¡¡¡Fernando Alonso está en la pole!!! ¡¡Fernando Alonso se pone primero!! ¡Tantos años después!
Ese era el grito en el corazón de todos los aficionados hace sólo una semana, justo una semana, en el Gran Premio de Mónaco. Pero apareció Verstappen y le quitó la pole al gran Alonso en la última vuelta.
Todos esperábamos la revancha en el gran premio de España. El apoyo de la afición. Lo maravillosamente bien que conoce el circuito.
Pero la lluvia…
La lluvia que durante años era la única esperanza de Fernando Alonso para acabar las carreras en algún punto alto de la tabla.
“Cuando las cosas van bien, es mejor que no llueva”. Ya lo había dicho en Mónaco y lo repitió en España.
Pero llovió.
Llovió y el coche le hizo un extraño y no fue capaz de evitar que se le fuera a la grava. La piedra demostrando su poder contra la tecnología más sofisticada. El fondo plano. Ese fondo plano que los espectadores no ven, ni los periodistas tampoco.
Los “zanahorios” tratando de restañar la herida de ese fondo plano en el último momento, con cinta americana y mimo y cuidado. No pudieron hacer más. Tampoco Alonso.
Octavo. No es un buen sitio para empezar una carrera que se soñaba la 33 más que nunca. Porque era el 33 Gran Premio de España… y el 33 muchas cosas.
Pero pido a quien esté leyendo esto que no se desanime. MAÑANA TAMBIÉN HAY PREVISIÓN DE LLUVIA. Y ahora sí la queremos, volvemos a quererla, como en los tiempos más duros de antes y después del HASTA LUEGO.
Alonso en la lluvia hace milagros. Lo ha hecho muchas veces. Ave Fénix inasequible al desaliento capaz de resurgir siempre de sus cenizas.
Quizá sea un estímulo. Quizá a Verstappen dejen de protegerle los dioses (el público, admitiendo su calidad y la de su monoplaza). Y sin quizá….
Mañana Fernando Alonso volverá a confiar en sí mismo e irá a por todas. Será el diablo.
33.
Mantengamos la esperanza. Y el optimismo. Señores, señoras, no estamos hablando de cualquiera. Se trata de FERNANDO.
Tigre Tigre.
