Ayer falleció un hombre que será llorado en más de un país. Carlos Slepoy asistió como abogado a las víctimas de la dictadura argentina, chilena, guatemalteca y española. Toda una vida, cuarenta años, dedicados a la defensa de los derechos humanos y la justicia universal.

El abogado nació en Buenos Aires, pero en 1979 se exilió tras ser detenido, torturado y encarcelado por la dictadura de Jorge Rafael Videla. Esta terrible dictadura se llevó a varios de sus compañeros.

Carlos Slepoy falleció ayer debido a la acumulación de problemas de salud que le acarreó un disparo en la espalda en 1982, cuando se acercó a defender a unos chicos que estaban siendo agredidos por un policía en Madrid., y este, borracho, le disparó. Tras esto una de las secuelas fue que acabó en silla de ruedas.

En el 2007, Slepoy, actúo como abogado de la acusación en los juicios que instruyó el juez Baltasar Garzón. Consiguió que la justicia española condenase al exmilitar Adolfo Scilingo conocido por sus 2 “vuelos de la muerte” que consistían en tirar a opositores de la dictadura narcotizados al mar desde aviones militares.

En el año 2010 pone en marcha la querella argentina, una llave para que los españoles pudiesen denunciar los crímenes del franquismo.

A día de hoy esta causa, instruida por la jueza María Servini de Cubria, pide la captura de 17 altos cargos del franquismo y de la Transición por cometer crímenes de lesa humanidad. Entre ellos podemos encontrar a Billy el Niño, Celso Galván, Martín Villa o Utrera Molina.

Carlos Slepoy mantuvo siempre la esperanza de que España anulase la Ley de Amnistía para juzgar los crímenes de la dictadura franquista. Incluso la Interpol llego a pedir al Gobierno español la detención de los exfuncionarios de la dictadura de Francisco Franco y Rajoy alegó que no detendría a los exministros franquistas porque las órdenes de Interpol no son vinculantes.

Cada día más ayuntamientos se adhieren a la Querella Argentina que ya registra cientos de denuncias.

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