Convoca la magia al menor pretexto: da treinta y tres pasos y los filma en vídeo para subirlos a las redes, o colecciona 33 servilletas de restaurantes diferentes, o se hace una foto junto a 32 personas, y él hace la número 33.
Fernando Alonso está llamando al número treinta y tres, lo está convocando. Como casi todos los pilotos es supersticioso y cree en la importancia de la suerte. En la estela del primer piloto español que subió a un podio de Fórmula 1 conduciendo un Ferrari: el marqués de Portago, EL LEGENDARIO MARQUES DE PORTAGO de quien se decía que cuanto veía un gato negro corría hacia él para cruzarse en su camino y traerle mala suerte.
Fernando Alonso está invocando a lo mágico, a lo invisible, y en ningún momento pierde la fe, piensa que el verde de Aston Martin es un color afortunado y que hay posibilidades de que este año por fin, después de tantas temporadas de sequía, después de tantas escuderías que no le dieron el coche adecuado tras dejar Ferrari, conseguirá por fin la victoria 33.
33 era la edad de Cristo cuando subió a la cruz.
Y treinta y tres líneas exactas -33-le escribiremos nosotros a FERNANDO ALONSO desde esta atalaya, desde LAS ALMAS Y LA FÓRMULA 1 el día en que consiga su victoria 33. Porque nosotros también creemos en que se puede llamar a la magia. A la magia y a la buena suerte. Amén.
Tigre Tigre
