Alberto Núñez Feijoó

La hecatombe del Partido Popular de Pablo Casado está provocando una reacción interna desconocida en una formación que siempre ha cerrado filas en torno a su líder cuando las cosas no han ido bien. No hay más que recordar la imagen de Mariano Rajoy rodeado de todos los líderes y los barones cuando saltó el escándalo de la trama Gürtel. Sin embargo, un partido que está acostumbrado a ganar y a gobernar no ha digerido bien una derrota del calibre de la recibida el pasado domingo.

Por eso las reacciones internas no han parado de sucederse y muchos de los principales dirigentes populares han perdido el miedo a expresar su descontento con la gestión que ha hecho Pablo Casado y su equipo de la campaña electoral, del escoramiento hacia posiciones ultraconservadoras que habían sido relegadas del discurso oficial desde que Aznar ganó las elecciones en 1996.

En la propia noche electoral ya fue disruptivo el hecho de que Alberto Núñez Feijoo compareciera ante los medios para hacer un análisis, no sólo de los resultados en Galicia, sino del conjunto de España. El presidente de la Xunta vio cómo los votantes de centro derecha, los moderados que le apoyaron en las últimas elecciones autonómicas, huyeron del mensaje de derecha dura de Pablo Casado para irse a Ciudadanos, partido que logró escaños significativos en A Coruña y Pontevedra.

Las maniobras de Feijoo podrían ser el adelanto de una «rebelión» interna porque el líder gallego puede haber visto que, tras las elecciones municipales, ha llegado el momento, ahora sí, de dar el salto definitivo a Madrid para retomar la esencia de partido de centro derecha que llevó al PP a sus mejores resultados electorales, tanto a nivel nacional como regional o municipal.

Fuentes del Partido Popular han confirmado a Diario16 que en la misma línea se encuentra el líder del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, al que califican estas mismas fuentes del «tapado de Feijoo». Además, el descontento se extiende a otras comunidades como Cataluña o Valencia donde también culpan de los malos resultados a la campaña dura de Casado.

Sin embargo, el actual presidente del Partido Popular dispone de un fuerte apoyo de algunos medios que podrían iniciar una campaña en su defensa, en la que se pretenderá culpar a la gestión de Rajoy, a que no hubo tiempo para presentar con claridad el proyecto —cuando, en realidad, el PP ha dispuesto del mismo tiempo que el resto de partidos— o que algunos ex mandatarios populares boicotearon un acuerdo con Vox. Todo eso serán argumentos vacíos de defensa de Casado porque, en realidad, basar su campaña en las descalificaciones, en el tema catalán o en recuperar argumentos de la gestión pasada de otros presidentes no funcionaron. Casado no tuvo más que ver lo que le ocurrió al PSOE cuando recurrió, por ejemplo, a los logros de Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero, argumentos que no sirvieron más que para alejar al electorado hacia otras opciones.

Por otro lado, ¿son Feijoo y Mañueco los líderes adecuados para encabezar la «rebelión» interna o para encabezar un proceso de refundación del PP? Su pasado puede ser un lastre para ello, dado que, además de sus relaciones con el narco Marcial Dorado, su gestión de los servicios públicos en la Xunta deja mucho que desear por los duros recortes aplicados.

Por su parte, Fernández Mañueco, un hombre que confió en que Feijoo se presentara a las primarias y, tras la renuncia a la candidatura de éste, unió su destino al de Soraya Sáez de Santamaría. Casado le sustituyó de su cargo en la Presidencia del Comité de Derechos y Garantías por Rafael Hernando. Además, el alcalde de Salamanca y candidato a la Junta de Castilla y León, se libró de verse implicado en los casos Lezo y Enredadera, a pesar de que su nombre apareció en repetidas ocasiones en las grabaciones interceptadas a los cabecillas de las dos tramas de corrupción por la UCO. Incluso, en la mañana de hoy, Diario16 ha publicado una información en el que Fernández Mañueco ha sufrido un revés judicial del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León por decisiones adoptadas durante su etapa como alcalde de Salamanca en referencia a la anulación de licencias concedidas a por el Ayuntamiento a la empresa Palco 3, propietaria del hotel Corona Sol de la capital salmantina.

Corren aguas revueltas en el Partido Popular. Sin embargo…, ¿habrá rebelión en un partido que, hasta ahora, ha sido una balsa de aceite y que los problemas se arreglaban siempre en el interior de Génova 13?

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