Está oscuro el panorama, el patio del futuro para el gran Fernando Alonso, el más grande piloto español de todos los tiempos mientras nadie pueda demostrar lo contrario.

Hace unos meses se le veía optimista y confiado. Aseguraba que iba a haber muchos movimientos en el Circo Liberty (antaño Gran Circo Ecclestone: se hizo demasiado viejo el principal payaso). Y sus incondicionales

INCONDICIONAL: que es muy aficionado a una cosa o que sigue fielmente a una persona, sin limitaciones ni condiciones.

ya le veíamos en Mercedes, demostrando a Martillo Hamilton que podía derrotarlo (aunque hasta los incondicionales falonsianos admitimos que no hay nadie más rápido hoy día que Hamilton clasificando). Y si en Mercedes no le tiraban los tejos estábamos dispuestos, y él también, a aceptar un regreso a Ferrari donde podría batir de una vez por todas a su archienemigo: Cucaracha Rubia Vettel.

Pero parece que no. Que no será será ni una cosa ni la otra. Que tanto Ferrari como Mercedes van a renovar a los escuderos, porque ambos -Raikkonen, Bottas- han hecho bien sus deberes, sido chicos buenos, y besado con respeto y afecto el culo del correspondiente compañero.

La otra opción era Renault; el origen de los triunfos falonsianos, el equipo de los dos campeonatos ganados. Pero Renault, aseguran todos los especialistas, no va excesivamente mejor que Honda, el motor les peta con indeseada frecuencia y sigue lejos de los propulsores alemanes e italianos.

Así que, y ya lo insinúa Flavio, nada menos que Flavio Briatore, a Fernando Alonso sólo le queda seguir aguantando en Honda-McLaren y cruzar los dedos para que suceda el milagro y su coche se convierta en el más rápido. Y aún en esta circunstancia habría que añadir un matiz: a Honda no le han gustado las exigencias del Héroe, que los culpase -no era necesario que nadie dijese nada- de sus nulas posibilidades para aspirar al campeonato del mundo. Me han dicho -traducción directa del japonés- que a Alonso le dejarían quedarse sólo si acepta una rebaja sustancial de su sueldo actual, que supera, según afirma la prensa especializada, los treinta millones de euros.

Ese es el panorama y así está el patio. Briatore aconseja a Alonso que aguante y espere, porque si hubiese aguantado y esperado quizá ahora estaría liderando el campeonato mundial (y Vettel andaría por ahí sollozando).

Un futuro oscuro.

La alternativa es seguir ganando dinero largo corriendo con Porsche en el Campeonato de Resistencia, o irse a la Indy. No es lo deseado.

Ojalá, sueña el Piloto Número 21 como buen incondicional del más grande piloto español de todos los tiempos, en el Gran Premio de Bélgico sucediese el milagro y el motor Honda rugiese con el orgullo del diablo. Incluso ojalá… no, eso no vamos a escribirlo, hay ojalás que se piensan pero no pueden ser contados.

Otro burbon, por favor.

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