Zbigniew Brzezinski, ex- consejero de Seguridad Nacional durante el mandato de Carter, en un artículo publicado en la revista Foreign Affaire (1970), expone su visión del “Nuevo Orden Mundial” al afirmar que “se hace necesaria una visión nueva y más audaz con la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad”, esbozos de una teoría que perfilará en su libro “Entre dos edades:El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica”(1.971).

En el citado libro aboga además por el control de la población por una élite mediante la “manipulación cibernética” al afirmar que “la era tecnotrónica involucra la aparición gradual de una sociedad más controlada y dominada por una élite sin las restricciones de los valores tradicionales, por lo que pronto será posible asegurar la vigilancia casi continua sobre cada ciudadano y mantener al día los expedientes completos que contienen incluso la información más personal sobre el ciudadano, archivos que estarán sujetos a la recuperación instantánea de las autoridades”, lo que anunciaría ya la posterior implementación del programa PRISM o del reciente “affaire Spyon” de la NSA.

Asimismo, en un discurso reciente durante una reunión del Council on Foreings Relations (CFR), el citado Brzezinski advirtió que “la dominación de las élites ya no es posible debido a una aceleración del cambio social impulsado por la comunicación instantánea que han provocado el despertar universal de la conciencia política de las masas (Global Political Awakening) y que está resultando perjudicial para la dominación externa como la que prevaleció en la época del colonialismo y el imperialismo”.
En consecuencia, tras el intento de controlar la nube mediante programas secretos como el citado Programa PRISM , en los próximos años asistiremos al final de la democratización de la información (siguiendo la senda emprendida por los llamados “países totalitarios”, mediante la imposición de leyes que prohíben el uso de determinados términos (en China, por ejemplo, «democracia» o «derechos humanos») para continuar con la implementación de filtros en los servidores de los ISP, de lo que sería paradigma el SmartFilter fabricado por la compañía estadounidense Secure Computing. Así, según un estudio de la organización OpenNet (integrada por las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard y Toronto), 25 países ejercerían la censura de webs con contenidos políticos o sociales “peligrosos” e impedirían asimismo el acceso a aplicaciones como YouTube o Google Maps aplicando sofisticados métodos de censura gracias a la colaboración de empresas occidentales.

Por otra parte,la necesidad de escapar al control del Big Brother en redes como Yootube, Twitter o Facebook , habría llevado a una minoría a utilizar la red TOR, también conocida como Dark web y creada por defensores del software libre para proteger la identidad de los usuarios. Dicha red, (accesible sólo para iniciados) habría contado en sus inicios con las bendiciones de los Gobiernos occidentales para permitir el acceso a Internet en “países totalitarios” como China, Corea del Norte, Cuba e Irán, pero tras los atentados yihadistas de París, las actividades propagandística del ISIS estarían siendo monitorizadas y filtradas por las agencias de seguridad occidentales lo que habría forzado al grupo yihadista al uso de la red TOR. Sin embargo, las claves mediáticas del ISIS son la rapidez y masificación en la difusión de sus contenidos propagandísticos, la diversificación en el uso simultáneo de múltiples plataformas y últimamente el uso de mensajes encriptados. Así, el ISIS habría comenzado a utilizar masivamente la nueva aplicación Telegram al estar sus contenidos encriptados pues sus usuarios pueden formar grupos de hasta 200 amigos y utilizar chats secretos donde el material propagandístico se autodestruye con la consiguiente dificultad de los servicios secretos occidentales para acceder a sus contenidos.

En consecuencia, asistiremos a la implementación por el establishment occidental de severas restricciones al uso democrático de la Red, (Francia y Gran Bretaña exigen eliminar los mensajes encriptados en Whatsapp y Telegram), lo que tendrá como efecto colateral la imposibilidad del acceso universal a la red en la próxima década y el retorno a sus orígenes de la Red de Redes al quedar Internet convertido en herramienta exclusiva de las élites políticas, económicas y militares, lo que de facto constituirá una deriva totalitaria y la implementación del déficit democrático como estigma recurrente de las llamadas democracias formales occidentales o “estilo Westminster”.

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