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Éxtasis de la Literatura

Leer o no leer

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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La Literatura (y podría extenderlo al resto del Arte) es una disciplina del conocimiento como la Matemática, la Física o la Geografía. Y las formas del conocimiento humano son la revelación de nuestras grandezas y limitaciones, porque expresan nuestra aspiración de Verdad mostrando, empero, la incapacidad natural para saciar esa sed.

La espiritualidad y la mística son atajos interesantes, las religiones organizadas son la mentira urdida en torno a ese hambre, a esa debilidad tan humana. Análogamente sucede con las Letras, a veces nos alejamos del cometido de lo literario reivindicando no el ejercicio grandioso de la obra literaria sino la genialidad del mensajero, pasamos de la búsqueda a la secta organizada en la que el feligrés, la creyente, reciben un mundo, una moral, una estética, un plan en el que nada les cabe decidir… y lo triste es que lo asumen (como en las religiones) con una simplicidad terrorífica, adobada como digna.

En una sociedad perfecta de seres humanos perfectos no existiría, por definición, ni la Literatura ni la Ciencia; la Literatura es una evidencia de la inexactitud congénita de lo humano, de su dolor, de sus ansias, de sus deseos conscientes e inconscientes, por eso si la lectura de un libro es lo que queda en la mente del lector al acabar, lo literario no puede ser sólo el texto: la Literatura es el testimonio de la vida, de unas vidas, de una sociedad, de una época, de la Humanidad. Ésa es la clave de la pervivencia de lo clásico, su perennidad.

No debemos confundir al libro con la Literatura, no debemos confundir a quien escriba con una escritora, a quien lea con un lector. Son algo más. Lectura, escritura y arte literario son tareas de una complejidad importante entrelazadas de tal forma que no pueden desvincularse una de otras, la actividad de escribir exige conocimiento de la tradición literaria, una profunda experiencia de la pasión, el placer y el dolor humanos (muchas veces el creador vive en el límite de la salud mental y física, como haría el catador de drogas), de la Historia, del conocimiento de la Naturaleza (incluida la Ciencia), de las capacidades matematizantes del cerebro (las proporciones), ha de estar proyectando siempre consecuencias que derivan en actos literarios (verso, prosa, poesía, cuento, novela, ensayo…) que, necesariamente, han de ser singulares (personales) y universalizables… y aquí entra el acto lector, que comulga con los mismos fines e intereses, se lee por conocimiento, el entretenimiento es sólo un ingrediente de esta grandiosa olla de milenaria digestión.

Resulta ridícula esa diletancia que encuentra en la Mecánica Cuántica la razón de sus creencias simplonas, ésa que halla en la revista pseudodivulgativa la justificación de sus memeces, porque la Ciencia abre preguntas, mira por más puertas nuevas que las que cierra, y requiere estudio, mucho estudio, trabajo sin fin…

Y es decadente la novela que no es Química, Física, Astronomía… es decadente el poema que no es Matemática, Biología, Ingeniería… es decadente el ensayo que no es Música, Neurología, Biotecnología… es decadente la lectura que no busca todo eso en un libro… es decadente el geólogo que no estudia el amor, la muerte, el dolor, el sufrimiento, el placer, la risa o la belleza… es decadente la ingeniera que desprecia lo literario… porque no se habría enterado absolutamente de nada.

Debemos vindicar la Literatura como otra forma de acceso al mundo real, suponiendo que usted quiera ir a la realidad. No se deje engañar por el gurú de turno, la Literatura sólo está completa con su lectura: ni texto, ni escritura ni lectura tienen vida por sí, son una trinidad (ésta verdadera) que siendo una se constituyen como tres miradores distintos, tres perspectivas que desembocan en lo mismo: ese apetito natural por saber (sinónimo de “por vivir”) que nos construye evolutivamente. En el mundo de la imperfección, del cambio, de la inseguridad y la inestabilidad: las Letras vertebran a lo humano, son el humanismo: la expresión de la Humanidad, a la que nadie puede ser ajeno.

Para mí esto es la Literatura: ardua, difícil, laboriosa, elitista, exagerada, matizable, discutible, precisa, agotadora, destructiva, incomprensible, elevadora… aplíquese por igual al leer o al escribir, son la misma responsabilidad, no hay escritores malos sin lectoras pésimas, la buena escritora se dirige al óptimo lector. Para mí, esto es la Literatura y esto la convierte en un medio ineludible de conocimiento que convive con todas las demás disciplinas a su misma altura en todos los sentidos. Saquemos las consecuencias, analicémosnos, valoremos: porque leer puede terminar siendo tan estúpido como no leer.

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