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Feijóo: el títere de la derecha reaccionaria

Vicente Mateos Sainz de Medrano
Vicente Mateos Sainz de Medrano
Periodista y Doctor en Teoría de la Comunicación de Masas.
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análisis

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Todos hemos perdido la cuenta de las veces que el PP se ha echado atrás cuando estaba pactada la renovación del CGJP y TC, con todo tipo de argumentos espurios con el único objetivo de mantener el control del poder judicial. Cuando un partido incumple con contumacia —van cuatro años—, el mandato constitucional que le obliga a renovar los órganos judiciales, base fundamental del sistema constitucional, se sitúa, por voluntad propia, fuera de la Constitución y, por tanto, se convierte en un partido antisistema.

Feijóo ha apuntillado su futuro al romper el acuerdo cerrado, con dos fechas previstas para su rúbrica, arrastrado por la derecha reaccionaria —mediática, judicial, empresarial y los <<ayusistas>>— evidenciando que no es él quién marca la estrategia. Que él no lleva las riendas del partido. Que su criterio es arrumbado por quienes le auparon a la presidencia, in extremis, como último y único recurso, para cerrar en falso —ahora se ve claro— la crisis abierta por la guerra entre Casado y Ayuso. La bicha que ahora guerrea contra él.

Feijóo no da la talla para la función que tiene encomendada, que volvió a ponerse de manifiesto el pasado jueves durante la conversación telefónica con Pedro Sánchez —cuando éste volaba de regreso a España—, en la que aceptó a reunirse el miércoles 2 noviembre para suscribir el acuerdo, sin saber que fuerzas más poderosas que él le estaban haciendo la cama. La tostada saltó horas más tarde cuando el Presidente y Feijóo se encontraron, a las ocho y media de la tarde del jueves, con la nota del PP, publicada sin la autorización del líder gallego —según sus más allegados—, con el anunció de la ruptura del acuerdo confirmando que no tiene el pulso suficiente para manejar su propio partido. Con la cara pintada por los suyos y salir del atolladero, eligió la excusa de que el Gobierno pretende modificar el código penal para redefinir el delito de sedición conforme a la legislación europea; que días antes había declarado que no tenía nada que ver con la negociación para renovar el CGPJ y TC.

Giro copernicano que confirma la existencia fuerzas poderosas dentro y fuera del PP, con capacidad para torcer la voluntad y la mano de Feijóo, por su falta de liderazgo e incapacidad para hacer efectivo el título de líder de la oposición del que hace gala. Que demuestra que el criterio político de Feijóo —si tiene alguno— no es el que decide, porque son los ventrílocuos que le manipulan los que marcan, desde los micrófonos, medios <<afines>> y conciliábulos alrededor de una mesa, las líneas rojas que no debe cruzar: siempre con el objetivo de tumbar, como sea, al Gobierno legítimo al que siguen sin reconocerle la victoria electoral y el derecho a gobernar. Asistimos así a un golpe de estado encubierto por agentes externos a la política, que le exigen que no pacte nada con el PSOE, y mucho menos entregue el poder judicial que controlan con desvergüenza y mentiras. Rechazo justificado con la clásica argucia de responsabilizar al contrario de tu propia culpa. ¡De aurora boreal!

Hechos que confirman que quien manda y fija la estrategia del PP es la derecha radical y reaccionaria, cuya lideresa es Ayuso —instruida por su particular Rasputín, MAR—; secundada por los corifeos mediáticos encabezados por Inda, Jiménez Losantos, Maruenda y Carlos Herrera; y los dirigentes más rancios de la CEOE, de las multinacionales energéticas y banca nacional, liderados por Sánchez Galán, Presidente de Iberdrola. Personajes que mueven los hilos del cotarro en el que Feijóo, es el títere obligado a poner la cara, con desinterés y desgana como refleja su rictus cansino de severidad forzada, fingida; que le empuja a cometer un error tras otro cada vez que abre la boca y demuestra su desconocimiento en materias sustanciales para un líder que pretende gobernar un país. Con este panorama no es de extrañar —como apuntan fuentes de su entorno más cercano—, que Feijóo se esté planteando tirar la toalla, dimitir, consciente de que debe dar un golpe de mano en su partido, porque si no, en el hipotético caso de llegar a la Moncloa, no será él quién gobierne, sino los <<Golfos Apandadores>> que manejan en la sombra a él y al PP.   

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