Tras las decisiones judiciales y los últimos acontecimientos al fin, hoy día 10 de diciembre de 2020 será una fecha que quedará grabada en la memoria de muchos españoles y concretamente en la de muchos gallegos, sobre todo los del municipio de Sada que sufrieron las consecuencias del expolio: Los Franco entregan al Estado el Pazo de Meirás. No obstante, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, pretende, en cierto modo, blanquear a Franco al obviar ,casi por completo, la verdadera historia de la residencia veraniega de la familia del dictador en sus propuestas de futuros usos del inmueble. La vicepresidenta primera y ministra de Memoria Democrática, Carmen Calvo, ha propuesto buscar «una fórmula de titularidad» en la que «estemos todos presentes»
Este miércoles la vicepresidenta primera y ministra de Memoria Democrática, Carmen Calvo, se reunía, tras emitir ella misma la convocatoria en la Delegación del Gobierno de Galicia el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso y el alcalde de Sada, la localidad en la que se enclava el Pazo, Benito Portela . El objetivo del encuentro no era otro que el que cada uno haga su propuesta sobre la futura gestión y los usos debería tener el pazo, si como símbolo del expolio de la dictadura o como el escenario ideado por Emilia Pardo Bazán.
Calvo ha reiterado que el uso de Meirás tiene que ser «el relato propio de una democracia» sin permitir que el lugar sirva para «enaltecer o blanquear» al dictador, y ha abierto la mano a la posibilidad de crear una fundación pública en la que estarían representadas todas las administraciones implicadas con la recuperación del inmueble pero, en ningún caso, la Xunta de Galicia de manera exclusiva. Calvo ha propuesto buscar «una fórmula de titularidad» en la que «estemos todos presentes».
Para Feijóo “lo razonable” sería que “una vez que finalice el pleito, Patrimonio del Estado transfiera la titularidad al conjunto de los gallegos” y añadió que aunque desde la Xunta agradecen que el Estado activase la acción reivindicatoria de la propiedad, asegura que desde el primer instante solicitaron la transferencia a la Xunta de Galicia porque era un pazo de una familia gallega y fue comprado con aportaciones de gallegos. Es curioso el cambio de enfoque en este asunto de Feijóo que en 2017 defendía que arrebatarles la propiedad del Pazo a los Franco supondría aplicar «un mecanismo franquista» y votó en contra de la expropiación. No es hasta 2019 cuando Galicia se une a la demanda del Gobierno de España para recuperar la propiedad.
Por su parte, el regidor local de Sada, Benito Portela, afirmaba hace unos días que “está dispuesto a asumir la gestión conveniada de la apertura y visitas del pazo, tal y como lleva reivindicando desde hace años” y propone que en estas visitas guiadas se explique a los visitantes que «el proceso de detentación” del dictador. Las Torres del Pazo, “como sitio histórico, deben ser un lugar de memoria histórica democrática”. Para el regidor, tiene que tener cabida tanto la historia del pazo de la escritora Emilia Pardo Bazán como aquellos capítulos referidos a “lo que fue el franquismo”.
El amigo de Dorado, el narco-traficante, a veces no es capaz de disimular lo que realmente es: un franquista. Este individuo prohibió el gallego en la enseñanza pública de las asignaturas:
Matemáticas, Física, y Química; una muestra más de sus complejos de auto-odio reprimidos.