Durante la tarde de ayer unas diez mil personas se manifestaron en Roma, en una protesta que terminó con graves altercados.
El motivo de la protesta se centraba en la exigencia de un certificado de vacunación, un test negativo o un certificado de haber pasado el covid para todos los trabajadores. Una medida apoyada por los sindicatos.
Los manifestantes, que en gran parte pertenecían al movimiento neofascista Forza Nuova, caminaron por el centro de la ciudad, lanzando petardos y bombas de humo contra la sede del Gobierno. También acudieron a la sede del sindicato CGIL y destrozaron la primera planta de la organización.
La intervención de la policía acabó con 38 agentes heridos, 600 manifestantes identificados y 12 detenidos. Entre estos últimos se encontraba los líderes de Forza Nuova, Guiliano Castellino y Roberto Fiore.
El servicio de Urgencias del Hospital Umberto I se vio también atacado por los manifestantes, ocasionando lesiones a dos enfermeras y a dos agentes de seguridad.
La respuesta por parte de las principales formaciones políticas y sindicales ha sido convocar una manifestación bajo el lema «Fascismo nunca más».
El Partido Demócrata presentará, a través de su diputado Emanuele Fiao una moción urgente ante la Cámara de Diputados para solicitar la disolución inmediata de los movimientos fascistas. En este sentido también se han manifestado desde la Asociación de los Partisanos de Italia, Movimiento Cinco Estrellas, y el propio Silvio Berlusconi.
El rechazo de lo sucedido ayer también ha encontrado pronunciamientos en la derecha y extrema derecha: Matteo Salvini condenó lo sucedido aunque también quiso dejar clara su condena al recorte de derechos de los trabajadores con las medidas que se están tomando por la pandemia, que coartan las libertades. Giorgia Meloni, presidenta de Hermanos de Italia (formación ultraderechista)
«Fascismo nunca más»
En España al contrario, «fascismo para siempre», de la mano de PP-Vox y con el PsoE mirando hacia la Zarzuela.