El famoso lenguaje gestual o corporal del que tanto gusta hablar los comentaristas de televisión. En el caso de Fernando Alonso está absolutamente clarísimo el mensaje que transmite.
Tiene fe, tiene verdadera esperanza, está excitado como un adolescente ante las posibilidades del coche.
Cuando habla se esfuerza en ser prudente, en no echar las campanas al vuelo y mantener las expectativas lo más bajas posibles para no defraudar a su público y tampoco a sí mismo.
Pero se le ve en cómo anda, en cómo sonríe y en cómo le brilla la mirada. Aunque al mismo tiempo, por supuesto, sabe que es imposible lo que pretende, un sueño que puede imaginar prácticamente pero es imposible: ganar una carrera con el Aston Martin y mucho más imposible ganar el mundial.
Pero es Fernando Alonso, y también era imposible que un piloto español a los mandos de un Renault ganase un Mundial como ayer absolutamente imposible que ganase dos; y sucedió.
HAZ QUE LO IMPOSIBLE SUCEDA Y ENTONCES SERÁ POSIBLE.
Eso es lo que bulle en el interior de Fernando Alonso en este momento después de los test. Es lo que va a hacer. Lo que quiere hacer. Está dispuesto a darlo todo, como siempre. Y lo que va a hacer es conseguir como sea que lo imposible se convierta en posible.
HAZ QUE LO IMPOSIBLE SUCEDA Y ENTONCES SERÁ POSIBLE, repetimos. Ese es el espíritu de Fernando Alonso a comienzos de la temporada 2023.
Forza y fe, don Fernán.
Tigre Tigre
