Foto: Casa Real

Aún están recientes las imágenes de las calles de Barcelona ardiendo, la Vía Layetana o la plaza de Urquinaona se mostraban al mundo como si fuese Belfast en los 80, Alepo o Faluya, los choques entre policías y grupos de radicales violentos. Sin embargo, Felipe de Borbón estuvo ausente, no se puso al frente del país ni, por supuesto, colocó un pie en Cataluña. Un Jefe del Estado tiene obligaciones que van más allá de la representación institucional del país, tiene la obligación moral de estar, junto con el Gobierno, en los lugares donde su presencia es más necesaria. Sin embargo, el viernes 18 de octubre, cuando los incidentes en la calle llegaron a su máxima expresión, Felipe de Borbón se encontraba a 890 kilómetros de Barcelona. Podría entenderse que, por motivos de seguridad, no se trasladara esa noche allí pero, a la mañana siguiente, su obligación moral con el pueblo era cogerse un avión y presentarse en Cataluña. No obstante, hizo lo contrario: se quedó en Asturias.

Durante esta semana, en que las aguas bajaron más calmadas y no hubo ningún tipo de incidente en las calles, pudo haber hecho un viaje a Cataluña. En vez de eso, cogió un avión y puso más tierra de por medio de la crisis española: se marchó a Corea del Sur y a Japón, a 10.000 kilómetros.

Habrá quien diga que su presencia no era necesaria y que para eso está el Gobierno. Es cierto, pero, mientras que apenas tardó 48 horas en dar un discurso incendiario después del referéndum del 1 de octubre de 2017, el pueblo español aún está esperando una declaración de su Jefe del Estado.

Otro asunto en que Felipe de Borbón ha estado ausente ha sido en referencia a la exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos, un hecho que ha dignificado a la democracia española. Ni una palabra, ni una valoración ha salido de Zarzuela.

Estas ausencias de Felipe de Borbón inciden claramente en el hecho de que la ciudadanía española se pregunte más a menudo de lo que podrían pensar en la Casa Real ¿para qué sirve la Monarquía? ¿Cuál es el papel real que desempeñan los reyes? Por lo demás, desde un punto de vista democrático, son demasiadas las razones que refuerzan el hecho de que Felipe VI deje su destino político e institucional en manos de los españoles y las españolas y que sean ellos y ellas las que decidan qué democracia quieren porque, en realidad, hay suficientes argumentos para que finalice la monarquía en España.

En primer lugar, desde un punto de vista democrático, la monarquía no tiene legitimidad puesto que fue impuesta por el dictador Francisco Franco a la ciudadanía y ésta no ha tenido la posibilidad decidir porque las instituciones del Estado se lo han impedido. Además, el propio papel institucional que desempeña Felipe de Borbón es prácticamente nulo de cara a los ciudadanos y, por tanto, la permanencia de la monarquía en la Jefatura del Estado no está justificada.

En segundo término, la monarquía española no es transparente. La fortuna del rey emérito es desconocida, tanto en su aspecto cuantitativo como en el origen de la misma. Según diferentes publicaciones, está entre las 200 personas más ricas del mundo. ¿Quién fiscaliza las finanzas de la Corona? ¿De dónde ha salido todo ese dinero? Todo el mundo lo sospecha, pero nadie, ni siquiera la Justicia, iniciará una investigación para determinar si el origen de esa fortuna es lícito o no. Por otro lado, el coste real de la monarquía tampoco está fiscalizado puesto que el presupuesto se dispersa por diferentes ministerios. Ya comentamos cómo el nuevo coche blindado de Felipe VI costará a los españoles 500.000 euros y se cargará al presupuesto del Ministerio de Hacienda.

Por otro lado, Felipe de Borbón y toda su familia tienen la responsabilidad de representar la imagen de España. Sin embargo, los escándalos en los que se hallan inmersos algunos de los miembros de la Casa Real, rey emérito incluido, no ayuda en nada a que nuestro país tenga buena imagen en el extranjero. Además, la influencia que puede tener en temas fundamentales tanto para la nación como para la ciudadanía es escasa.

¿Se puede permitir un país democrático como España tener a un Jefe del Estado que permanece ausente cuando hay una grave crisis o que no se felicita por el avance en libertades con la salida del dictador del Valle de los Caídos? No. El presidente de la República Francesa se puso al frente en la crisis de los chalecos amarillos. ¿Qué ha hecho Felipe de Borbón? Nada.

2 COMENTARIOS

  1. Parece como si se hablara de Curro Romero, que cada vez que le enfilaba el toro salía corriendo. A los gobernantes de este pais parece que les viene grande el puesto.

  2. JAJAJAJAJA SOIS UNOS CACHONDOS, DE VERDAD. Si dice, porque dice, si no dice, porque no dice. Lo vuestro es de psiquiátrico… Que pandilla de sectarios que sois.

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