Señor Fernando Simón, usted debe dimitir. No porque el Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) haya pedido su cese como director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad (CCAES), sino porque se está viniendo demasiado arriba. Da la sensación de que le está ocurriendo como a algunos actores y actrices que de tanto interpretar un papel acaban transformándose en su propio personaje.

Durante la pandemia, incluso antes de que la OMS la declarase, usted siempre estuvo al frente y se ganó, no sólo el respeto, sino que la ciudadanía hacía lo que usted decía. En los meses más duros del confinamiento, lo que dijera Fernando Simón era casi ley; si usted recomendaba ponerse mascarilla, la gente se la ponía, porque se había convertido una especie de faro que nos guiaba a todos en medio de la incertidumbre por todo lo que estábamos viviendo.

Sin embargo, poco a poco, señor Simón, de manera involuntaria se fue convirtiendo en una especie de icono pop que aparecía en las camisetas que la gente agotaba porque era una forma de reconocimiento. El «Simón dice» se hizo tan popular que le transformaba en algo más que el referente médico que hacía accesible el conocimiento de lo que realmente estaba pasando.

A medida que el tiempo ha ido pasando, se le ha notado más cómodo en sus ruedas de prensa y eso parece que le ha hecho «venirse arriba» en algunos momentos. Sus declaraciones del otro día son una muestra de ello y toda su capacidad profesional, su prestigio, han sido absorbidos por el personaje.

Cuando el pasado jueves afirmó que «ahora los profesionales sanitarios tienen un aprendizaje con respecto a la primera ola. Los gestores hacen mejores circuitos de asistencia en los hospitales. Y obviamente, los sanitarios tienen un mejor comportamiento evitando contagiarse fuera de su espacio de trabajo» fue un golpe muy bajo para sus compañeros de profesión, para quienes han puesto en juego su propia salud para salvar la nuestra, para todos aquellos que han muerto por intentar salvar una vida.

Por eso, es necesario que presente su dimisión. No porque lo diga el Consejo de Médicos ni porque lleve meses reclamándolo la extrema derecha, sino porque su propio prestigio y su capacidad profesional ha quedado muy tocada.

Fue un error que usted apareciera en el programa de Jesús Calleja, puesto que, como debe saber, todo aquel que es invitado suele tener una respuesta por parte de la ciudadanía bastante negativa. Recuerde lo que le ocurrió a la presidenta del Banco Santander que pretendió presentarse ante la ciudadanía con una cara diferente a lo que es y representa, pero el pueblo es muy inteligente y supo reconocer que se encontraba ante una estrategia de marketing. Recuerde también lo que ocurrió con el actual presidente del Gobierno cuando, en el año 2014, le hizo escalar nada menos que el Peñón de Ifach, pero muchos militantes y votantes socialistas no entendieron que su nuevo secretario general, con un partido que vivía una importante crisis interna, se dedicara a grabar un programa de televisión y poniendo su vida en juego.  

Por todo lo anterior, señor Fernando Simón, dimita de su cargo y haga lo que mejor sabe hacer: salvar vidas.

3 COMENTARIOS

  1. Me parece que todo esto, solo es una «batallita más» para tener sus minutos de gloria. Si comparamos lo que este hombre hace con lo que hace IDA y, seguirá haciendo, creo que son ganas de marear la perdiz respecto al Sr. Simón.

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