que pretenden, en nombre de ellos y del resto, la independencia del estado español. ¿Quiénes son los catalanes? Buena pregunta.